Es cierto, no elegimos de quien enamorarnos, pero esto no lo tenía planeado, simplemente ocurrió.
Fuiste el único que me abrió su alma y corazón. Él único que quiso mostrarme que la vida no es solo penurias y miserias, sino que, a pesar de todo, exi...
Cómo veis, esta es mi siguiente historia y si la publico ya es porque Comic Sans ya está en las últimas. Deciros que esta historia será un tanto especial, ya que tendrá imágenes que expresarán más o menos cómo es la escena en sí. Espero que os guste esta primera parte de Pétalos de Sangre.
Byee~
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-Auch- dejé ir un pequeño quejido al darme de morros contra un suave manto de flores doradas, las cuales amortiguaron mi caída-joder-pero trastocaron todo mi cuerpo dejándolo débil-. Donde estaba y porqué había acabado allí, se podría decir que por azares del destino. Traté de levantarme, pero se me hizo imposible:
-¿Estás bien?-preguntó una dulce y preocupada voz-¿te has hecho daño?-continuó con sus preguntas-. Por alguna extraña razón, no fui capaz de levantar cabeza; el ser humano es demasiado frágil, y aun así, ha conseguido coexistir y ser el dominante.
Una vez más, traté de reponerme:
-¡Ah!-chillé al notar el fuerte dolor que me provocaba un pequeño moratón en mi brazo izquierdo-.
-¡Espera!-me detuvo-no te esfuerces, ya te ayudo yo.
La extraña criatura se acercó finalmente a mí para después ayudarme a ponerme en pie. Una vez derecha, empezamos a caminar sobre el sendero rocoso rodeado de ruinas.
Yo avanzaba tambaleante, mas la criatura aguantaba con fuerza y a la vez calidez mi dolorido cuerpo:
-G-gracias-dije tímidamente, pero con desdén-.
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-el extraño ser se sorprendió-no hay de qué-contestó con una amplia sonrisa-mi nombre es Asriel, Asriel Dreemur-se presentó-¿qué clase de monstruo eres?-preguntó intrigado-.
-su pregunta me trastornó-em...-no supe que contestar, así que cambié de tema-yo me llamo Chara.
-Me gusta, es bonito-su radiante sonrisa encendió una pequeña luz dentro de mí-¿por qué caíste aquí?-pero sus cansinas preguntas, la apagaron, asqueándome al poco rato-.
-...-no respondí-.
-su mirada se volvió comprensiva, entendiendo que me estaba haciendo sentir incómoda- ups -dijo-perdón, soy muy pesado a veces-sonrió avergonzado-no hace falta que me lo expliques todo ahora-prosiguió-cuando lleguemos a casa tendremos todo el rato del mundo para ello.
Al escuchar sus palabras, un nuevo sentimiento surgió en mí. Supongo que era la sensación de sentirme querida por una vez en mi vida:
-Claro-dije satisfecha-.
-Hum-asintió el pequeño monstruo-.
Después de andar durante unos largos minutos, llegamos a una enorme puerta morada con una simbología desconocida para mí.
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Asriel se apartó de mi cuerpo:
-Espera-dijo antes de dejarme a mi merced-.
Con mucho ímpetu, llamó a la puerta, resonando los golpes una y otra vez en el interior.
En ese instante, una musical voz acogedora sonó del otro lado:
-¿Si?-cuestionó el ser-¿quién es?
-Mamá-gritó entusiasmado Asriel- soy yo, ya volví del paseo.
La puerta terminó por abrirse saliendo de ella una criatura semejante a Asriel, sin embargo, ésta parecía ser una mujer de mediana edad con aires maternales:
-¡Vaya!-exclamó-que corto ha sido hoy-contestó con desánimo-.
-Sí, bueno...es que-encajó su mirada en mí-.
-¿Mmh?-ella también me miró-¿quién es ella?
-Me la encontré en las ruinas-explicó-estaba herida-miró de nuevo a su madre-no podía dejarla allí.
-la madre de Asriel se acercó al rostro de su hijo para besarle la mejilla-cielito, eres un amor.
-¡Mamá!-dijo con las mejillas enrojecidas-.
-yo me quedé mirando la situación, completamente perpleja-...-el dolor se hizo envolvente-ahg-me quejé cayendo de rodillas al suelo-.
-¡Chara!-gritó mi nombre-¿estás bien?-dijo mientras me ayudaba a retomar mi posición anterior-siento haberte dejado tanto tiempo sin apoyo.
-No te preocupes-dije con un hilo de voz-tan sólo necesito sentarme.
-¡Oh!-exclamó la cabra mamá-pobrecita-se aproximó-no te preocupes cariño, te prepararé una cama-dijo-puedes quedarte aquí el tiempo que necesites.
-Es muy amable, pero-
-¡Ni pero ni pera!-gritó Asriel con tristeza-quédate aquí, conmigo-sus bellas pero simples palabras consiguieron ganarse un hueco en mi... ¿corazón?-me gustaría conocerte mejor, eres tan diferente, que de alguna forma haces que mi curiosidad sea atraída hacia ti.
Por un pequeño momento, nos quedamos mirando el uno al otro. Hechizados por nuestros ojos. Finalmente, aparté bruscamente la mirada de él para no caer aún más en la debilidad y la estupidez que me provocaban los sentimientos humanos:
-Está bien-agaché la cabeza en señal de rendición-.
-¡Bien!-chilló de alegría-.
-la mamá cabra sonrío al ver la emoción de su pequeño hijo-vamos niños-se adelantó abriendo la puerta para dejarnos pasar-.
