Sáhara:
Santo cielo, era tan reconfortante estar con mi hermano, aunque había otras cosas aparte de reconfortante. El era tan encantador, comprensivo, celoso y sobreprotector, sabía que podía contar con el para todo, pero obviamente tengo mis secretos, pero shh, no se lo digas. Me dirigí al locker, saqué mis libros y los guardé en mi bolso, había un chico, y vaya que había un chico, sólo que era muy tímido, siempre que me acercaba se ponía rojo y tenso, pronto se le quitará eso, lo tengo seguro. Matthew no lo sabe porque como dije, es muy celoso, no deja que nada que tenga aparato reproductor masculino se me acerque, y lo aprecio, pero no soy una niña que necesita ser protegida. Fui al salón de clases y ahí estaba, sentado unos cuantas mesas de mi lugar, lo iba a poner a prueba hoy, no se iba a salvar, me senté y empecé a escudriñarlo con la mirada, tenía unos brazos del grosor de de mi muslo, un cabello largo y suelto con los bordes rapados, y esa camisa era tan ajustada. Matthew entró y se sentó al lado mío, no sabía cuál me gustaba más, si aquel chico que parecía un niño atrapado en un cuerpo de un físicoculturista o mi hermano, que era la perfecta definición de un rebelde sin causa.
-Matthew, oye, Matthew -dije en un susurro para que el profesor no nos escuchara.
-¿Qué?
-¿Ves a ese chico de allí?
-No estoy ciego, ¿Que pasó con el?
-Me gusta -dije con un esbozo de sonrisa.
-Uhm, ¿Te gusta?.
-Sii.
-Okay, okay, ya hablaré con el.
-Por favor, no lo vayas a espantar.
-No va a tener opción, te lo prometo.Maldita sea, mal-di-ta-se-a, la cagué. El resto de la clase me la pasé pensando en otros posibles chicos porque sabía que aquel que me gustaba, después de hablar con Matthew iba a irse del país. Estaba muy impaciente, era muy difícil conseguir que Matthew aceptara algún hombre para mi. Cuando sonó la campana miré hacía el asiento de Matthew y para mi sorpresa, estaba vacío, y también el del aquel chico, debería preguntarle su nombre. Salí al pasillo y al final de éste, estaban los dos, hablando, pero algo andaba mal, Matthew le estrechaba la mano mientras sonreía hablando pausadamente, el estaba normal, pero el chico estaba rojo, con su mano libre trataba de librarse de mi hermano, pero por lo que parecía, era en vano. Fui corriendo hacía allá y lo que alcancé a escuchar fue:
-..si le llegas a hacer daño te voy a partir cada hueso de tu.. Hey Sáhara, te quiero presentar a alguien, Tomás, ¿Quieres conocer a mi hermana?.
La mano estaba empezando a crujir, estaba a punto de partirsela y Tomás en un tono cortés pero fingido musitó como pudo mi nombre.
-H-h-hola, Sáha-a-ara -extendió su mano por encima del estrechón de manos que Matthew se negaba a soltar- m-mucho gusto
-Un placer Tomás, Sáhara Martínez a tus órdenes
Matthew demostró que podía apretarle la mano muchísimo más de lo que estaba haciendo y Tomás miró casi en un ruego, el lo fulminó con la mirada y Tomás casi llorando me dijo:-E-e-el placer es mí-í-í-o.
Sonó un crack y a Tomás se le salió una lágrima, es sorprendente que un chico tan corpulento como el estuviera a los pies de un chico como mi hermano, el tomó la palabra por todos.
-Bueno, tengo el presentimiento que todos aquí seremos muy buenos amigos, espero que ustedes dos mejor que amigos -se le acercó un poco a Tomás y le dijo- ¿Verdad, Tomás?
Tomás estaba arrodillandose, le había partido la mano con solo apretarsela, apenas pudo decir que si, tuve que separalos, pero antes que lo pudiera hacer Matthew lo volvió a fulminar con la mirada y soltó su mano, a Tomás se le salió un gemido de alegría y salió disparado hacia la enfermería. Me llevé a mi hermano a un lugar solo y le grité y golpee, aunque parecía que el apenas lo sentía.
-¿COMO SE TE OCURRE? PARECES MÁS MI PAPÁ QUE MI HERMANO, DIOOSS, NUNCA PUEDO TENER A ALGUIEN CERCA.
Sonrió y se fue, me dejó sola en el pasillo, y desapareció de mi vista.

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7 Almas
Teen FictionSi quieres saber de que trata, adelante, leélo, descubre mi historia