Acto 2: Inicio de la guerra

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Abrió los ojos con cuidado, estaba cansado y quería seguir durmiendo, pero el frió por su cuerpo le obligo a despertar, el dolor por toda su piel también fue un factor, se sentía mareado por las pocas horas de descanso , sentía el dolor de algunos moretones y la cadera no la soportaba, pasó una mano por su cabello, se hubiera intentado levantar pero en ese momento no podía, aparte del dolor había un brazo rodeando su cadera en un abrazo aprisionándolo a un pecho desnudo contra su espalda que le impedía moverse como quería, volteo ligeramente la cara mirando de reojo para observar un rostro Pacífico parecido al suyo, "si tan solo fuese así siempre" se lamentó un momento para tratar de zafarse de aquel agarre, con cuidado quito el brazo intentando de pasó no despertar al contrario que le facilitó la tarea dándose media vuelta dándole la espalda, suspiro, definitivamente el mayor era una piedra, no se quejaba en realidad lo agradecía, se incorporó lo más lento posible intentando suprimir uno que otro quejido de dolor, esta vez Osomatsu no le había tenido piedad alguna, sentía aún aquel líquido en su interior y como poco a poco descendía por sus muslos, una inquietante sensación a la cual ya se había acostumbrado hace años, no era raro para el ese tipo de trato

Se logró sentar al filo de la cama y respirando hondo busco por el suelo su ropa, debía irse de una vez ya debía ser tarde y Choromatsu usualmente los levanta a todos si no se despiertan por su cuenta, sino lo encontraba en su habitación seguramente empezaría a armar ajaleo tan temprano, y si lo encontraba en esa situación... No, no debía pensar en eso, tomó sus ropas tambaleándose un poco puesto que aún no podía mantenerse en pie realmente le dolía el cuerpo como nunca antes, agradecía que la mayoría de las paredes fuese anti ruidos, bueno solo las de sus habitaciones, se puso la ropa interior, el pantalón en el cual tardo un poco más observando una cicatriz a lo largo de su pierna, no tan grande pero si profunda claro que está cicatriz ya tenía años, exactamente el día en el cual sus padres fallecieron, siguió y se puso la camisa, levantó las ropas del mayor colocándolas en una silla y dispuesto a irse se encaminó a la puerta, pero una voz lo detuvo

-Kara... Karamatsu... Por favor... Por favor no te vayas.. -volteo algo asustado por haber levantado a su hermano pero al voltear lo vio... Estaba sentado con una mirada vidriosa y oscura, seguía medio dormido, no soporto esa mirada, se acercó hasta quedar a su lado y lo abrazo siendo correspondido espontáneamente

-Tranquilo Osomatsu ni san, no iré a ningún lado si? Solo iba a cambiarme, ya sabes cómo se pone Choromatsu en las mañanas -acaricio la espalda de su hermano, quizá era un masoquista, tratando de calmar al mismo hombre que lo dejo prácticamente inválido

-No me importa... Le decimos que no había calefacción en tu habitación y ya... O yo qué sé, inventamos algo -el abrazo se volvía más fuerte como si temiese el fuera una ilusión, no dijo nada solo sonrió y se dejó llevar a la cama nuevamente donde fue apresado por un abrazo que apenas le dejaba moverse, prefería ignorar el hecho de que el de ojos rojos seguía desnudo, ya inventaría algo para Choromatsu si los encontraba así, acaricio los cabellos de su hermano mayor tratando de recordar el momento en que dejaron de tener una relación sana y se volvió una de necesidad junto a experiencias sexuales entre ellos... Cuando fue?... Quizá cuando se perdió?... Si fue en ese momento cuando era joven y más idiota de lo actual, a tan solo la edad de 17 años, aún que antes de eso pasó algo más traumático

Todo sucedió a raíz de la muerte de sus padres, muerte?, asesinato, a la edad de 15 años habían asaltado su hogar.

Osomatsu ese día se fue a practicar con los de mayor experiencia del clan al igual que con su padre y Divinmatsu, se les dejo a cargo de su madre, estaban todos en el cuarto, cinco de los sextillizos disfrutando una tarde tranquila con su progenitora, aún si ya estaban algo grandes les gustaba al menos un momento a su lado.

La Mafia MatsunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora