Capitulo 13/parte 2

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Más tarde Harry pudo reconstruir parte de los hechos. Los pescadores del barco pesquero, poco interesados realmente en la pesca, le habían salvado sacándole del oscuro océano antes de dejarle en la costa de Massachusetts. Harry había encontrado en su bolsillo un papel empapado en el que estaba garabateada la dirección de Kinkaid, que supuestamente encontró hurgando en el bolso de su madre. Sea como sea, había llegado hasta allí. No es que Harry esperara un reencuentro efusivo y conmovedor -nunca fue un niño sentimental- pero desde luego la realidad distó mucho de ser así. Aunque nunca había visto una foto de su padre, no le sorprendió en absoluto que Kinkaid, pasada la cincuentena, fuera un hombre apuesto. Ningún Styles se conformaba con menos que la perfección física. Kinkaid era alto, larguirucho, tenía el rostro ovalado y los ojos azules. Harry no podía reprocharse a sí mismo no reconocer la trascendencia de esos ojos azules; en algún momento dado se había golpeado la cabeza y, por si fuera poco, tenía una leve conmoción cerebral. Con un agujero de bala en la espalda lo último que quería era ir a urgencias o a un médico y que le hicieran preguntas. Lo mandarían de vuelta a Edgartown. Kinkaid le sirvió una sopa y un ginger ale, e incluso le despertó cada hora para comprobar que estaba bien. Al día siguiente le dio café solo con azúcar, que siempre había tenido que tomar a escondidas de Constanza. -Sally está preocupada por ti -anunció Kinkaid, sentándose enfrente de la cama. A Harry se le derramó el café caliente por los tejanos. -¿Le has dicho que estoy aquí?-Tranquilo, muchacho. No tiene ni idea de dónde estás. No voy a chivarme. -Pero es probable que intente ponerse en contacto contigo. Es una mujer inteligente; se imaginará que he ido a buscar a mi padre. Kinkaid parecía contrariado. -Hace casi diecisiete años que Sally y yo no estamos en contacto -explicó Kinkaid-. Me extrañaría mucho que siquiera pensara en mí como una posibilidad. Ha pasado demasiado tiempo. -Desde que nací -añadió Harry. -Sí. Una respuesta tan rotunda no daba pie a preguntar nada. -Podría encontrarte. Si Sally se lo propone, puede encontrar a quien quiera -dijo Harry, decepcionado. -Si piensas eso, ¿por qué te has molestado en huir, entonces? ¿O es que quieres que te encuentre y te lleve de vuelta a casa?-Volveré a casa -afirmó-. Cuando esté preparado. Cuando averigüe las respuestas a algunas preguntas. -¿Qué tipo de preguntas?Harry resopló con el desdén propio de un adolescente. -Quería conocer a mi padre, ¿es eso tan descabellado? Es un capítulo de mi vida que está en blanco. Sally nunca me habla de ti; ni si quiera me ha enseñado fotos tuyas. Todo lo que sé es que nos abandonaste cuando yo nací. -¿Y quieres saber por qué? -Kinkaid encendió un par de cigarrillos y le dio uno a Harry. Diez años después Kinkaid moría de un cáncer de pulmón, y Harry dejaba de fumar. -Creo que es mi derecho -afirmó Harry-. Tengo derecho a conocer a mi padre. -Lo siento, chico, pero ahí sí que no puedo ayudarte -dijo Kinkaid suspirando-. Yo no soy tu padre. A Harry no le sorprendió oír eso. -¿Por eso dejaste a Sally? ¿Porque tenía un affaire y se quedó embarazada de otro hombre?-¡No! La única vez que Sally estuvo embarazada yo era el padre. De eso no hay duda. Desde hacía varios días Harry tenía jaqueca; al oír las palabras de Kinkaid, de pronto, el dolor se disparó. -¿Cómo has dicho?-Que tampoco eres hijo de Sally, muchacho. Nuestro bebé nació muerto, y ya sabes que Sally nunca ha aceptado un no por res puesta. Ni siquiera sé dónde demonios te encontró, aunque debió pagar un dineral por ti. Te trajo a casa y te presentó como su hijo recién nacido, y el que tuvo alguna duda fue lo bastante listo como para mantener la boca cerrada. -¿Menos tú?-No, yo también me callé. Simplemente me fui. Hacía mucho tiempo que nuestro matrimonio era un desastre, pero me retenía el niño. Cuando el bebé murió ya no me pareció necesario seguir aguantando las mentiras de Sally. -No, supongo que no. -No me mires así -le dijo Kinkaid con brusquedad-. No es nada personal. Estoy seguro de que Sally te ha querido tanto como si te hubiera parido. -¡Pues vaya consuelo! Kinkaid se encogió de hombros. -En cuanto a mí, no me sentía como si hubiera perdido una mascota y pudiera reemplazarla por otra. Al morir nuestro hijo no había razón alguna para que me quedara. Tú te convertiste en su nuevo juguete y, de todas formas, Sally ya no me necesitaba. -Soltó un suspiro-. Aunque no me resultó fácil prescindir de su fortuna. Aun así, no me arrepiento de lo que hice. Me casé con otra mujer, tuvimos un par de hijos, y luego seguimos caminos diferentes. Veo a mis hijas los fines de semana, suficiente para cubrir mi necesidad de padre. Harry había apagado su cigarrillo. -Será mejor que me vaya -anunció. -No, hombre, no, quédate -suplicó Kinkaid, obligándole a acostarse de nuevo-. En cierto modo te siento como parte de la familia. Una especie de hijastro. Al fin y al cabo, eres el hijo de mi ex mujer. -No, no lo soy. -Escucha, seguro que Sally te quiere con locura. El hecho de que sorteara algunas leyes para conseguirte no cambia nada. -¿Estoy adoptado legalmente?-¡Caray, no lo sé, chico! Pero yo no me preocuparía por eso. Sally haría cualquier cosa por tenerte; a estas alturas ya no va a decir la verdad. Nunca le ha gustado reconocer sus errores. -¿Crees que ha hecho algo mal?-Eso no es asunto mío. Sally siempre utilizaba dinero para con seguir lo que quería. Y yo no quería lo mismo. -Entiendo -dijo Harry, cogiendo otro cigarrillo del paquete que había sobre la mesa-. Así que somos dos. -¿Dos?-________ y yo. Sally trajo una niña pequeña a casa al cabo de unos años. En esta ocasión no la hizo pasar como suya. Tampoco se molestó en adoptarla. Siempre dijo que las mujeres solteras no podían adoptar, pero yo no la creí. Sally era capaz de hacer todo lo que se propusiera. -Pagando, claro -añadió Kinkaid-. Por cierto, chico, ¿cómo te llamas?-Harry. Harry Styles. Kinkaid parecía triste. -Nuestro hijo se iba a llamar Samuel. Samuel Kinkaid. -Bonito nombre -comentó Harry. -Sí. Y cinco semanas más tarde, cuando Harry finalmente se fue, su nombre era Samuel Kinkajd.

Bueno les tengo una buena y una mala noticia... la mala es que no podré subir capítulos por 3 días...y la buena es que intenare subir muchos capítulos.

El impostorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora