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Dicen que los perdidos y los rotos son a quienes suelen doler más la noche.

Yo digo que los perdidos y los rotos son quienes más la disfrutan.

-¿Por qué nos gusta mirar el cielo de noche? Digo, tan solo míralo -señaló hacía un punto fijo en el-

-Es como si me preguntaran porque me gustas tu -ladea su cabeza y chasquea su lengua- tus ojos son azules como el cielo -sonrió haciendo notar ese ya característico hoyuelo en su mejilla izquierda.

Ahí, en ese tejado rojo ya desgastado, a altas horas de la madrugada, supe lo que nos venía a continuación.

-¿Qué pasa si nuestras madres nos llegasen a descubrir? -pregunté curiosa. Como todas las noches, yo era la de las preguntas y el se limitaba a responder. A veces con monosílabos, y valla que desesperaba cuando lo hacía.

-Se encoge de hombros y ríe despreocupado- ¿Qué mas da lo que piensen?

Siempre tan despreocupado del que dirán, una de las cosas que más me agradaban de el. Su caminar tan lento y fresco me hacían pensar sobre como sería la vida sin el, cuando en realidad era que sin el no tenía vida

Secret Love StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora