Capítulo 4

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La tarde pasaba tranquila entre Osomatsu e Ichimatsu. El mayor acariciaba el pelo de Ichimatsu, despeinándolo, mientras que el menor tenía los ojos cerrados y se abrazaba al pecho de su hermano.

La mano bajó hasta su espalda y luego a su trasero, el cual agarró un par de veces con una media sonrisa.

- No hagas eso idiota... Me duele.- Se quejó Ichimatsu mientras sentía calambres de cintura para abajo. No era el dolor que le solía gustar a él.

- Lo siento, lo siento.- Se disculpó riendo un poco.- No pude resistirme.

- Te estás volviendo igual de doloroso que Karamatsu...- Gruñó el menor, separándose un poco.

- Seguro que no piensas eso en realidad.- Lo miró a los ojos y tomó su barbilla, acariciándola.

Ambos se perdieron en los ojos del otro durante unos segundos, hasta que escucharon que la puerta de la entrada se abría. Se levantaron alarmados, oyendo a sus hermanos discutir.

Se vistieron todo lo rápido que su cuerpo les dejaba y guardaron el futón y abrieron las ventanas, ventilando el cuarto.

Justo a tiempo, sus hermanos entraron mientras hablaban entre ellos.

- ¡No os lo vais a creer...!- Exclamó Todomatsu shockeado, sentándose en el suelo.

- ¿Qué ha pasado ahora?- Preguntó Osomatsu sentándose en el bordillo de la ventana. Ichimatsu fue hasta una esquina de la habitación.

- La novia de Choromatsu.- Dijo Karamatsu, con cara de póker.- Es guapísima.

- ¡Y además se besaban todo el rato!- Jyushimatsu agitó los brazos, celoso.

- ¿¡En serio!?- Se sobresaltó Osomatsu.

- Sí, y además era ella la que lo hacía...- Todomatsu se llevó un dedo a la boca.- Qué envidia...

- Heh... y parecía tonto.- Intervino Ichimatsu.

De repente entró Choromatsu por la puerta y todos lo miraron con los ojos muy abiertos. Choromatsu se quedó parado en la puerta, sin entender muy bien.

- ¿... Qué pasa?- Entrecerró los ojos, sospechando.- ¿¡Qué sabéis...!?

Todos fueron a abrumarlos con preguntas y a hacerle llaves de judo para que cantara. A la segunda llave ya comenzó a hablar.

- ¡VALE, VALE, HABLARÉ!- Gritó adolorido y llorando. Jyushimatsu lo soltó y todos se sentaron en corro, escuchándole hablar.- Uf... Estoy harto que os metáis en mi vida privada.

- ¡Que hables!- Lo señaló con el dedo Osomatsu.

- Está bien...- Suspiró.- Todo comenzó cuando...

Choromatsu estaba andando por la calle. Tenía su currículum en la mano por si se le presentaba alguna oferta de trabajo y aprovechar.

Suspiró, desganado. ¿Cuándo dejaría de ser un nini chupasangre?

- Ey, perdona.

Choromatsu volvió al mundo real y vio a una chica enfrente de él. Era alta, con el pelo largo y ondulado. Sus ojos eran grandes y negros, no era asiática. Choromatsu se sonrojó de inmediato al ver cómo le sonreía.

- ¿M-Me dices a mí?

- Sí.- Afirmó con una pequeña risa.- Quería preguntarte por una dirección.- Le enseñó un papel con las indicaciones.- ¿Podrías ayudarme?

¿Quién mordió la manzana? [YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora