1.3K 163 155
                                    

Actualidad

Mi vida ahora sí que carecía de sentido sin ti a mi lado. Todo esto fue por mi culpa. Jamás tuviste que haberme conocido, tenía que haber muerto cuando me atropellaste. Tenía que haberme suicidado antes sin haber dejado un mes de margen. O tal vez sólo tenía que haber visto desde el principio lo afortunado que soy y no quejarme por todo. Soy un completo idiota. Pero no puedes hacerme esto, Taehyung. ¿Cómo has podido dejarme solo después de todo lo que hemos pasado juntos? ¿Cómo has podido marcharte sin despedirte? ¿Por qué decidiste acabar con tu vida, tú, que tan en contra estabas del suicidio? No me lo quería creer.

Negro era el traje que me puse en tu entierro, igual que mi alma ahora que te habías ido para siempre. Tan solo habíamos asistido Namjoon, Jimin y yo, pues éramos los únicos que sabían que te fuiste, que te marchaste para nunca volver.

Jamás perdonaré a mi padre por todo esto. Fue su culpa por no aceptar nuestra relación, y no pienso pisar su maldita casa en mi vida, si es que se puede llamar vida a intentar vivir en un mundo lejos de ti. Pero no podía suicidarme, no podía ignorar todo tu esfuerzo y empeño por mantenerme con vida. Tenía que vivir por ti.

Todo a mi alrededor me recordaba a ti, era inútil intentar seguir como si nada hubiese pasado, "como si nunca nos hubiésemos conocido" dijiste en esa carta que dejaste sobre la repisa de la chimenea antes de marchar.

Estoy desde entonces viviendo en la casa de Jimin por un tiempo, pues la casa que compartías con Namjoon tenía demasiados recuerdos tuyos y te veía en todas partes.

---

-¿Jungkook, ¿has visto mi camiseta de Nirvana?

-¿Eh? ¿Qué?

-Chico, despierta. ¿Cuánto tiempo piensas estar así? Ya sé que es difícil de asimilar, pero hazlo por Tae. -dijo estrechando su mano izquierda y colocándola amablemente sobre mi hombro.

-Jimin, ¿puedes hablarme de Tae de pequeño?- se me ocurrió preguntar de repente. La verdad es que a Tae no le gustaba mucho hablar de su pasado y no sabía mucho de él. Quería escucharlo, pues ya no podría preguntárselo a él nunca más.

-No creo que sea bueno que hablemos de eso con el estómago vacío. Voy a pedir algo de comer y a invitar a Namjoonie a cenar con nosotros y así hablamos todos, luego me iré a trabajar porque hoy tengo que cubrir el turno de un compañero que trabaja por la noche y como no quiero dejarte solo pues que se quede Namjoon a dormir aquí esta noche y así me quedo más tranquilo.

Jimin llamó a Namjoon y mientras le esperábamos entré a mi cuarto a leer de nuevo aquella carta. Jimin se había portado genial conmigo, no sólo me ofreció vivir con él, también es muy amable y se preocupa por mí, dice que se lo debe a Tae, por haber sido siempre un gran amigo, quería devolverle el favor.

---

-Jungkook- me interrumpió Namjoon.-¿Aún sigues leyendo la carta?

-Namjoon...

-No soy tu madre, no tienes que darme explicaciones. - Me cortó antes de que pudiese formular una justificación.- Ahora deja eso y ven a cenar. Querías escuchar el pasado de Tae, ¿no?

Le seguí hasta el comedor donde estaba Jimin sirviendo ya en platos la comida que había pedido minutos antes.

-Y bien, ¿qué quieres saber?- preguntaron al unísono.

-Todo.-contesté yo rápidamente.-Quiero saber todo lo que sepáis de Kim Taehyung. Cómo era de pequeño, qué le gustaba, qué le desagradaba... Me gustaría saberlo todo si es posible.

-Pues Taetae era un niño bastante travieso.-empezó a narrar Jimin.-Aún recuerdo vagamente el día en que llegué a aquel orfanato y cómo él estaba castigado casi todos los días.-Namjoon y Jimin empezaron a reírse y yo no pude evitar imaginármelo.-Pero era una persona con un corazón de oro. Era incapaz de ver una situación injusta y quedarse callado, aunque aquello supusiese una bronca o un castigo más, él siempre defendía a los débiles y fue así como nos hicimos grandes amigos. Él me defendió el día que fui acusado de robar el colgante de oro de nuestra madre, así llamábamos a la mujer que nos cuidaba. Yo aún era nuevo y nadie me conocía así que todos me acusaron a mí, todos menos Tae. Estuvo buscando pruebas hasta que encontró al verdadero ladrón y se demostró mi inocencia.-al parecer Jimin se había emocionado mientras contaba esta última parte y se le había escapado alguna lágrima que secó con sus manos y se levantó porque ya tenía que irse al trabajo. Así que ahora era el turno de Namjoon.

-Taehyung y yo nos conocimos antes de que Jimin llegase al orfanato. De hecho nos conocimos fuera, Tae y yo nos habíamos quedado sin familia y vivíamos de lo que robábamos en la calle. Un día nos atraparon y nos metieron en aquel orfanato, al principio nos pasábamos todas las noches ideando planes para escapar, pero acabamos cogiendo demasiado cariño a aquel lugar y ya no nos desagradaba tanto. Se habían vuelto nuestra familia y no podíamos irnos y dejarles sin más. Jimin llegó después y nos volvimos grandes amigos hasta que como ya sabes Jimin fue adoptado y nosotros nos quedamos allí solos. Un día despertamos con los gritos de nuestros compañeros y al abrir los ojos estábamos rodeados de fuego por todas partes. Alguien había incendiado nuestro hogar para construir un gran edificio en su lugar. Solo nosotros logramos sobrevivir así que fuimos en busca de Jimin, que al parecer lo estaba pasando mucho peor que nosotros. Aquel demonio que le adoptó y al que él llamaba padre abusaba de él y le violaba. Jimin le acabó matando y por eso ha estado todo este tiempo en prisión.

Namjoon se levantó y llevó su plato a la pila, le imité y mientras él lavaba los platos yo los secaba.

-Y...¿qué cosas le gustaban?-pregunté curioso.

La voz de Namjoon ahora era más suave.- En la situación en la que estábamos tampoco podíamos decir que no nos gustaba la comida. Cuando tienes hambre todo está más sabroso, pero sí que recuerdo que a Tae le encantaba comer arroz, pollo o salmón y en cambio sentía un ligero rechazo por la carne de cerdo o la de cordero y la verdura al vapor.

Cuando quería estar solo se subía al tejado del orfanato y se podía pasar allí horas, nunca supimos qué hacía exactamente ahí arriba y me temo que nunca lo sabremos.

Otra cosa muy curiosa sobre Tae era la manía de rascarse la rodilla si mentía. Era muy gracioso porque no sabía mentir y su te fijabas siempre que lo hacía se rascaba la rodilla derecha. Pero seguro que tú sabes muchas más cosas de él que yo, no sé para qué preguntas.

Es verdad, en el poco tiempo que estuve con él aprendí varias cosas de él, como si le hubiese conocido hace años.

-Namjoon, ¿tú crees que Tae era el tipo de persona que se suicidaría ante un problema como el que tuvimos nosotros?

Se quedó callado unos segundos que me parecieron horas.

-No, no es propio de él.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 30, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

27 Days  ➳ Vkook {pausada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora