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-Iba para la mesa donde estaba Jongin, porque él me llamaba. Mi bandeja de comida estaba repleta, tenía tanta hambre, él simplemente se me atravesó, no lo vi venir, después siento su puño en mi cara. Yo caí al suelo agarrando mi nariz, sangraba mucho, la comida y la gaseosa se me regó encima, estaba sucio, empapado y apestoso, me golpeó en el ojo con su codo al rato. Jongin llegó corriendo y me defendió, empujó a Chanyeol, así se llama el que me golpeó, y le dio una patada en el estómago, él se fue, el profesor de historia lo llevó a coordinación.

-Hijo, mañana mismo iré a solucionar ese problema. No es posible que por un accidente este niño sin modales te dejara el ojo morado, que falta de respeto- resopló.

-Por favor, déjalo así, y si yo fui el de la culpa, el que no lo vio venir...

-¡No! ¡Esto no voy a dejarlo pasar, Kyungsoo! Es, te golpearon, a mi hijo nadie lo toca. ¿Como piensas en dejar pasar algo así?

-Ya, perdón. Si quieres ve, y ya.

-Eso haré. Antes de acostarte te colocas una bolsa con hielo en ese ojo.

El silencio reinó, no era incómodo para Kyungsoo, pero quería terminar rápido para irse a dormir, y tal vez soñar en que él le devolvía el golpe a Chanyeol, después llegaba Jongin y lo besaba apasionadamente, dejando a todos sorprendidos, porque uno de los chicos más lindos de la escuela era gay.

Kyungsoo estaba perdido en su cabeza, se quedó perplejo por haber imaginado tal cosa, porque él no quería que Jongin lo volviera a besar, esos labios rosados, suaves y que se adaptaban muy bien a sus labios, no, mil y un veces no.

-Hey, ¿estás ahí?- movía la mano un lado a otro JunMyeon.

-¡Sí! ¿Me decías, papá?- dijo Kyungsoo sonrojado.

-Actúas como un enamorado. ¿Ya existe vida en tu corazón, hijo?

-Desde que nací mi corazón tiene vida... mejor me duermo, tengo mucho sueño.

-Está bien, descansa.- despidió JunMyeon a Kyungsoo sin borrar su sonrisa de su rostro.

~

La semana de escuela se había pasado volando, a Jongin le encantaba cuando hacia sonrojar a Kyungsoo, porque su rostro se colocaba de un rojo que se le veía muy tierno. Lo gracioso es que Kyungsoo sabía que a Jongin le gustaba hacer ese tipo de comentarios para hacerlo morir de vergüenza.

O simplemente se lo quedaba viendo fijamente, a él, a sus labios, sus facciones.

-Te dije que eras muy hermoso, Kyung.

-¡Deja de decir tonterías!

Ese viernes fue diferente, Jongin le besó la mejilla a Kyungsoo antes de irse caminando tranquilamente, porque su mamá ya la esperaba fuera de la escuela. Y antes de girar por el pasillo, Jongin volteó y le guiño un ojo.

De inmediato Kyungsoo corrió a su bicicleta y se encaminó a casa, su corazón, este latía rápidamente, el rojo de su cara no quería irse, los recuerdos, todos esos llegaron a su mente, como cuando Jongin lo invitó a comer helado, o la vez que nadaron juntos en la piscina de la escuela, solo los dos, jugando y tocándose entre sí, como el que llegue primero a la orilla, y estos se agarraban para detenerse, o empujarse no dejando ganarse.

Pero el beso, vaya que quería volver a repetir ese beso, porque si Jongin seguía comportándose de esa manera, juraría pero no aceptaría su enamoramiento hacia él.

-Hijo, mañana tú y yo, a las siete, saldremos a comer.

-¡Claro!

~

DESESPERADO (KAISOO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora