Hermanastros(Hiccstrid)

Capitulo cuatro

-Suelatame ahora mismo-Me dijo con una seriedad increíble-

Quité las manos de su cuerpo y di un paso hacia atrás. Mi respiración se había acelerado y no tenía idea del porque. Ya había tenido demasiado de ella por un puto día, esta chica cansaba mucho, y eso que la había conocido apenas cinco minutos.

-Bienvenida a la familia hermanita-le dije dándole la espalda y agarrando mi sándwich de la encimera y dirigiéndome a la puerta-

-No me llames hací yo no soy tu hermana ni nada que se le parezca-estaba carcajeándome por dentro-

Giré a verla y me miraba con odio,allí fue cuando supe que a ella no le hacía la mínima gracia que nuestros padres se hallan juntado. Almenos compartíamos algo en común... ¿Odio?.

Pero pensándolo bien,ellas habían tenido la suerte de tener a mi padre,ya que somos hombres con mucho dinero,¿entonces por que mierda se quejaba?,Podíamos etiquetarlas a las dos juntitas como cazafortunas,pero de las grandes.

-En eso estamos de acuerdo H-E-R-M-A-N-I-T-A-Repetí remarcando cada palabra y disfrutando ver cómo sus pequeñas manos se transformaban en puños-

Justo entonces escuché un ruido a mis espaldas. Me giré y me encontré cara a cara con mi padre y su mujer.

-Veo que se han conocido -Exclamo mi padre con una sonrisa en su cara,(Oh si,oh si que divertido). Hacia mucho tiempo que no lo veía sonreír de esa manera.-

Melina me sonrió desde la puerta con ternura,mientras yo me limitaba a hacer una mueca, no se parecía a una sonrisa pero ñe. Eso era lo máximo que iba a conseguir esa mujer,una mueca.

No tenía nada con ella,es más parecía simpática y estaba buena,podía entender lo que mi padre había visto en ella:
Piernas largas,rubia,ojos claros,buenas curvas...el tipo de mujer que yo buscaba y jugaba,para luego botarlas. Pero no estaba dispuesto a abrir mis puertas a dos desconocidas que lo único que querían era el dinero de mi padre.

Con mi padre habíamos armado como una especie de muralla contra mujeres,por que nunca tuvimos buenas experiencias, primero por el caso de mi "madre", y yo ya sabía que se había ido y que jamás volvería.

Desde entonces desconfiaba en más mujeres. No quería saber nada de ella a no ser que fuera para cogerlas o pasar un rato en fiestas, ¿Para que iba a querer yo una mujer?,claro que eso lo tenía claro,o almenos eso pensaba.

-¿Astrid has visto a chimuelo? -le preguntó la madre a su hija-

-Si..es adorable-Pegue una carcajada -

Todos me miraron y simplemente me encogí de hombros.

-Tenemos buenas noticias-Dijo mi padre aplaudiendo -

-Lo dudo-Respindimos mi hermanita y yo al unísono-

-Hoy por ser el primer día juntos,tendremos una cena familiar -

Mierda mierda y la mierda más grande.