Todo sucedió ese día, en octubre, cuando decidí renunciar a vivir.
YA NO PUEDO, tal vez te preguntes, solo por eso? Pero no, no es solo por eso ya me harté de vivir en una carcel, en la cual soy tratada como prisionera, maltratada, e insultada. Pero ese día lo cambió todo, ya iba a dejar de sufrir!, iba a ser libre!, sin ninguna atadura!, no más dolor!, sonaba tentadora la idea y lo indicó que tenía que hacer era tomar unas simples pastillitas, que me borrarán del mapa, eso es lo que quería.
Tome un cuchillo, empece a cortar mis venas, podía sentir la sangre fluyendo por mis muñecas, se sentía increíble hasta ahora no puedo encontrar un sentimiento que se le iguale, a esa delicia, a esas cuchillas arañando mi piel. Fui al cuarto de mis papas a tomar las pastillas una tras otra, para después mezclarlo todo con tequila.
Solo quería dormir en un sueño eterno, en el cual nunca despertara, uno para siempre, solo paz, nunca traición, ni maltrato solo yo y mi paz.
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Ya no quiero vivir más
Teen FictionTodo se convertirá en un recuerdo, pero ese recuerdo duele demasiado