enero veinte; dos mil doce

3.3K 621 52
                                    

La pasión por mi trabajo absorbe mi tiempo, a veces mis ganas. Soy una persona que no tiene tiempo para nada más que para tomar fotos y editarlas, darle brillo y luz. Jongin no me da tanto trabajo, él tiene su propia aura perfecta, y a veces me hace codicioso.

La pasada noche, por su cumpleaños, fuimos a comer y hablamos de la forma en la que suelo tomar la cámara; él dice que mi ojo derecho se apaga cuando el izquierdo está buscando alguna angulación adecuada, que frunzo los labios cuando alguna imagen se estropea, y también dice que me concentro tanto que a veces parezco que lo ignoro.

—Pienso que me ves, pero no realmente.

Yo quería desmentir aquello porque no es cierto, Jongin lo es todo para mí, no puedo separar mis ojos de su figura ni un momento. Él musitó aquello con un pequeño puchero en la boca, la luz de la luna creaba contraste detrás de él, yo no pude resistirlo, tuve que sacar mi cámara y pedirle que posara para mí.

—Hyung, pero no estamos en el trabajo.

Pero yo insistí y él mitigó, no sé qué clase de anhelo o desespero miró en mis ojos pero él simplemente me dio una sonrisa y dejó que yo me llevara un trozo de él en mi cámara.

Agradecí su idea de cenar en un lugar cuyo cristales filtraba la luz lunar, ese era mi único reflector.

Prometí imprimir esa foto para él para que la añadiese a la colección que yo le hice, dijo que iba a llamarle "Veinte más una" entonces pareció recordar algo, y se corrigió rápidamente "Veinte más dos" y con mucha seguridad en sus manos, tomó mi cámara y arrimó su silla más cerca de mí.

Una fotografía junto a Jongin, mi musa, fue la moneda que arrojé a tantos posos de los deseos. Aquel catorce seguía siendo su día pero para mí se convirtió en algo más importante. No se que pensaría Jongin, posiblemente que era solo una cena de colegas.

Pero para mí esa noche lo fue todo.

Hoy te entregué la imagen, me pediste una tamaño normal y otra pequeña. No entendí pero accedí rápidamente. Nunca imaginé tus intenciones para con ellas, y cuando las recuerdo, mi corazón se sacude.

La fotografía pequeña de los dos la guardarse en tu billetera, estaba al lado de tu foto familiar y la de tus cachorros; con la normal, fue sorpresivo.

—¡Acompañame a una tienda cerca!

Fuimos en nuestro descanso, tomamos algo caliente para el frío y así mismo me arrastraste hacia una pequeña tienda donde vendían artículos de oficinas y accesorios. Te seguí porque al parecer sabías exactamente dónde estaba el lugar que buscabas y cuando lo encontraste, a mí me volvió a latir en el pecho.

Querías un retrato de color blanco con las medidas de la fotografía grande, esa que sacaste de entre tus cosas y colocaste dentro con tanta dulzura que me precipité. Las emociones eran confusas, tus acciones eran confusas, no sabía qué estaba pasando, pero no quise preguntar más allá de lo obvio.

Tú sólo me obsequiaste una de esas sonrisas que en mis horas de trabajo son mi té verde, mi alivio.

—Directo a mi buró.

Cuando pagaste por él y con delicadeza lo guardaste en tus cosas hablando de cuan bonita iba a lucir, supe que había algo entre los dos, no se podía definir como romance, amor, pero definitivamente era algo más.

¿No es el estar enamorado el mismo estado que te hace amar y odiar al mismo tiempo?

➖➖➖➖➖

Querido Jongin → KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora