Prólogo

449 22 3
                                    

Agosto 22, del 2013 el día en que mi vida dio un giro de trescientos sesenta grados, el día en que volví a nacer a raíz de un aparatoso accidente automovilístico, realmente no recuerdo mucho de aquel día, lo poco que se es gracias a unos de los paramédicos que me acudieron el día de mi accidente, uno de esos, un paramédico que considero mi ángel, según lo que me cuenta es que cuando me lograron sacar del auto, yo no tenía signos vitales, y en mi mente solo pasa "estuve muerta" realmente estoy sorprendida, me afirma que los demás no tenían esperanzas, ni que se pudiese hacer algo por mí, a cambio él era el único que estaba cien por ciento seguro de que yo podía aunque sea abrir los ojos como señal de que no estaba cruzando a la luz, como dicen.., me sorprende que haya sido el único en creer que no estaba muerta como los demás pensaban, sus palabras me aturdieron el día en que me contó todo, ya que a petición mía, una petición bastante extraña para los médicos, les rogué que trataran de contactarlo para agradecerle que aquel día fue el único tuvo fe en mí , añade que lo único que pudo soltar o decir en aquel momento que estaba frente a la camilla en la que mi cuerpo reposaba, era que él creía en San Judas Tadeo, el santo de las causas perdidas ya que tenía una cadena con la imagen de aquel santo, pues es ahí la parte que lo conmovió, relata el que mis grises ojos estaban llorosos y perdidos cuando reaccioné, fue ahí cuando el gritó que me subieran a la ambulancia, ya que se podía hacer mucho por mí, hasta ahí llega su versión ya que al llegar al hospital los que me socorren son otros...

La Doctora Krentz comenta que en el quirófano no se fiaban que yo pudiera soportar la operación, ya que había perdido mucha sangre, la operación tuvo muchas complicaciones, para no entrar en detalles me indujeron al coma, casi dos meses estuve en coma , y estoy aquí mejorando poco a poco, con la ayuda de los pocos familiares que podían venir a Barcelona y obvio los mensajes de los que no podían venir, amistades, compañeros de trabajo, de universidad, gente cercana a mí; me hacían llegar sus deseos acompañados con grandes ramos de flores y globos grabados con el mensaje "mejórate pronto", para mí era sorprendente que muchas personas se preocuparan por mí, puesto que soy una persona muy ocupada, debido a que mi rutina se basaba en mis estudios y mi trabajo solamente y no había cabida para salidas, solo para juntas, conferencias, reuniones, etc. , claro a mi corta edad tenía muchas responsabilidades y sobre todo siendo empresaria, para ser precisa tenía casi en el abandono a las personas que se preocupaban por mí, y todo ese apoyo influía para esforzarme y mejorarme día tras día.

Los pensamientos se apoderaban de mí, literalmente tenía que empezar desde cero y me refiero a lo físico y mental, pues claro había tenido un accidente y todo eso había hecho cambiar mi manera de ver la vida, estaba clara que tenía que someterme a muchas terapias y tratamientos , solo de pensarlo me enfermaba más, aun estando anuente a que todo eso duraría una eternidad, hasta empezaba a considerar el hospital mi nueva casa, y así sería por un largo tiempo, hasta que la Doctora Krentz considerara que yo podía volver a mi casa, sin importar que me dieran de alta, ya le había aclarado a la doctora que seguiría en contacto con ella, para tener constantes chequeos, adicionales a los que se le brinda al paciente para darle seguimiento, mi salud hoy era prioridad , así sería sin importar nada, no le quedó más remedio que aceptar mi decisión.

Al pasar de los días, iba evolucionando y eso me alegraba, pero sentía debilidad aun, mi cuerpo no era el mismo y no lo seguirá siendo. Las únicas que pudieron venir hasta España fueron mi mamá y mi tía, me hacía bien verlas aunque no podían quedarse por mucho tiempo por una simple razón, y esa razon era la norma del tiempo de visita del hospital no duraba mucho, si acaso unas dos horas yo estando ya en observación fuera de riesgo, ellas no desaprovechaban ningún momento para recalcarme lo fuerte que era para aguantar todo y más aun estando lejos de toda mi familia, porque me mude a España por un tiempo para terminar el máster de mi carrera y también por negocios; aprovechábamos el tiempo para hablar de mis otros familiares que estaban en Colombia, y obviamente el tema de la familia no podía pasar sino le preguntaba a mamá por como andaba mi hermano menor, lo extrañaba demasiado solo podíamos hablar por Skype, mi consuelo; al finalizar el tiempo de visitas ellas no paraban de preguntarme si me sentía bien, si me dolía algo, se preocupaban tanto, no se habían percatado que lo peor había pasado, les repetía mil veces que no se preocuparan tanto porque estaba en buenas manos, ademas que había contratado a los mejores especialistas para que se hicieran a cargo de mi salud.

360 GradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora