II.

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Rin salió del baño moviendo sus manos para que así se secasen pero su andar se detuvo al observar a un castaño dirigirse a su asiento. Sonrió de lado.

Iba a volver a su lugar pero no quería interrumpir a su mejor amigo y acompañante, y mientras pensaba eso, no se dio cuenta de que alguien lo había tomado de la muñeca y lo ingreso nuevamente al baño –porque el pelirrojo aún aguardaba en el pasillo–.

El dientes de tiburón se sorprendió tanto por la actitud de la persona contraria que le dio un golpe en el hombro derecho ganándose un casi grito de parte ajena. Rin sólo pudo observar que aquel chico de cabellera negra –que aún estaba de espaldas– llevaba su mano al hombro golpeado y se sentaba en el suelo del baño.

—¿QUÉ RAYOS TE PASA?— Cuestionó el moreno a la par que dirigía sus ojos esmeralda a los color carmín mientras se sobaba el hombro.

—ESA DEBERÍA SER MI LINEA, ¿POR QUÉ ME TRAJISTE AQUÍ?— Le gritó Rin. El azabache solamente chasqueo la lengua y respondió:

—Para que no interrumpieras a mi amigo, ¿feliz?

—No tanto, ¿y tú?— El pelirrojo se preocupó un poco pues el de ojos aqua no se dejaba el hombro —Creo que te lastimé— Se arrodilló frente a él y desabrochó los primeros botones de la camisa del chico. El otro se sonrojó. ¿Acaso el pelirrojo no sentía vergüenza? Al parecer no pues seguía como si nada.

—Oi, ¿qué haces?— Se quejó por ambas cosas; el pelirrojo y el dolor que sentía. Matsuoka descubrió el hombro derecho del azabache y abrió sus ojos como un par de platos al observar esa parte de su cuerpo.

Estaba totalmente del color de su cabello: rojo.

—Oye, sé que tengo mucha fuerza pero eso no te lo pude haber causado yo— Aumentaba la preocupación de Matsuoka, el contrario sólo desvió la mirada.

—Ya estaba así, tú solamente lo empeoraste.

—Disculpa.

—Está bien, ya pasó— Mencionó el de cabellos negros mientras se recargaba en la pared del año.

Mientras tanto, Matsuoka no sabía qué hacer y tampoco quería interrumpir a Haru pues éste estaba ligando con el amigo del que estaba ahora junto a él. El silencio empezó a inundar el lugar, y para colmo de los dos, nadie entraba a romper la tensión que se estaba generando entre ellos.

Rin entonces empezó a observar el techo y después las paredes, acercándose al lado del más alto en busca de un tema de conversación.

—Y. . . —Dijo Rin, el de cabellos negros se dedicó a observarlo. —¿Te caíste de algún lugar?

Y lo que Rin menos quería se cumplió, el ambiente se volvió aún más tenso pues el otro chico simplemente chasqueó la lengua y Matsuoka sabía que la había regado. Después de unos minutos, el muchacho más alto se dedicó a hablar.

—Fue un accidente, me sobrepasé en mis entrenamientos de natación.

El de ojos carmín no hizo ningún movimiento al escuchar aquello, de un momento a otro sintió arrepentimiento por haber preguntado aquello. Debía ser difícil para el de cabellos azabache, pues se planteaba estar en una situación así y le parecía horrible sabiendo que amaba nadar. 

—Si te tranquiliza, he estado en terapias desde hace tiempo. . . —Sousuke miró al techo al igual que Rin. —Mi mejor amigo, Makoto es quien me ayuda con las fisioterapias. Si algún día necesitas algo parecido, no dudes en llamarle, es buenísimo.

—Lo tomaré en cuenta, gracias, y lo siento.

—No te preocupes.

Pasaron otros minutos más en silencio hasta que Rin empezó una conversación más amena entre los dos. Empezaron hablando de natación, de sus nadadores favoritos y con qué animales marinos se identificaban.

Habían estado así un buen rato que hasta los chicos se sentaron en el piso del baño a seguir su conversación, ambos reían y se divertían contándose anécdotas de su infancia y experiencia en la natación, importándoles poco que los demás hombres que entraban al baño los miraran con cara de “¿qué?”.

No se habían percatado de los minutos que pasaron juntos hasta que dos cabezas conocidas para ambos se asomaron por la puerta.

—Rin.

—¡SOUSUKE-KUN! ¿¡ESTÁS BIEN¡? —El chico de cabellos castaños se apresuró a ayudar a su amigo mientras que Haru se había acercado a Rin.

—¿Está todo bien? —Cuestionó el azabache al pelirrojo más íntimamente.

—Sí, es solo que. . . golpeé su hombro estando ya lastimado.

Sousuke lo había alcanzado a escuchar y negó con la cabeza.

—Fue un accidente, no te preocupes. Además, eres muy débil —Se burló del de piso carmín y este se había sonrojado.

—Parece que se llevan bien —Comentó Makoto con una sonrisa. —Es hora de irnos.

Los cuatro chicos se despidieron, Makoto no dejaba de decirle a Haru que se textearan mientras que Rin y Sousuke simplemente miraban a su alrededor.

—Gracias por la charla. . . —No era común en Rin agradecer por algo.

—Con gusto, Matsuoka.

Y cada quien tomó su rumbo.

Rin y Haru seguían caminando por la acera mirando el camino hacia el edificio donde se encontraban sus apartamentos.

Sin duda ese día había estado de locos.

Qué día tan genial. . . —Pensó Rin aquella noche.

🍃

Hola, mis angelitos. Cuánto tiempo. 💘

Se preguntarán qué hago aquí ALSJAKS Les cuento, parte de este capítulo ya lo tenía escrito y decidí terminarlo y publicarlo. ¡Espero que les guste! Además, es una manera de celebrar pues el 16 de este mes (abril) se celebran 4 años desde su publicación. ¡Mil gracias por el apoyo! ❤️

Por cierto, al final (después de tantos años) la historia quedará como two-shot.

Otra nota, cuídense mucho del COVID, si no es necesario que salgan, no lo hagan, lávense bien las manitas con jabón y no se toquen el rostro. Coman muy bien y tomen mucha agua, también sigan las recomendaciones de las autoridades de su ciudad. (人 •͈ᴗ•͈) ♡

one thing. » makoharu. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora