Capítulo II: Invisible

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Hola a todos!

Disculpen por no actualizar la vez pasada, pero aquí les traigo un nuevo capítulo que espero les guste.

Yo creo que este fic será corto (quizá otros dos o tres capítulos más), pero lo escribo para ustedes.

En fin, espero voten y comenten. Ya mi cabeza anda maquinando otra historia y quizá la publique.

Ya saben, Gravity Falls NO me pertenece :)


Capítulo II: Invisible.

Bill volteó a ver a Dipper creyendo por un momento que éste se había ido, pero el genio seguía a su lado mirándolo. El rubio hizo una expresión que exigía una explicación.

-Bueno, sólo tú me puedes ver. Es así para que otros no se peleen contigo por mi lámpara convirtiéndome en su genio. Es una forma de protegerte.

Dijo Dipper mientras se encogía de hombros. Bill sonrió con algo de malicia.

-Bien, pero no creo que mi hermano sea capaz de hacer algo así.

-¿Quieres que sea visible ante él?

Preguntó Dipper alzando su mano listo para chasquear los dedos.

-¿Eso contaría como un deseo?

Vaya, Bill no era nada tonto.

-Sí.

Respondió el castaño con simpleza.

-Entonces no. No será necesario que te vea.

Dipper bajó su mano y Will habló nuevamente.

-¿Con quién hablas, hermano?

Preguntó el menor con inocencia. Bill sin responder, se acercó a él y le revolvió sus cabellos azules.

-¿Cómo está el cumpleañero?

Will rió ante el tono de Bill y lo empujó levemente para verlo bien y hablar en serio.

-Hermano, ¿Dónde estamos? ¿Y cómo llegué aquí?

-Bien, digamos que fue un deseo. Éste será nuestro nuevo hogar. -Dijo Bill mientras extendía sus brazos. Will miró todo a su alrededor de forma admirada.

-Pero, ¿Cómo es eso posible?

-Ya te lo dije, fue un deseo. Ahora, vete a arreglarte, porque esta noche tendrás un banquete por tu cumpleaños.

El pequeño se emocionó a tal grado que se fue corriendo sin saber dónde estaba su habitación. Bill rió levemente y volteó hacia Dipper nuevamente.

-Supongo que hay de todo en este castillo. Hace mucho que uso estos trapos y los odio.

-Sí. Todo está en tu habitación.

Bill sonrió y esperó a que Dipper lo condujera a su habitación, pues el chico comenzó a flotar en una dirección y el rubio lo siguió. Después de atravesar un pasillo, Dipper entró a una habitación que no tenía puerta, pues del marco de la entrada colgaban joyas como diamantes, rubíes, zafiros, esmeraldas y oro como si de una cortina de tratase.

Cuando Bill entró, no podía creerlo. El lugar era más lujoso de lo que jamás hubiese siquiera imaginado. Él no tenía cama como tal, sino que eran un montón de cojines de gran tamaño; uno era de su propia estatura; con plumas de color rojo y dorado con una cortina delgada de seda que colgaba del techo para cubrir las almohadas (quizá en las noches era para que los insectos no molestaran). Había candelabros con diamantes en el techo, alfombras de color morado con ornamentos de tipo oriental. Las paredes tenían estructuras de ladrillo, pero eran de oro y había cuadros hermosos y grandes, seguramente cada uno valía una fortuna. El piso era color blanco y brillaba con un tono aperlado. Había un cofre con joyas incrustradas (seguramente la ropa de Bill) entre otras cosas.

El genio de la lámpara (BillDip) (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora