Nunca me detuve a pensar en las cosas sobrenaturales, de hecho, nunca me parecio un tema interesante del cual sacar provecho. Pero cuando te enfrentas con algo completamente desconocido; empiezas a hacer todo lo posible por conocer sobre ello.
Fue un largo viaje desde Europa hasta New York, mis padres me habia comprado un nuevo departamento en la ciudad, puesto que había de empezar la universidad en algunas semanas, y ellos –que eran grandes empresarios- me consintieron con ese regalo, también me obsequiaron un Dodge Challenger 2012 de color negro; todo para que no tuivera que andar en taxi por la ciudad.
Llegué a New York a las diez de la noche, la oscuridad reinaba en la ciudad asi que entré a un café que estaba a unas calles de mi departamento y compré un Capuccino para evitar el frío.
Estacioné mi automovil último modelo en la cochera amplia de mi casa y bajé mis maletas dejandolas caer en la entrada.
Caminé por toda la casa observando las paredes, las habitaciones y todos los alrededores, hasta que llegué ahí.
Era una especie de sótano, y tenía unas escaleras de madera que llegaban hasta el suelo; baje por ellas hasta prender una pequeña luz de techo. Había miles de fotografías, cajas, zapatillas y ropa de mujer, al parecer eran algo nuevas, lo pude notar debido al tipo de fotos y ropa.
Tome una de las fotos que estaban sueltas en el suelo y la observé detenidamente.
Era una bellísima mujer con cabello color cobre y una sonrisa hermosa de oreja a oreja, sus ojos eran de un color miel intenso y sus labios estaban pintados de un rojo pasión.
Tomé varias fotografias en mi mano y pasé por oler una de los perfumes que estaban en una pequeña cajonera, el primero era una mezcla de rosas con vainilla, -el cual me debilito las piernas- y así fuí descubriendo todas las cosas femeninas que había en ese sotano.
Me detuve al escuchar mi nombre provenir de una voz de mujer.
-¿Que haces ahí? ¿Por qué tomas mis cosas ah?-Bufó enfadada.
Yo voltie a los lados para ver de donde provenia esa voz, pero al parecer no venia de ningun lado, camine rapidamente hacía las escaleras y solté las fotografias bruscamente hasta que calleron al suelo. Entonces tropesé en un escalon y cai de espaldas hacia donde mismo.
Me sacudi el cuerpo e intente concentrarme en lo que iba a hacer.
-Si tú, el de la playera azul.-Continuó aquella voz, que era tan melodiosa como la de los mismos angeles.
-¿Yo?-Pregunté como tonto, como si en realidad me fuera a escuchar aquella mujer. -¿Hay alguien por ahí?-Asome mi cabeza a los lados y no miré nada.
