Louis acabó de leer la carta del chico. No sentía nada más que un profundo hueco en su pecho. No sabía quién era el tipo pero le había conmocionado bastante.
Al rato llega su querido abogado. Liam Payne.
—Al fin llegas grandísimo pedazo de vaca. —el castaño estaba un poco cansado de la actitud chiflada y LOCA de Louis Tomlinson, sigue pensando que el tinte de fantasía junto a la marihuana le cagaron el cerebro.
—Buenos días a ti también Louis. —menciona un poco ofendido, más ya no le da importancia.
—¿Cuanto me han dado?
—Louis, esto es grave —dice Liam en tono cansino. —, ¿cómo se te ocurre meterte a la casa del senador de Estados Unidos desnudo y de paso drogado? —Louis miro a Liam con tranquilidad pero la cara del de ojos café decía que no faltaba nada para golpearlo ahí. —Louis esto debería ser una condena bastante larga.
—¡Ay por favor reina del drama! Dime cuanto tiempo me han dejado.
—Ese fue el problema. —el castaño se pasa una mano sobre su cabello pulcramente peinado, obviamente frustrado. —No pude reducir tu condena, te dejaron siete años por allanamiento de morada y por daños a la moral sumado también que estabas tan drogado y con una bolsa de cocaína en la mano, tuviste un poco de suerte con que te dieran esos años.
—¿Y por que tantos?
—¡Demonios, ¿eres sordo o que?! -Liam estaba listo para irse y dejar al maldito grano en el culo que era Louis Tomlinson para él.
—Espera.
—¿Qué es lo que quieres?
—¿Quién es Harry Styles? —murmura y Liam se sorprende.
Es más que obvio que sabe quién es Harry Styles. Lleva enamorado de él desde que tiene dieciséis años y Harry quince. Nunca vio una persona más adorable y distraída como lo era él, que en lugar de fijarse en alguien de bien, que le diera un buen lugar y atenciones, alguien como él, se vino a fijar en la peor escoria de la ciudad.
—Claro que se quien es, ¿por qué? ¿Pasa algo?
—Me gustaría ver como es. —Liam, casualmente tenía una fotografía de Harry en el bolsillo interior de su saco negro. Y Louis nunca vio a alguien más bonito como lo era Harry Styles, con su cabello rizado llegando al final del elegante cuello blanco, una carita dulce y seductora con sus ojos grandes y su proporcional nariz, pero vaya que esos pequeños labios rojos eran tan lindos y complementaban toda la explosión que era Harry Styles.
—Bien, ya lo viste, es hora que me vaya.
—Reduce mi condena, tengo ya un asunto pendiente allá afuera.
—Eso depende de ti.
"Ojalá nunca salgas de este maldito pozo". Piensa Liam mientras se va.
