Ni-sama, no puedo dormir (ONE-SHOT)

Ni-sama, no puedo dormir

- Ne-sama, ¿vamos a jugar? - pregunto la pequeña pelinegra a la mayor - tu lo prometiste - le hizo un puchero y su hermana rió.

Aun no asimilaba que la había encontrado, todas esas pesadillas se fueron la tarde en la que su esposo llego con la buena noticia, la pequeña había pasado por mucho y se encontraba en el cuarto escuadrón. La pequeña de apenas 4 años se sorprendió al conocer a quien era su hermana y obviamente se intimido cuando el esposo de esta se presento en su habitación, él a su parecer era un hombre muy alto y por su mirada y su ceño fruncido parecía estar enojado, cuando su hermana se lo presento , la pequeña Rukia se oculto bajo la sabana y escucho la risa de su hermana. De eso ya habían pasado seis meses y la pequeña ya se había adaptado a su nuevo hogar, inclusive ya había hecho sus primeras travesuras, para gracia de su hermana y coraje de su esposo.

- si Rukia, ya voy - dijo a su hermanita y dejo el libro que se encontraba leyendo, se levanto de la manta que estaba bajo un árbol y camino en dirección a la pequeña que se encontraba en el centro del jardin - ¿que vamos a jugar? - le pregunto mientras se sentaba a su lado.

- quiero hacer coronas de flores, mira esta es para ti - se levanto y la puso sobre la cabeza de su hermana - ¿crees que a Byakuya Ni-sama le gusten?... por que el siempre parece molesto y me da miedo que me regañe - tomo unas flores y las comenzó a trenzar.

Hisana rió ante el comentario de su hermana, si bien Byakuya era un hombre serio pero desde que Rukia llego a la casa se había ablandado un poco y hasta había llegado a entablar una pequeña conversación con la pequeña, sobre los preparativos de su fiesta de 5 años, Rukia había estado muy emocionada diciéndole a su Ni-sama todo lo que quería en su fiesta mientras Byakuya asentía y negociaba con la pequeña sobre la cantidad de cada cosa que ella le pedía, en ese momento parecían padre e hija.

- Ne-sama, ¿crees que le guste? - volvió a preguntarle con su ceño fruncido.

Hisana parpadeo un par de veces y la volteó a ver.

- claro que si Rukia, la va a amar, pero creo que se la darás hasta mañana por qué hoy tuvo que salir a una misión y llegará muy tarde.

- ¿enserio? - pregunto la pequeña terminando la corona.

- enserio - le regaló una sonrisa y comenzó a hacer una corona para la pequeña.

[...]

Llegó la hora de la cena y ambas se encontraban en el comedor acompañadas por Ginrei, el abuelo de Byakuya.

- ¿como estuvo su día Ginrei-sama? - cuestionó la mayor regalándole una sonrisa.

- muy bien, a pesar de haber pasado tantos años de mi retiro aún me aburro por las tardes, tengo demasiado tiempo libre - respondio y suspiro.

- ¿por que se aburre? - pregunto la pequeña, quien bajo su mirada cuando el mayor dirigió su vista a ella.

- pues verás pequeña, soy un hombre viejo y ya no tengo nada que hacer, antes era el Capitán de la Sexta División y era el líder de la Familia Kuchiki, ahora esos puestos los tiene Byakuya por que el ya es un hombre maduro que debe hacerse cargo se ello, mientras que yo....

- ¿le gustan las flores? - pregunto la pequeña viéndolo a lo que el fruncio el ceño.

- si, son cosas muy bonitas - dijo serio y la pequeña sonrió, se levantó de su lugar y corrió hacia su habitación, Hisana la llamó pero ella no hizo caso.

- disculpela por favor, a veces suele ser demasiado enérgica - dijo apenada la mayor.

- no se preocupe - dijo el anciano - así son los niños, es lo que los hace maravillosos