Suena el despertador y aunque no quiera obligo a mi cuerpo para poder salir de la cama, voy a la ducha y como era de esperarse le tina ya estaba lista, demore 10 minutos en estar lista, tenía que relajarme mi estrés era demasiado, después de todo hoy me graduaría de mi carrera como abogada, termine de vestirme, me puse la ropa más informal posible para estar cómoda, al fin y al cabo dentro de una horas estaría cubierta por la típica y tradicional "túnica" de graduación, la cual cubriría toda mi ropa, me dirigí al comedor y el desayuno también estaba listo, era un pequeño omelette acompañado con café, era de esperarse de ella que hiciera todo esto por mí. Cuando acorde ya eran las ocho, se suponía que debía estar a las ocho y media en el instituto, tome las llaves de mi auto y Salí lo más rápido posible. Cuando llegue a la universidad por suerte la ceremonia aún no había empezado, me senté y espere a que la ceremonia empezara. Transcurrieron treinta minutos hasta que todos recibimos los diplomas, el mío era diferente ya que yo era la primera de toda mi generación, por lo cual también tuve que dar el discurso de despedida. Terminada la ceremonia todos nos despedimos, y deseamos lo mejor, todos fueron con sus familias... excepto yo, después de declararme lesbiana mis padres no lo tomaron muy bien, aunque ellos ahora son dueños de una empresa en Seattle, se especializan es la reparación de aparatos de alta tecnología, no sé ni cómo sucedió, pero así fue, sin embargo pronto volvería a Seattle, debido a mi excelencia en la universidad unos de los más grandes e importantes bufetes de Seattle me había ofrecido una propuesta de trabajo la cual acepte enseguida.
Pasaron algunos segundos, cuando de repente alguien me llego por atrás tapándome los ojos con sus manos, haciéndome salir de mis pensamientos.
-¿Quién eres? – no estaba enojada sin embargo puedo decir que lo dije muy directo.
- no lo sé... Dime tu – dijo entre risitas, sin embargo esa voz grave y cálida ya la conocía, era la voz que escuchaba cada mañana al despertar.
- creo que ya sé quién eres... - me reí un poco – eres la princesa que le da sentido a mis días? – procedió a quitar sus manos de mis ojos para así poder darme la vuelta, me entrego un ramo de rosas realmente grande, calcule al menos treinta rosas.
- felicidades amor – procedió a abrazarme y al poco tiempo a besarme, me encantaba jugar con su cabello corto mientras me besaba, ella tomaba mi cintura de una manera protectora y territorial, lo cual en cierto forma me hacía sentir querida por ella, por Scarrlet – podría estar así todo el día pero la gente ya se nos queda viendo.
- tienes razón, vamos al departamento – dije tomándole de la mano y nos dirigimos hacia allá.
En todo este tiempo he cambiado, han pasado tantos años que incluso no recuerdo muy bien mi anterior yo, he madurado, ahora veo la vida de otra manera, en cuanto a mi físico también he madurado, ahora mi estatura debe estar alrededor del metro sesenta y cinco, sin embargo lo que más ha cambiado en mi es la forma de ver la realidad, centrándome ahora solo es cosas realistas, dejando atrás cualquier sueño o cosa fuera de mis limites ya identificados. En cuanto a Scarrlet ella mide un metro setenta, cabello corto, ojos color café oscuro, sin embargo su mirada tiene ese toque de misterio que me encanta, una figura envidiable, lo que más resalta de ella son sus tatuajes, sobre todo un pequeño tatuaje escondido en su cuerpo...
Llegamos a nuestro departamento, y aunque estábamos cansadas comenzamos a empacar nuestras cosas, ya que después de la graduación no tiene caso seguir viviendo en los Ángeles, hay que mudarnos a Seattle, solo dejamos lo más necesario para la mañana siguiente ya que yo iría a firmar mi contrato mientras Scarrlet iría a su estudio fotográfico para recoger todos sus instrumentos, después de todo, decidió mudarse conmigo. Dejamos todo ordenado en sus respectivas cajas, decidimos ir a dormir al poco tiempo, me encantaba la manera en la que dormía pegada a Scarrlet, me hacía sentir tan suya, tan querida, como si fuese la mujer más importante, al menos así me sentía yo, y eso para mí era algo muy satisfactorio.
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Siempre a tu lado..."volverte a encontrar"
TienerfictieSegunda temporada de "siempre a tu lado" se recomienda leer la primera parte, contenido lesbico explicito, NO censura, leer bajo su propia responsabilidad.