El Llanto

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Me despierto con los rayos del sol en la cara.

Al intentar mover mi brazo me doy cuenta que Amber esta abrazada a él. Intento soltar mi brazo lentamente para no despertarla, pero termino moviendolo bruscamente y la despierto.

Cuando se da cuenta que la estoy abrazando y que ella está aferrada a mi brazo, me suelta rápidamente y se sonroja.

-Perdón- dice después de que se incorpora.

-No hace falta que te disculpes- digo, y probablemente yo también este sonrojado- yo debería pedirte perdón por haberte abrazado, es que estabas temblando y...

-Esta bien- me corta. Se sienta con las piernas cruzadas y mira un punto fijo entre los árboles.

Me siento. Todo sigue igual. El silencio, el aire refrescante, los árboles verdes, la inquietante tranquilidad del bosque...

Me aclaro la garganta.

-Tenemos que buscar un lago para tomar agua. Tengo mucha sed- en realidad no, sólo estoy tratando de evitar el silencio, y tener un tema de conversación.

Amber asiente y se levanta. Me mira desde arriba y veo sus ojos grises. Tardo un rato en darme cuenta que está esperando que me levante.

No tardamos mucho en encontrar un lago. Este es diferente al primero. Es más grande, y más profundo.

-¿Y si no encontramos a nadie?- me pregunta Amber después de tomar un poco del agua con las manos ahuecadas.

-Vamos a pensar en algo. Pero todavía no sabemos si hay o no alguien más por el bosque.

-O en el planeta- acota. Sigue pensando que estamos en otro planeta, y empiezo a creerle.

Ayer caminamos toda la tarde y aún no se termina el bosque. Yo nunca creí que existieran bosques más grandes que una cuadra, porque en la Tierra, acá o en otra parte del universo, el bosque más grande del mundo era apenas tres cuadras, todos los otros bosques pasaron a llamarse microbosques.

-¿Escuchas eso?-Amber me mira preocupada. Me encojo de hombros.¿Escuchar qué?- Shhh...

Sólo escucho silencio, y algunos animales que se mueven por los árboles. Agudizo un poco el oído, hay un ruido raro, pero no lo distingo.

-¿Qué es?- digo en voz baja como si el productor del ruido pudiera escucharme.

-Vamos a ver que es.

-¡Estas loca! ¡Puede ser un oso!- grito en voz baja.

Amber no me presta atención y empieza a caminar hacia donde creo que viene el sonido. Intento agarrarla del brazo para que pare, pero como no tengo fuerza no lo logro.

No me queda otra opción, tengo que seguirla, no la puedo dejar ir sola.

A medida que nos acercamos, el sonido se hace más claro. Ahora estoy seguro que no es un oso. Suena como alguien llorando.

Me choco contra el cuerpo de Amber. Me corro al costado para ver por qué paró tan bruscamente y qué esta mirando.

Una nena de seis años está recostada sobre un árbol con la cara en las rodillas. Ella es la que está llorando.

Amber se acerca a la nena, está levanta la cabeza. Tiene los ojos rojos de tanto llorar.

-¿Q...quiénes so...son?- le tiembla la voz y deja escapar un sollozo.

-Está todo bien. No te vamos a hacer nada- me señala- el es Iván y yo soy Amber- espera un rato para asegurarse de que la está escuchando- ¿Cómo te llamas?

-Melody, s...soy Melody.

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2016 ⏰

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