Hacía frío, mucho frío, casi podía sentir como se congelaban mis huesos, pero la verdad, era reconfortante. La música llenaba mis oídos, era fuerte, era ensordecedora; creo que estaba en una discoteca, pero no, algo estaba mal, algo no cuadraba. Me senté en el concreto, podía ver como las luces atravesaban las ventanas, era casi hipnótico, estaba en trance. ¿Que estaba mal? ¿Que no encajaba? ¿Que podría ser siquiera? Tengo que salir de aquí, yo estaba con alguien, ¿Quien era? Dios, creo que estoy ebrio. La música no paraba, la visión se me volvía borrosa. Tengo que recordar. Entonces vino como un flash en mi mente, Sáhara, Sáhara había venido conmigo, ¿Donde estás? Estaba recostado de una pared, las irregularidades de ésta ya empezaban a marcar mi espalda, me levanté muy rápido, estoy mareado, Sáhara, ¿Dónde estás? Dime donde estás.
Entonces fui a buscarla, me adentré en unos pasillos, estaban muy oscuros, únicamente iluminados por la luz de la luna, una magnífica luna. Estuve caminando un rato y los pasillos cada vez se volvían más largos y angostos. Un sollozo, apenas audible apareció de la nada, lo seguí hasta una habitación, el sollozo poco a poco se volvía llanto, tan deprimente, salí al balcón y la vi, para mi gran disgusto, había encontrado a Sáhara.
Tenía los brazos llenos de cortes, eran extremadamente delgados, apenas visible la hendidura, pero sangraban a borbotones, ella estaba recostada en la pared con los brazos a los lados de su cuerpo, será difícil olvidar la hojilla manchada de sangre en su mano izquierda. ¿Por qué lo hace? Ella levantó su mano con la hojilla en alto y lo dirigía a su brazo derecho, oh no, no lo harás, me abalancé sobre ella y se la quité, otra vez ese mareo, ¿Que mierda me está pasando?
La tomé y la cargué en mis brazos y la llevé al pasillo, parece tan frágil, me manchaba la camisa con su sangre, apoyó su cabeza en mi pecho y se durmió, podía sentir como sus latidos disminuían y el calor abandonaba su cuerpo, pero seguí caminando, volvía la música, cada vez más alta, pum, pum, pum. Cuando volví a mirar, Sáhara estaba muerta.—suena el despertador.
-Mierda, que sueño tan.. extraño

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7 Almas
Novela JuvenilSi quieres saber de que trata, adelante, leélo, descubre mi historia