Todos los grandes descubrimientos los hacen los aficionados.Siempre sucede... cuando empezáis un trabajo nuevo, sois muy creativos, os involucráisprofundamente, proyectáis todo vuestro ser. Entonces, poco a poco, os vais familiarizandocon el territorio. Y en vez de ser originales y creativos, comenzáis a ser repetitivos. Esotambién es natural, porque cuanta más habilidad adquirís en cualquier trabajo, más repetitivosos volvéis. La destreza es repetitiva.De manera que los grandes descubrimientos los hacen los aficionados, nunca la genteexperta... porque una persona experta pone mucho en juego. Si sucede algo nuevo, entonces,¿qué será de su vieja habilidad? Durante años ha aprendido y se ha convertido en un experto.Por ello los expertos jamás descubren nada; nunca van más allá de los límites de suconocimiento. Por un lado se vuelven más y más diestros, y por el otro, más y más aburridos,hasta que el trabajo parece una carga. Porque ya no hay nada nuevo que puedaentusiasmarlos... ya saben lo que va a pasar, saben lo que van a hacer; no hay sorpresa en ello.Así pues, aprended una lección: es bueno alcanzar una habilidad, pero no es buenoacostumbrarse a ella para siempre. Cuando os surja la sensación de que las cosas se hanestancado, cambiadlas, inventad cualquier cosa, añadid algo nuevo, borrad algo viejo. Volveda ser libres del patrón en el que habéis caído, lo que significa ser libres de vuestra habilidad;volved a ser aficionados. Eso requiere coraje y agallas, pero así es como se torna hermosa lavida.