Querido amigo.
Ayer fue mi cumpleaños, te contaré a detalle cada momento vivido, empezado que me levante un poco temprano con el celular lleno de muchos mensajes que no dejaban de llegar, ayude a mi madre a hacer mi torta, quería dos; Un pié de limón y una marquesa de caramelo, por lo que ayude todo lo que pude ya que estaba en mis días y batir algo en ese estado es completamente inútil, como si fuera poco, hicimos profiteroles y mientras hacia los postres, la hora se me fue volando, por lo que corrí a bañarme y a cambiarme, cada vez se me acababa el tiempo para que mis amigos se aparecieran por la puerta de mi casa, espere que mi cabello se secara, quería alisarlo. Mientras decoraba los profiteroles con nutella y sirope de caramelo, cuando oí mi nombre, me voltee a la ventana y lo vi... Me sorprendió verlo a él tan puntual, me pare como pude y maldije por lo bajo ya que aún no estaba lista, no me había peinado como quería y no me había pintado las uñas como quería hacer antes de que llegaran mis invitados. Abrí la puerta, él estaba más tímido y apenado por ser el primero que llegaba.
―Hola―saludó con una sonrisa y asentí, sacando un mueble para que se sentara.
―Eres el primero en llegar ―comenté colocando mis manos detrás de la espalda y él sonrió.
―En cualquier momento llegará Eduardo.
―Y Luis.
―Y es raro porque él vive ahí mismo ―musito él y asentí.
En ese momento trascurrió muy normal la conversación hasta que llego Eduardo que empezamos a reír y de último llego Luis.
―Ve a comprar bebidas ―me ordenaron y solté un enorme suspiro, no sabia que iba a comprar las bebidas de mi propia fiesta y con mis invitados, me maquille rápidamente y salí con mis tres amigos.
―Yo no sé donde habrá una bodega abierta hoy domingo ―me sinceré―.Así que llevenme ustedes.
―Vamos a la que queda cerca de mi casa ―sugirió Eduardo y todos lo seguimos.
Sin mentira ni nada, recorrimos tres bodegas y ninguna tenía lo que buscábamos.
―Que bonito cabello tienes ―me halago Luis aunque sonó más bien a burla―. Y ojos, y ese pantalón te queda de maravilla con tu tono de piel...
―Gracias.
―Y estas flaca.
―Y eso lo considero un insulto ahorita ¿sabes?
―¿Quien entiende a las mujeres? Les dices gorda se ofenden, les dicen flaca y también ―comentó Eduardo uniéndose a la conversación.
―Pero de verdad te ves...
―Ah bueno ¡Ya basta! ¿Vas a seguir mentiéndote con una mujer? ―lo cortó mi diez perfecto a Luis quien se sorprendió incluyéndome.
―¿Y a ti en que te afecta eso?
―Que sigues metiéndote con ella, ¿acaso eres gay?
―¿Y es que acaso te importa ella?
―Ah bueno...
―¿Por qué la defiendes? ―contraatacó Luis y me encogí, nunca había visto al chico diez enojado como estaba en ese momento, seguimos recorriendo todo el pueblo y ni una bodega tenía lo que buscábamos.
―Me preocupan esas botas que tienes... hemos caminado mucho ¿no te duelen? ―preguntó mi diez y negué con la cabeza con una media sonrisa, era verdad, no me pesaban, no me dolían.
Caminamos todo el pueblo y en ningún lado habían bebidas gaseosas, por lo que el viaje fue un fracaso, nos sentamos todos afuera de mi casa y mi abuela me llamo, mostrándome una bandeja con cremas y galletas saladas, automáticamente saque la mesita pequeña y la coloque en el medio de todos, dejando la bandeja y comenzando a comer, coloque música de mi celular y mi diez lo agarraba, poniendo cualquier canción que le gustaba y que casualmente yo tenía. Hablábamos de todo un poco, anécdotas de la vida, cosas pasadas, sueños, hasta que me llego un mensaje.
"Hola Ami, ¿puedes decirle a uno de los muchachos que venga a buscarme? Es que llevo la guitarra y los refrescos". Automáticamente me pare y pegue un grito de alivio, era la que me iba a salvar, aunque no se había reportado en todo el dia hasta ese momento, todos me vieron como si me hubiese crecido dos cabezas y rápidamente les informe, Luis fue el primero en pararse.
―¿Quien me acompaña?
―Ve solo ―dijo Eduardo completamente aburrido y yo fui adentro por un vaso de agua, estaba tan feliz, Selena me iba a salvar el cumpleaños.
Mayor sorpresa me llevo cuando salgo y no veo por ningún lado a Luis y a Eduardo, solamente estaba mi diez ahí sentado, revisando su celular, mi corazón dio un vuelco, mucha casualidad ¿no creen? Suspiro sentándome justamente frente a él. Él dejo su celular, y me miro, iba a decir algo pero mi celular empezó a sonar en ese momento, alguien me estaba llamando, casi suelto un gruñido de la frustración, el numero era privado, por lo que atendí y me pare, apenas oí la voz, la reconocí, uno de mis grandes amigos de la universidad preguntando si estaba de cumpleaños hoy, quería estrangularlo, mientras veía como mi chico perfecto se sumergía en su teléfono nuevamente, de vez en cuando volteaba a verme y mi corazón latía tan deprisa, mis manos empezaron a sudar, no hallabala forma de decirle a mi amigo que no podía seguir hablando con él, ¡Estaba desperdiciando ese momento a solas con mi diez! Que momento tan perfecto para llamarme ¿no creen? Y mi amigo no dejaba de hablar y de hacer preguntas, intentaba cortarlo, me fui a tomar agua y le dije que no podía hablar, que estaba la persona que me gusta afuera y no lo entendió.
Justamente cuando pensé que sería más eterna la llamada, llegaron todos, me felicitaron y rápidamente, guarde los refrescos que traían, sacaron las guitarras, Luis fue a su casa a buscar la de él, y yo todavía seguía hablando con mi compañero de la universidad ¡QUE BELLEZA! Me resigne ya.
―Toca aquí y aquí ―indicó Selena a mi diez y él toco un acorde en la guitarra que fue demasiado bonito, demasiado genial, no pude evitarlo y dije.
―¡Me encanta! ―medio grite y mi diez levantó la cara y me miro sorprendido con Selena―. Eso que acabas de tocar, fue maravilloso.
Mostré mi mejor sonrisa y los ojos de mi diez me miraron por unos segundos más, hasta que aparto la mirada, pero fue completamente genial la conexión que se sintió, sentí una corriente por todo mi cuerpo, finalmente finalice la llamada y solté un enorme suspiro para oír lo que me tocaban mis invitados. La mejor parte fue cuando Luis le enseño a tocar mi canción favorita (little things) En guitarra a mi diez, me puse a llorar, fue inevitable, demasiado perfecto, fue mágico.
―Vamosa tocar Yo quisiera y ustedes van a cantar ―anunció mi diez señalando a Selena y a mí, después de veinte canciones que tocaron.
Empezamos a tocar obedientemente, veía a mi diez sin disimulo alguno, él me volteaba a ver y juro que en ese momento fui feliz, fue único, sus ojos oscuros brillaban y se sintió extraño dentro de mí, estaba tan feliz. En el momento de descanso él veía imágenes en su teléfono y me las mostraba, todas tenían que ver con un "feliz cumpleaños romántico" ¿Casualidad? Puede ser, luego de que la noche acabara y me cantaran feliz cumpleaños, fuimos a llevar a Selena y en el camino me despedí de él, me abrazo tan fuerte, por un momento fue tan especial. No se que suceda mañana ni tampoco me importa, lo único que se es que esas miradas de hoy, ese abrazo, esas imágenes, y esa canción en especifico me hicieron mi día elmás asombroso y grandioso. Tengo algo de sueño ya, son las tres de la mañana y acabo de tener una discusión con mi padre, el cual quiso arruinar mi cumpleaños, pero creo que no existirá nadie que me robe la felicidad que siento en este preciso instante.
Se despide tu fiel amiga.
ESTÁS LEYENDO
Cartas
Romance"Esta carta que te escribo no la tires en un rincón porque la tinta es mi sangre y el papel mi corazón". Anónimo.