Azul Profundo

Capítulo 14

La morena la alcanzo y juntas tomaron un baño ayudándose mutuamente a limpiarse cuando terminaron la morena salió al jardín y Lena la observo de lejos y tras un rato le llevo jugo

- ¿Todo bien?
- Si Len gracias
- ¿Quieres algo?
- Sólo estar sola
- Yul...
- Por favor Len, tengo mucho que pensar y necesito estar sola - Suspiro
- De acuerdo

La pelirroja la observo desde lejos no quería dejarla sola tanto tiempo por si algo pasaba estaba al pendiente de que todo estuviera bien pasaron cerca de dos horas cuando se dio por vencida y camino hasta ella y la morena la observo seria parecía molesta por algo pero no decía más así que decidió actuar se metió en la silla para tomar el sol en la que estaba Yulia y se recostó en su pecho

- ¿Hablaste con tu padre?
- No - Bufo
- ¿Por qué? Aún creo que deberías estar con ellos y lejos de todo esto
- Jamás me alejare de ti, no hasta que ya no pueda estar contigo
- ¿Por qué me haces esto?
- ¿Hacerte qué? Sólo quiero estar contigo sin importar que
- Yo lo sé pero mi vida estaba bien, había aceptado y decidido no operarme
- Ya lo acepte
- Y ahora... Ahora vienes tú y te unes a mis padres para que me opere y... Eso me vuelve loca ¿qué debo hacer Lena? ¿Operarme y vivir ciega o con posibilidades de que vuelva a salir el tumor? ¿O morir en cualquier momento?
- Eso amor mío lo decidirás tú al final y yo voy apoyarte siempre ¿de acuerdo? - La beso
- Lo sé, es por eso que quiero que hables con tu padre
- ¿Para qué?
- Porque tal vez muera y quiero que tú y él estén bien por si eso pasa
- Yulia
- ¿Si?
- ¿Por qué hablas como si no fuese a pasar? Sabes bien que...
- Sé que causaras un alboroto Elena Katina y puedes correr ya a decirle a mi madre que voy a operarme

Lena sonrió feliz le dio un beso muy apasionado a la morena y se levantó con demasiada rapidez y emoción corrió hasta Larissa que grito feliz y Yulia sólo se tapó el rostro Oleg también estaba muy feliz por el cambio de opinión de su hija

- ¿Cuándo será la operación? - Dijo Lena
- Pasado mañana llega el doctor Robert Lloyd y de inmediato se inicia la operación - Dijo Larissa
- Me alegra tanto que haya cambiado de opinión
- A mí también Lena y sé que todo es gracias a ti - La abrazo
- No, es decisión de Yulia yo sólo quise apoyarla en todo momento aunque eso significase perderla
- Lo sé cariño, lo sé pero sabes qué significa esto ¿cierto?
- Eso creo
- Hay varias probabilidades Lena, la mejor de todas y que todos queremos es la que el tumor desaparece por completo y Yulia mantiene su vista la cual es mínima, otra es que vea pero el tumor no se vaya por completo, otra es que desaparezca el tumor pero ella pierda la vista lo cual es la que más probable que ocurra y la peor de todas es que muera en la mesa de operaciones
- No, pensemos que vamos a lograrlo y que Yulia saldrá bien - Sonrió
- ¿Que paso con tu padre Lena?
- Bueno sigue insistiendo en que vuelva a casa y que estoy loca por estar con Yulia pero nada, ni nadie me separara de ella - Dijo viéndola
- Eres muy valiente - Dijo Larissa - Sabes que cuentas conmigo para todo y con Oleg - La abrazo
- Muchas gracias

La noche anterior a la operación llego y nadie pudo dormir, Yulia fingía una calma que no sentía y los demás estaban tratando de estar calmos para no ponerla más nerviosa sus pocos minutos de sueño fueron inquietantes ya que soñaba con que quedaba ciega, despertó con su corazón bombeante y observo el techo se sentía mareada y hasta con calor parecía fiebre pero sabía que no lo era observo a su lado derecho la espalda desnuda de Lena que estaba recostada de lado acaricio sus rizos y luego la espalda se acomodó de costado, se acercó a ella y comenzó a besarle el hombro y la espalda para luego abrazarla por la cintura y acariciar su vientre y subir hasta rozar sus pechos suavemente la pelirroja comenzó agitar su respiración, Yulia le mordió el lóbulo suavemente haciendo que Lena soltara un leve gemido

- Yul - Dijo suave
- ¿Si?
- Deberías dormir - Dijo agitada
- Dormiré largas horas durante y después de la operación
- Pero y...yo no - Gimió cuando le apretó un pezón
- ¿Entonces me detengo? - Sonrió contra su cuello
- No