After Lois | Clark Kent [Superman]

Capítulo Dos

¿Superman? ¿Quién diablos le dijo eso? Olvídalo.

Asentí con la cabeza.

  Se acercó un poco más a mí, sintiendo ahora su respiración caliente en mi oído.

  —Creo que es ahora que tienes que correr por tú vida

Sonrió

Fruncí el ceño. Di cinco pasos hacia atrás para no estar cerca de él.

—¿Por qué tendría que correr para salvar mí vida?

—Empezarás a tenerme miedo.

  —¿Por qué tenerte miedo? ¿De qué?

Su sonrisa desapareció de su rostro, frunció el ceño.

  —Espera ¿No me tienes miedo?¿Sabes por le menos quién soy?

—En primera no te tengo miedo y eres un tipo realmente confuso, un tipo con un traje infantil y una capa roja ¡Dios! ¿Sabes por lo menos en que siglo estamos? No es día de brujas.

—Me sorprendes, me imagino que te quedaste en el programa de televisión ''Los picapiedra'' 

  —No me gusta le tele, que decirte.

Sonreímos.

—Olvida lo que dije, fue un chiste.

—¿Está bien?

Caminó directo a la ventana para luego sentarse en el suelo para ver lo que era el cielo. 

  —Y bien ¿Tienes familia?

—Todo mí mundo murió ¿Otra cosa?

Volteó a mirarme.

—¿Quieres cenar? Es noche y tengo hambre, tal vez ¿Una taza de café?

—Por favor.

Nuevamente dirigió su mirada al  cielo ¿Por qué lo verá tanto? Metí dos tazas llenas de agua al horno de microondas, mientras esperaba saqué galletas, tomé un plato para ponerlas ahí, sin percatarme Clark o Superman, estaba detrás de mí. Dí un salto del susto.

—Odio cuando hacen eso.

Sonrió.

—Soy demasiado misterioso o mejor dicho, me gusta espantar a la gente.

Rodeé los ojos.

Las tazas de café estaban listas, Clark sacó las dos tazas camino a la mesa de madera, las dejó sobre ella para luego tomar asiento. Tomé el plato de galletas, me senté en la silla.

Había un gran silencio en la cocina, parecía que así sería mientras tomábamos nuestro café. Clark endulzó su café mientras yo estaba callada ¿Ahora como me comunicaría con Jake?Mi celular estaba roto y descompuesto al igual que mojado, el pueblo estaba muy lejos de aquí ¡Diablos! Hubiera traído otro de emergencia, pero uno nunca sabe lo que podría pasar y ni siquiera era yo profeta.

—¿Quieres la cuchara?

Preguntó Clark

—Lo tomo sin azúcar, gracias.

Limite a sonreír, me devolvió el mismo gesto.

¡Oh cierto!Era hora de interrogarlo.

—¿Edna? ¿Verdad?— Asentí con la cabeza— .¿En dónde estamos?

Tomé un sorbo de café.

—Australia ¿Por qué?

—¿Eres Estadounidense? 

 Asentí con la cabeza.

—Nací ahí pero vivo aquí.

—¿Y no tienes familia?

—Estoy de vacaciones pero por tú agradable entrada al baño   mi celular está roto, ahora tengo que mañana ir a comprar otro.

  —¿Hay un pueblo cerca? 

—A unos más de 5 kilómetros, sí.

—Lamento lo de tu celular.

—Fue mi culpa.

Asintió con la cabeza.

—Tengo una duda Clark— Pensé— .¿Cómo es que sobreviviste a la caída? ¡Dios! Eso fue como una bomba sin explotar, el impacto fue muy fuerte para que tú milagrosamente sobrevivieras.

Quedó pensativo.

—¿Puedo quedarme unos cuantos días aquí? Prometo no ser una molestia, saldré a fuera y tenlo por seguro que parecerá que no estoy aquí.

¿Tenerlo unos días aquí? ¿Qué tal si busca a su gente y me lastiman o secuestran? Tantas cosas que han pasado que ni yo misma confió en mí. Tenía una decisión.

  —Por supuesto pero tienes que soltar dinero para la comida durante el tiempo que estés.

Asintió con la cabeza.

—Pero antes que nada ¿Cómo sobreviviste? 

Guardó silencio.

Alzo la mirada chocando con la mía...

Sus ojos eran realmente hermosos, sus ojos tenían una gran profundidad. Sé que debo desviar la mirada pero ¡Dios!No puedo, hace algo que no puedo hacerlo, hace que sienta un escalofrío que se sienta por todo mi cuerpo. Hace decirme algo con sus ojos pero no puedo saber que es ¡No entiendo su mensaje!No sé lo que trata de decirme con sus ojos, me demuestra algo que yo no puedo ver en él, algo que aún no sé como poder entrar en él y saber lo que me quiere transmitir.

Pero lo único que sí sé, es que esta perdido pero no me pide ayuda, no me pide ayuda. ¡Tiene miedo! Pero ¿Por qué? ¿Por qué tiene miedo?¿Por qué me tiene miedo? 

  —Ya lo sabrás, Edna.

Se paró de la silla, deja su taza de café vacía en el lavabo  y empeza a lavarla.

  —¿Clark?

—¿Sí Edna?

Voltea a mirarme.

—¿Puedo ayudarte en algo?

Quedó pensativo por unos minutos, alzó la mirada, otra vez chocando con la mía, desviamos la mirada.

—No creo que puedas.

—¿Puedo?

—Por ahora no.

Dicho lo último dejo la taza de café en los trastes limpios mientras caminaba  directo a la ventana, otra vez.

Solté un suspiro.

-dany