La Resolución del Destino

Capítulo 8

Ginne parecía ser de esas personas, que sienten atracción por alguien que no se arma una película de amor en su cabeza, luego de un beso, por más intenso que éste haya sido.

Se le dificultaba establecer una relación seria con cualquiera, como pude notar en los sucesos que acontecieron a lo largo del sueño, en parte por la responsabilidad que ello representaba, en parte por el miedo a resultar herida o herir a la otra persona, y en parte, porque permitía que sucesos de su pasado condicionaran su presente.

William resultó ser alguien con quien pudo compenetrar íntimamente gracias a su manera de ser: Espontaneo, observador, intrigante, desapegado.

Luego del encuentro en el departamento de Ginne, ambos continuaron manteniendo contacto regularmente, aunque no todos los días. En cierta ocasión hasta pasaron 1 semana entera sin hablar, y eso hacía que Ginne se sintiera a gusto, sin ningún tipo de compromiso.

Él le continuaba causando la misma curiosidad que desde el museo, y en los encuentros que tuvieron antes del evento de caridad en el Palace Hotel, ella se dio cuenta que William no hablaba mucho sobre sí mismo, en vez de eso, siempre se las apañaba para volver las preguntas hacia ella, o desviar los temas sacando cualquier otra conversación.

Después de la muerte de Fanny, Ginne tomó la iniciativa de ser colaboradora en una fundación sin fines de lucro, que se encargaba de recolectar fondos para los tratamientos de niños con cáncer. Cuando le comentó a William sobre su iniciativa, éste también se decidió a colaborar en la fundación.

Gracias a su habilidad como fotógrafa, y a los contactos de William con algunos medios de comunicación, lograron llevar a cabo una campaña publicitaria que ayudó a recolectar más de 80.000$. Desde entonces, los eligieron como parte de la directiva encargada de los eventos de caridad.

El próximo que sería llevado a cabo, se realizaría en el Palace Hotel. Diversas actividades habían sido planeadas para la situación; Vendimias, rifas, presentaciones de baile, teatro y disciplinas urbanas, y un evento sorpresa que William se ofreció a organizar; el cual no sería anunciado hasta 3 días antes del evento.

Llegado el día, se convocó a una modesta rueda de prensa con los medios de comunicación.

Durante los primeros minutos, se expresaron agradecimientos a las empresas e instituciones que ofrecieron patrocinio al evento. Se invitó nuevamente al público en general a participar en las actividades que serían llevadas a cabo, y al finalizar con la invitación, el director de la fundación se complació en informar sobre el evento sorpresa, por el que muchos curiosos estaban esperando.

—...asimismo, quisiera agradecer a la directiva del evento —habló el director, señalando a la primera fila frente a la mesa, donde estaban sentados William y Ginne junto al resto del equipo—, sin quienes este aporte no hubiese sido posible.

Seguidamente, hizo una seña con las manos y entraron dos hombres cargando un atril, en el cual se veía claramente el contorno de un cuadro cubierto por una tela. Colocaron el atril en uno de los rincones sobre el estrado, y el director se levantó para posicionarse al lado de él.

—El día domingo a las 5:00pm, será realizada una subasta en beneficio de nuestra adorada fundación, donde se pondrá a disposición del público —Tomó la tela por una de las esquinas y fue descubriendo el cuadro—, la oportunidad de obtener el presente cuadro realizado por Derrick Clesser, el joven prodigio de la última exhibición de artes organizada en nuestra ciudad.

Ginne se inclinó hacia el frente y abrió los ojos de par en par. Todos los periodistas en la sala, que se veían más bien interesados en sus teléfonos que en la conferencia, saltaron adelante con sus cámaras y comenzaron a hacer preguntas simultáneamente.