Sobre el que fue más allá del hombre

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"Que bello sol, bendito el que crea el sol, su luz, y el lago en el que se refleja la luz que volverá algún dia al astro que la vió nacer" Dijo el ermitaño del tonel.

Cumplido el cuarto dia, del cuarto mes, del cuarto año de su auto-exilio, salió Abbas Abdul Ibn Ahués de donde estaba residiendo. Para ese entonces vivía en un tonel -en este aspecto se le adenlantó a el filósofo que no quería nada material (Diógenes de Sinope)- cerca de un lago en Anatolia.
Se había preparado todo ese tiempo, y ahora que se creía preparado volvería a Damasco. No sabía él que mientras meditaba cerca del río Indo dos años atrás -en el 749-, el califato Omeya (quienes gobernaban el medio oriente y algo más para ese entonces) estaba cayendo. Y llegaría entonces él a un Damasco en caos , donde no había ni sombras del esplendor que hubo. Y fue en en aquellas ruinas donde cayó muerto, el ermitaño del tonel unos dias despues de su llegada. Ese fue el final de Abbas ibn Ahués; pero poco importa el final. Importa lo que hizo antes de morir, porque él vió y dijo más que cualquier otro hombre.
No he explicado sobre quien hablo, realmente no lo haré jamás, pero os contaré su vida para que entiendan un poco . Nació en la Damasco de los Omeyas en el 717. Hijo -según creen los que no saben la verdad obvia- del hijo invidente del maestro del príncipe. Ese hijo llamado amargamente Ahués, que significa ciego, heredó gran parte de la fortuna de su padre. Por eso tuvo cinco esposas. De la cuarta nació Abbas Abdul (león sirviente de Alá). Su nacimiento fue tomado como un milagro pues se creía imposible que el viejo, débil y ciego Ahúes haya pocreado.
Su infancia [la de Abbas]y su juventud no importa sino hasta que cumplió 30 años. Cuando se le dijo que enceguecería. Diagnóstico claramente falso que fue dado por un médico, al que su madre le dió una casa a las orillas de Tangier a cambio que le dijiera eso a su hijo, para que creyeran los que dudaban de que Ahués era el padre de Abbas.
Fue mucha la impresión que dejó aquel diagnóstico. Pero de alguna manera la agradó a él [Abbas] tener esa condicón. En la más carnal e intrínseca parte de él, le agradaba, no porque demostraba que era hijo de Ahués, el hijo del maestro, Ahués, a quien él admiraba más que a el mismísimo rey. No por eso, sino porque eso lo hacía el heredero de la fortuna de Ahués, todas las cinco esposas del ciego querían tener lo que ahora era por derecho de Abbas.
Pero él no reconocia eso, intentaba quejarse lo más que pudiese, para que nadie supiera el secreto que ni él mismo conocía a fondo.
Cerca de esos días[sufriendo de esa lunática melancolía que sufre el hombre] se acordó de su infancia. En aquella casa con telares donde las esclavas del viejo Ahués creaban lindas prensas de lino, ahí creció Abbas.
Siempre le tuvo miedo a Fátima, la gran, delgada y esbelta primera esposa de su padre. Ella tenia en su mirada esos ojos caracteristicos de los tigres cuando ven a una presa indefensan
Si mi padre hubiese visto esos ojos -juraba el joven- no podria haberla desposado.
Para aquel entonces, Abbas había visto el palacio del Emir Jasē. Su padre y él habían entrado para darle una prenda de finísimo lino de colores a la esposa más joven del Emir. Y al llegar vio aquel gran estanque, y en su asombro de joven corrió hacia un almuédano que trabajaba en la mezquita del Emir:
-Esa bella fuente que huele a rosas, brilla como zafir y suena como el zumbido del desierto ¿de dónde viene?-dijo Abbas
-La hizo el hijo de gran arquitecto Zamur, él es un chico talentoso.
-¿Y dónde está él? ¿Vive aquí?
-Él y su padre partieron ayer a Al-Andaluz. Ahora vete niño que tu padre ya se va.
Pero Abbas no olvido ese nombre, ...Al-Andaluz, ¿que habrá ahí?¿será hermoso?¿todas las fuentes serán como aquella?
Y fue por eso que el conoció el deseo de viajar. Conoció la tambien la impotencia de tener que obedecer. La conoció al oir :
-¿Qué dices, ir a Al Andaluz? Tu eres mi heredero, harás crecer mi tejar y te lo enseñaré a hacerlo desde hoy mismo.
Y así lo hizo... hasta ese dia cuando decició ver todo lo quizo observar algún día, antes de no poder ver más. Dejo,pues, a cargo a su primo Mahmed y pensó en darle la mitad de su fortuna a la ahora soltera, resachada y marginada Fátima(pues le daba pena la alguna vez linda mujer)
Llegó él a la pequeña casa en la que vivia su "otra madre"
Ella lo miró fijamente por unos segundos. Frunció el ceño y dijo
-Te has acordado de mi hoy que tienes dinero, sólo para aparentar ser una persona decente, no aceptaré mordiscos del pan que es mío, cerdo -y lo escupió-
Abbas enmudeció.
Abbas cerró bruscamente la puerta y le tiró tierra a su puerta y gritó
- ¡Mujer impía, lodo de la ciénaga es el pan que es tuyo!
Abbas dejó Damasco ese dia. Sin saber a dónde, sólo huyó de la vida que había conocido. Empezó a caminar hacia donde se esconde el sol.

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