Capítulo 39 (Jhonny).

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¿Qué significa esto?

¿El sujetador de Brid? ¿En casa de Ethan?

Es imposible, más que nada porque no ha tenido tiempo, porque ya me ha dicho Brid que antes estaba con Widney cuando me ha llamado en la tienda esa, así que no es posible que Brid estuviese en su casa, pero ¿y si estubo antes...? ¿O si está ahora mismo? Voy a llamarla...

Un tono.

Dos tonos.

Cuatro tonos.

Ocho tonos.

Y no lo coge.

"Amor, cuando puedas hablar llámame porfavor... Tenemos que hablar."

Ya verá el mensaje cuando pueda... ¿Qué estará haciendo ahora?

Como no me apetece estar en casa encerrado, pienso en llamar a Wid para quedar, y eso hago.

Un tono.

Dos tonos.

- Muy buenas - dice con voz seria y sofisticada.

- Muy buenas - le sigo - ¿se encuentra la señorita Auden por ahí?

- No, ahora no se encuentra aquí, ¿pero le quiere dejar un recado? - pregunta. Se le ha escapado una risilla al final de la frase.

- Pregúntele cuando llegue que si podría ir a su casa en este preciso momento, es que no sé qué hacer.

- ¡Claro que puedes! - grita.

- ¿Perdone? - pregunto. Sonrío.

- Quiero decir - se aclara la garganta - no creo que tenga ningún inconveniente.

- Está bien, pues ahora mismo voy.

- De acuerdo - dice - hasta ahora, señorito Dallas.

- Hasta ahora, ayudante de la señorita Auden.

Y soy yo el que cuelga.

~♥~

Antes de ir a casa de Henry, me he pasado por el supermercado a comprar chocolate y Nutella, porque veo venir que esta va a ser una de nuestras tardes de mejores amigos. Me pregunto si Henry estará también en casa... Y qué harán cuando Widney y él están solos, por qué no decirlo.

Toco el timbre, y sin responder, Widney abre la puerta. No parece que esté sonriendo, si no que la misma sonrisa se haya ido abriendo paso a través de sus mejillas.

—Buenas tardes, señor Dallas.

—Buenas tardes. —digo en un tono demasiado formal, y, agachando la cabeza, alzo la bolsa donde llevo nuestro aperitivo mega calórico, señalándola haciendo un gesto con la barbilla. —He traído chocolate. ¿Puedo pasar?

Ella ladea la cabeza mientras sus cejas se alzan con interés.

—Si es verdad que lleva chocolate ahí dentro, sí.

Y así, entro por el umbral. Cuando Wid cierra la puerta tras de mí, me da el abrazo de oso que tanto me extrañaba que no me hubiese dado ya. Seguidamente, me quita la bolsa de plástico de la mano y mira lo que hay dentro, recordándome a una niña.

— ¡Nutella! —grita con ojos brillantes. — ¡Has comprado Nu-te-lla! Dios, es enorme.

—Lo sé, nena. —digo, fingiendo un tono grave y socarrón.

Ella saca de la bolsa el gran bote transparente de cristal y de tapa blanca, examinándolo con cuidado, para luego dedicarme una mirada indolente que me extraña ver en ella.

♡ Todos somos únicos. Tú eres único. ♡ #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora