Capítulo 29 "Esa chica"

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Los sentimientos de Sun Hee han sido más fuerte que su misma razón. Ella por primera vez en su vida estaba experimentando el hecho de hacerle caso a lo que quiere su corazón o a lo que le dicta su conciencia. Pero no podía escoger ninguno de los dos. El miedo e incertidumbre que rondaba en ella bloqueaba el significado de lo bello que eran esos sentimientos que seguían ocultos. Casi todos sus amigos sabían que estaba enamorada de Bae, pero exactamente él no.

Habían llegado las dos a la casa de Sun Hee.

— ¿Amiga porque no simplemente vas a su casa y se lo dices de una vez? No sigas pensando una y otra vez las cosas. Si quieres decirle del amor que sientes por él simplemente ve y dile.

No habían cambiado el tema de conversación y lo único que se le venía a la mente a Young Mi era tratar de convencerla para que exprese sus sentimientos.

— ¿Antes había dicho que eras tonta no? Tonta por quedarte callada y no saber qué hacer ¿Quieres seguir así?

Sun Hee sólo escuchaba a Young Mi. La sensación que tenía por lo ocurrido en el instituto cada vez era menor. Estaba más calmada y un poco más animada por esas palabras de su mejor amiga.

— Sí, lo dije y lo sigo creyendo. Esta sensación la sigo teniendo. Soy muy cobarde, tú lo sabes—. Decía Sun Hee algo cabreada.

— ¡No, no eres cobarde! Nunca los has sido. Esto sólo es momentáneo. Veras que cuando le hayas dicho sentirás que te has sacado un gran peso de encima.

Sun Hee que estaba en la cama seguía rabiando por no poder tener el valor. La iba a interrumpir diciendo que ella no era capaz hasta que Young Mi la interrumpió primero.

—Independiente de lo que pase después. Tienes que ir y decirle. Esos sentimientos no lo puedes seguir ocultando. Eso sólo te seguirá haciendo más daño.

Esas palabras que había pronunciado Young Mi con tanto valor hicieron que Sun Hee suelte una sonrisa.

— Eso lo dices porque no eres tú quien se va a confesar.

Young Mi la miró molesta.

—La casa de Bae está cerca ¡Ve ahora!—. Le terminó gritando. Sun Hee miraba por la ventana hacia la casa de Bae y se tapaba con las sabanas. Young Mi no soportó y la sacó de la cama.

— Tienes que ir ahora. En este preciso momento—. Le decía mientras la tiraba para que saliera de la cama. Las dos llegaron forzándose hasta la puerta principal. Al llegar allí Young Mi la sacó hacia afuera y le cerró la puerta. Después de eso le gritó desde adentro que no la dejaría pasar hasta que haya ido donde Bae.

— ¡Es mi casa! ¿Qué estas haciendo?—. Le gritó Sun Hee. Young Mi estaba riéndose detrás de la puerta.

— ¡Puedo escuchar tu risa!—. Le gritó Sun Hee desde afuera.

Habían pasado cinco minutos y Young Mi no habría la puerta.

— ¿Y si voy?—. Se preguntaba Sun Hee.

— ¿Esta vez tendré el valor?—. Se seguía preguntando. Con tantos cuestionamientos estaba casi llegando a la casa de Bae. No se había tomado cuenta que estaba avanzando hasta allá.

— ¡Pero si ya estoy aquí!—. Exclamó sorprendida.

— ¡Dios mío, ayúdame sólo esta vez!―. Estaba titubeando afuera de la casa de Bae.

— Vamos, se lo diré como sea ¿Algo irá a salir no?—. Se preguntaba. Su corazón estaba a mil por horas. No podía tranquilizarse.

— ¡Dios mío ya me puse más nerviosa! Vale, aquí voy—. Al decir esas últimas palabras apretó el timbre. Estaba inhalando y exhalando a cada segundo hasta que Bae abrió la puerta.

Alegremente y sorprendido por su visita le preguntó que hacia allí. En eso se asoma una chica en el living.

— ¿Quién es Oppa?―. Preguntó curiosa.

Desde allí Sun Hee pudo notar a la chica. Era la misma con quien lo había visto en la calle. El mundo se había venido abajo. Al verla no pudo decir nada. Había quedado pasmada por lo inesperado que había sido eso. Bae la quedó mirando extrañado.

— ¿Qué pasa Sun Hee? ¿Quieres pasar?—. Le preguntaba, pero ella no le respondía. En realidad no escuchaba nada. Estaba cada vez más inexpresiva mirando a la chica. Bae la seguía mirando. La chica se había acercado donde Bae cariñosamente.

—Ella es Cristi, la chica que...—. Bae no terminó de hablar y Sun Hee salió corriendo.

— ¿Sunny, qué pasa?—. Le preguntó sin entender. Esta había salido lo más rápido de allí.

En la casa de Sun Hee seguía Young Mi. Llamó a Ji para decirle lo que estaba pasando.

— ¿Y ella todavía no llega?

— No. Aún no, pero tiene que estar con Bae. Espero que así sea. A pesar de todo fui yo quien la forzó a que vaya—. Decía Young Mi algo preocupada.

— No te preocupes, no creo que pase nada malo.

—Ah Oppa, iré a tu casa―. Le dijo repentinamente.

Ji no respondía por teléfono. Pasaron unos segundos.

— ¿Oppa?—. Preguntó.

— Si, si ven. Gaho te está esperando. No te tardes.

― ¿Qué fue ese titubeo? ¿Te ocurrió algo?—. Le preguntó curiosa.

Ji le había dicho que no era nada, que sólo se había sentido feliz por haber escuchado que iría a su casa.

— Oppa, no es nada—. Le respondió riendo. En eso terminaron de hablar.

— ¿A su casa? ¿Sin Sun Hee? ¿Por qué dije eso? ¡Ahora me da vergüenza! ¿Young Mi por qué no piensas antes de hablar?―. Terminó rabiando consigo misma.

Por otro lado Sun Hee corrió hasta llegar a un paradero de buses, recién ahí pudo calmarse. No estaba llorando. Seguía inexpresiva. No podía creer que esa chica estaría allí. Que le iba arruinar la tan enredada confesión.

— ¡Mierda!—. Gritó frutada. Las personas que estaban a su lado la quedaron mirando. Se sentó fatídicamente. No podía pensar en nada más que en esa escena. En su cabeza rondaban los pensamientos por lo que había visto.

— ¿Por qué ella estaba allí? ¿Estarían solos sin Demi? ¿Por qué de nuevo la misma chica? ¿Era verdad que anda detrás de él? ¿Y si a él también le gusta?

No dejaba de pensar en todo eso. En ese momento al mirar al piso se tomó cuenta que había un gato. Era ya bastante grande y de color gris con negro. Todas las personas lo miraban y lo tocaban porque era muy tierno. El bus había llegado y todos se olvidaron del gato, se había comenzado a lamer porque lo habían dejado todo desordenado. Sun Hee lo miró y se comenzó a reír. Lo comenzó a llamar. El minino de apoco se iba acercando donde ella.

— ¡Te atrapé!—. Exclamó cuándo por fin se dejó agarrar. Le comenzó hacer cariño y a hablar.

— ¡Qué lindo eres! ¿Qué haces por aquí solo?—. Le preguntaba mientras lo seguía acariciando, hasta que llega una persona a sentarse a su lado. Desvió su mirada.

Era Bae que la había seguido. Sun Hee lo miró atónita, dejó de acariciar al minino. Miraba a Bae asombrada.

— Aquí no va a llegar Ji para salvarte—. Le dijo inesperadamente. Ella nerviosa rápidamente le quitó la mirada.

Fin del capítulo 29

I LOVE MY FRIENDS (BIGBANG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora