Capitulo 4

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Willow se recuesta sobre el tilo que hay en los jardines del instituto y cierra el libro con un profundo suspiro. Lleva media hora intentando leer, pero es inútil. Es incapaz de concentrarse. En lugar de ver las páginas que tiene delante, no puede quitarse de la cabeza la imagen de su pobre hermano.

Tiene miedo de lo que pueda ocurrir la próxima vez que hablen. ¿Se delatará con la mirada? Ella sabe perfectamente que David no hubiera querido tener ningún testigo en aquel momento. Había algo tan profundamente... bueno, íntimo es la única palabra que lo podría describir... algo tan íntimo en su tristeza y en el consuelo que Cathy le daba.

Por primera vez, tener que ir al instituto ha sido un alivio. Ha salido de casa especialmente temprano esta mañana para evitar encontrarse con ninguno de los dos, esperando poder olvidar lo que vio al no tener que enfrentarse a la cara de David y a sus ojos rojos esta mañana.

¡Sí, exacto!

Pero saltándose el desayuno no ha conseguido nada más que tener el estómago vacío. Porque, a pesar de que hace un día precioso, y a pesar de tener un rato libre para sentarse al aire libre a leer, no puede evitar pensar en David. Ella ya sabía que su hermano estaba sufriendo, claro que lo sabía, pero verle así...

Incluso ahora le cuesta creer que haya ocurrido esto. Desde el accidente David se ha mostrado tan contenido, tan reservado, que verle en ese estado de desesperación... En fin, aún le cuesta creerlo.

El estómago le da un vuelco al recordar cómo intentó animarle con falsos cumplidos. ¿Cómo había podido ser tan ingenua y estúpida? ¿Cómo podía pensar que nada de lo que ella pudiera hacer u ofrecer pudiera ayudarle después del infierno en el que ella misma lo ha metido?

Willow se odia a sí misma por lo que le ha hecho a su hermano. Pero, aún más que eso, se odia a sí misma por ser tan egoísta. Porque, después de presenciar su crisis, es consciente de que su primera preocupación debería ser por él. Pero en lugar de eso solo puede pensar en que, si él es capaz de dar rienda suelta a sus sentimientos de ese modo...

¿Por qué es siempre tan frío y distante conmigo ?

Willow levanta la mirada. Un grupo de estudiantes que acaba de llegar al jardín le llama la atención. Entre ellas reconoce a alguna compañera suya de clase.

-¡Eh, Willow! ¿Qué tal va todo? -le pregunta una de las chicas, -Tirando. -Willow esboza una pequeña sonrisa a la chica. Se llama Claudia. Willow no sabe mucho de ella, solo puede decir que ha sido simpática con ella un par de veces, y le agradece el detalle.

-¿Quieres venirte un rato con nosotras? -Claudia se sienta en la hierba. Inclina un poco la cabeza y sonríe a Willow con amabilidad.

No. Willow no quiere sentarse con ellas. Quiere quedarse bajo el tilo y tratar de leer. Pero no ha tenido mucha suerte con eso y, de todos modos, ¿cómo podría decir que no? Claudia está siendo agradable, sonaría extraño rechazar la invitación, y tiene la sensación de que ella ya parece bastante rara.

Willow se levanta y se dirige lentamente hacia el grupo. No sabe muy bien qué hacer o qué decirles. Si esto hubiera ocurrido hace un año, ni siquiera hubiera esperado a que la invitaran. Hubiera sido lo más natural del mundo acercarse a Claudia y presentarse al resto de chicas. Pero ahora... No es exactamente que sea una chica tímida, es más bien que ha olvidado cómo comportarse cuando está con otra gente.

Pero hay algo más, piensa Willow mientras Claudia se aparta para hacerle un sitio. Se pregunta si la invitación es tan inocente como parece. Todo el mundo sabe que ella es una chica diferente. Bueno, aparte de todo lo demás, es la nueva, y con eso basta para que surjan todo tipo de preguntas, incluso de las más inocentes. Sin embargo, Willow está convencida de despertar un interés bastante más siniestro, debe haber cientos de rumores circulando sobre ella. Seguro que hay gente que sabe que ha perdido a sus padres. Seguro que hay gente que sabe que ella ha matado a sus padres. Por el momento nadie le ha preguntado nada directamente, pero está segura de que todos quieren saber su historia.

Willow- Julia Hoban -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora