Capítulo 6

450 41 4
                                    

Llegó la mañana siguiente. El ambiente en la habitación era cálido y se escuchaban algunos ronquidos suaves.

Osomatsu e Ichimatsu no pudieron conciliar el sueño. Habían estado pensando toda la noche el uno en el otro con un nudo en la garganta. Ichimatsu no había podido evitar enamorarse de su hermano aunque fuera de una forma poco común: a través del sexo.

Osomatsu no se dio cuenta de cuánto le importaba Ichimatsu hasta que lo vio confesarse y llorar ayer. Se sentía fatal y quería hablar con él, pero estaba seguro de que su hermano menor querría estar solo una temporada para aclararse.

La puerta de la habitación se abrió. Era Choromatsu. Todos se levantaron automáticamente y lo miraron con los ojos inyectados en sangre.

- ¿Qué hiciste esta noche, Choromatsu...?- Le preguntó Karamatsu arrastrando las palabras, envidioso perdido.

- ...- Choromatsu se puso una mano en la boca y giró la cara, tan rojo como un tomate. Todos sus hermanos pudieron ver su aspecto: despeinado, le faltaban los botones de la camisa, la corbata estaba mal atada y muchas marcas de besos en su cara y en su cuello.

- ¡Has follado!- Gritó Todomatsu apretando su móvil, haciendo que sonara un crujido de él.

- ¡No he follado! He hecho el amor...- Le gritó, avergonzado.- Pero...

- ¿Pero? ¿No le ha gustado?- Preguntó Jyushimatsu.

- Me lo esperaba de Choromatsu nii-san...- Todomatsu se encogió de hombros, poniendo una mirada malvada y felina.

- ¡Que no es eso! Os lo contaré...

Choromatsu estaba tirado en la cama con ojos como corazones: lo había hecho por primera vez con la chica a la que amaba. Ella estaba apoyada en su pecho, medio dormida con los ojos cerrados.

Habían estado toda la noche sin dormir.

Choromatsu la abrazó por la espalda y ella se removió, mirándolo de reojo.

- ¿Te he despertado? Perdona.- Le acarició la melena con suavidad.

- Choromatsu...- Ella apartó la mirada.

- ¿Hm?

- Te quiero. Por favor... escapemos juntos...- Le pidió, casi en un ruego. Choromatsu no lo entendió y la abrazó un poco más.

- No te entiendo... ¿Pasa algo?

- Sólo dime que vienes conmigo...- Murmuró ella, tomando su mano y entrelazando sus dedos.

Choromatsu abrió los ojos un poco perplejo y se mantuvo en silencio. Luego suspiró con una sonrisa y apoyó su mejilla en la cabeza de ella.

- Está bien. Me escaparé contigo...- Dijo, algo preocupado.

Los hermanos se miraron entre ellos, confusos.

- ¿Será una espía secreta del gobierno?- Jyushimatsu lanzó esa teoría absurda por si colaba.

- No digas tonterías Jyushimatsu...- Choromatsu sudó una gota por su sien.

- Tal vez esté pasando por una mala situación en casa.- Habló Osomatsu, mirando de reojo a Ichimatsu. Este estaba abrazado a sus piernas, mirando hacia otro lado.

- Eso es lo primero que pensé, pero no tiene pinta...- Choromatsu se llevó una mano a la barbilla, pensativo.

- A mí no se me ocurre nada.- Dijo Karamatsu.

- Ni a mí.- Le siguió Todomatsu.

Choromatsu cerró los ojos por unos segundos y luego los abrió, serio.

- Hablaré con ella. Pero primero necesito dormir, me he llevado toda la noche despierto... tengo agujetas por todos lados.- Comenzó a desvestirse mientras que sus hermanos reían pervertidamente.

Los demás se levantaron a desayunar mientras que Choromatsu se acostó a dormir. Se sentaron y comenzaron a comer.

- Ahora ya no podremos llamar virgen a Choromatsu nii-san...- Dijo Jyushimatsu bebiendo un poco de sopa.

- Sí, es patético...- Todomatsu estaba sombrío.- Hay que acostarnos con una chica como sea... ¿Qué decís?

- Por mí ojalá...- Karamatsu miraba su desayuno con los ojos brillosos.

- ¿Y tú Osomatsu nii-san?

- Sí, claro, si se presenta la ocasión...- Le contestó un poco apagado, comiendo su arroz lentamente.

Todomatsu alzó la ceja y miró a su hermano Ichimatsu.

- ¿También te unes a la causa Ichimatsu nii-san? No te he escuchado en todo el día... ¿Estás enfermo?- Preguntó.

- Te veo más decaído de lo normal buraza.- Karamatsu no le dijo nada más, no vaya a ser que le pegase u algo por el estilo... Ichimatsu era impredecible.

- No me pasa nada. Y claro que me uno... A ver si pierdo la virginidad de una puta vez.

Ichimatsu dejó los palillos de forma brusca en la mesa. Todos lo miraban sorprendidos, sobre todo Osomatsu.

Luego se levantó con su desayuno medio a comer y se fue de allí, sin decir una palabra más.

- ¿Qué le pasa...?- Preguntó Karamatsu entrecerrando los ojos.

- No tengo ni idea... pero más comida para nosotros.- Se alegró Todomatsu tomando todo su desayuno para él.

- Eres diabólico nii-san... ¡Pero comparte!- Se quejó Jyusimatsu tomando algún que otro plato.

Osomatsu siguió comiendo su desayuno lentamente, con los ojos tristes. Le dolía el pecho porque la situación estaba muy mal con su hermano. Quería decirle muchas cosas con respecto a la relación que llevaban...

Llegó la tarde y Osomatsu estaba solo en el salón, bebiendo una cerveza y viendo la tele. No tenía mucho que hacer así que se dedicó a eso, pero antes de sentarse a descansar estuvo buscando a Ichimatsu por la casa. No lo encontró.

Suspiró y agitó la cabeza intentando concentrarse en otra cosa.

- Osomatsu nii-san.

Osomatsu se giró y vio a Todomatsu en la puerta.

- ¿Qué pasa Totty?

Todomatsu cerró la puerta y se sentó a su lado.

- ¿Te acuerdas que te hice una foto a ti y a Ichimatsu nii-san mientras dormíais?- Le sonrió y le guiñó un ojo.

- Ah...- Suspiró y agitó su cerveza, que estaba casi vacía.- Sí, me acuerdo.

- Pues toma.

Todomatsu sacó de su bolsillo la foto en papel y se la dio a su hermano. Osomatsu abrió los ojos sorprendido y tomó la foto entre sus manos, dejando la cerveza a un lado. Allí estaban los dos abrazados y dormidos, con los ojos cerrados y con un leve tono de rosa en las mejillas. Osomatsu se mordió el labio y se aguantó las ganas de llorar. Levantó la mirada hacia Todomatsu y le sonrió.

- Es un detalle por tu parte Totty... Gracias.- Le agradeció, acariciándole el cabello de forma suave.

- De nada Osomatsu nii-san.- Sonrió, riendo un poco.- Tengo que irme ahora.

Se levantó y salió de la sala de estar, dejando a Osomatsu solo. Este volvió a ver la foto y sintió de nuevo esa opresión en el pecho que no le dejaba respirar, y sin más remedió estalló a llorar, agarrando la foto como si fuera un tesoro.

Todomatsu escuchó los llantos de su hermano mayor desde detrás de la puerta y cerró los ojos, marchándose de allí.

¿Quién mordió la manzana? [YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora