NARRA MARÍA
Me despierto. Todavía puedo sentir sus labios...
Flashback
El concierto ya ha terminado y vuelvo a casa en el coche de Harry. La radio está puesta. Ninguno de los dos habla. Pasa el tiempo y llegamos al edificio de ladrillos rojos. Mi casa.
-Bueno...-digo.- Pues adiós. Gracias por traerme.
Le sonrío y hago el ademán de abrir la puerta, pero el me coge por el brazo y me retiene.
-María... esto...
-¿Sí?-digo extrañada.
Como respuesta, se acerca a mi y me besa. Un beso corto pero dulce. Un beso perfecto. Un beso de un chico que me gusta cada segundo un poco más. Cuando el beso termina, me mira a los ojos. Esos ojos verdes que enamoran. Seguidamente me sonríe. Esa sonrisa que paraliza mi corazón.
-Buenas noches princesa.-me dice al oído.
Me besa en la frente y se separa de mí. Lentamente salgo del coche, y luego lo despido con la mano hasta que ya no alcanzo a verlo. Me pongo a saltar, a bailar, a reír. La poca gente que pasa se queda asombrada pero no me importa. Nadie va a quitarme lo feliz que soy.
Fin del Flashback
Salgo de mi ensoñación con el sonido del móvil. Es un Whatsapp de Harry. Me pongo nerviosa, empiezo a temblar. Hago mil cosas en el móvil antes de acertar a darle al icono de Whatsapp. Abro la conversación con él y leo:
“Buenos días princesa. ¿Cómo has dormido? ¿Ya has desayunado?”
Otro:
“Supongo que sí... Jajajaja. Es la una de la tarde... xD”
Y otro más:
“¿Te apetece venir conmigo a comer? Tú y yo solos, sin los chicos.”
Estoy que no estoy. ¿QUE SI ME APETECE? ¡Pues claro!
“Siiii Claro que me apetece! “
Escribiendo...
“Vale, a las dos estoy ahí.”
“Vistete arreglada.”
¿Adonde me llevará? ¿Por qué quiere que vaya arreglada?
“Ok :) Ahora nos vemos.”
Le contesto. El contesta con una carita lanzándome un beso. Oh...
Busco en mi armario algo arreglado. Al final me decido por un vestido que usé solo una vez en un bautizo (http://www.polyvore.com/dinnertime/set?id=94450331). ¿Será demasiado arreglado? No lo sé, pero no tengo otra cosa. Me lo pongo y me calzo los tacones. Unos cuantos complementos, el maquillaje y ya estoy lista para salir. Miro la hora. Las dos menos cinco. Perfecto. Cojo el bolso y me despido de mis padres. Suena el telefonillo a las dos en punto. Que chico más puntual... No contesto, sino que bajo directamente. Si cuando me vio ayer se quedó impresionado, ahora parece que se le va a caer la mandíbula.
-Estás... estás.... dios...-dice él.
Me pongo colorada y empiezo a reírme. Al igual que ayer, me abre la puerta de su coche y luego entra él. De nuevo pone la radio, pero esta vez no cantamos.
-¿Adonde me llevas?
-A un restaurante.-responde él sonriendo. Siempre sonriendo...
-Venga ya, pensaba que íbamos a comer en una tienda de ropa...-digo sarcástica.