(Advertencia: al final de la nota, me voy a poner algo "romantica". Yo te aviso en que momento por si deseas seguir leyendo o dejar de leer)
Se llegó el día de cumplir mi palabra: Domingo 13 de marzo, a las 10 de la mañana.
Salí diez minutos antes de las diez, recorriendo el camino que hacía cada día, durante los tres años que cursé la secundaria. En la misma ciudad y con la misma gente...aunque si encontré algunas cosas extrañas.
Llegué al punto de reunión en el estacionamiento de la biblioteca, di una ojeada a la barda y me senté en una de las banquitas de concreto; cuando al instante pensé: no tengo por que esperar a nadie. Yo dije, yo empiezo y hasta donde acabe, con quien se una...si es que alguien se une.
Me acerqué a la barda y vi un graffitti morado gacho junto a uno de esos que hacen con plantilla. Era de una taza con letra de molde que decía: café con leche.
¿Ah sí? pues thinner y estopa.
Poquitititititito después, llegó un uniformado con el texto bordado en su playera que decía PREVENCIÓN DEL DELITO, se presentó como el coordinador del área que anunciaba su playera, de nombre Javier Hernandez (no, no era "el chicharito"), me dijo quien de entre nosotros lo había contactado, me presentó a las personas con quienes venía, me hizo preguntas respecto a la iniciativa y mientras hablábamos, se estacionó una patrulla y se bajó un oficial también a hacerme preguntas, pedir mis datos, informarme que los habían enviado para hacer guardia e hizo su informe vía walkie talkie (¿todavía los llamán así?)
El coordinador y uno de sus acompañantes, apoyaron la idea de realizar cuanto antes murales temáticos en la barda de tooooooda la escuela.
Le dije que si tenía oportunidad, fuera a ver la parte donde hay menos luz, menos tránsito, menos gente y más graffitti.
Cuando regresaron me dijo que solo necesitaba quien gestionara los permisos en la dirección de la escuela y ellos llevarían a los muralistas o artistas urbanos. (La profesora Luz Armas nuestra espía infiltrada, hará la gestión y yo seré la loca que haga presión)
Pero por esta ocasión, solo a ayudarnos. (Cinco personas, entre ellos un ex alumno. Manifiestateeeee por favor para que comprueben los maestros que si fuiste)
No niego que constantemente miraba hacia atrás esperando ver caras conocidas que vinieran a ayudar.
Estaba en esas cuando llegó un alumno...actual no de los "vintage", junto con su mamá y después otras compañeras, acompañadas de sus hijos.
Me encantó lo que Angeles Ruiz Ruiz dijo a su hijo mayor, quien es apenas un niño en vías de convertirse en uno más de nuestras filas; que fue algo mas o menos así:" quiero que me acompañes y que veas lo que voy a hacer para que te des cuenta de lo difícil que es quitarlo y para que nunca se te ocurra andar rayando."
Buscábamos terminar primeramente con la parte donde no daba el sol desvaneciendo la pintura con las mejores técnicas y procedimientos como la de humedecimiento de la estopa, echamiento del thinner directo a la barda, muñequeo (no moneo) de la estopa, mentamiento de madre a los graffitteros, repetimiento cuantas veces fuera necesario... y después a broncearnos quitando las capas de cal sobre el graffitti, que estaba sobre las otras capas de cal sobre el graffitti.
Improvisamos herramientas. Usamos taparoscas, palitos de paleta ademas de las espátulas y las escobas que había provisto la coordinación de prevención del delito.
Entre mas cal quitabamos más graffitti salía.
Platicábamos, nos reíamos, nos llenábamos de cal la ropa, la cabeza, los mocos, los ojos, los pies.
Terminamos al rededor de la una de la tarde y nos dispusimos a recoger los residuos de que habían caído donde mi grupo en el año de 1999 se sentaba a la hora de salida.
Usamos las bolsas en las que llevábamos el thinner y la estopa y como no fueron suficientes, pepenamos algunas que estaban tiradas en los jardines.
Llegaron otros dos compañeros a ayudarnos, pero por el tiempo, les tocó llevar la basura a la conserjería de la escuela, en las bolsas pesadas pepenadas.
(Aquí es donde me pongo romántica)
Me habría gustado ver a mis compañeros de grupo o de generación, o al menos a la mitad de los que estaban dispuestos cuando leyeron mi anterior crónica o en la publicación de las fotos en facebook.
Pero estoy inmensamente agradecida con quienes llegaron a colaborar sin mas finalidad que devolverle a la escuela un poquito del maravilloso tiempo que pasamos en ella.
Esa tarde cuando venía de regreso al lugar donde radico, platicaba y pensaba en lo que iba a contarles.
Mi esposo (ayyyy tan guapo él aunque sea ex alumno de la 61), me habló de la HIPOTECA SOCIAL
Guadosdamin? (Lo que yo entendí y que ya leí un poquito en la red)
Pagar por las oportunidades, la felicidad, los logros, los éxitos, los valores, la familia y las cosas buenas que hoy tienes.
¿A quien rayos? A Dios, un ser supremo, todos los santos, Goku, la sociedad.
¿Como rayos? Devolviendo un poco a quien no tiene, a quien no puede, al lugar donde alcanzaste los logros, la ciudad donde creciste.
Eso hicimos. Pagamos una cuota de la hipoteca.
En un grupo en redes de ex-alumnos somos casi 2000 integrantes.
Si hubiéramos sido tomados como muestra para estadística en cuanto a la población mexicana, la cosa estaría así:
¿Que porcentaje de la población...
-supo de la invitación?
-comenzó a leer la invitación?
-terminó de leer la invitación?
-ni siquiera leyó la invitación?
-radica en el extranjero o en otra ciudad?
-fue totalmente indiferente?
-esperan que el gobierno lo haga?
-esperan que las nuevas generaciones lo hagan?
Preguntas más, preguntas menos.
Pero, "menos del 1%" sería la respuesta a la pregunta ¿qué porcentaje de la población asistió a la invitación?.
Menos del 1% que me alegra grandemente decir que están dispuestos a repetirlo, que gracias a ese menos del 1% las autoridades municipales respondieron para respaldarnos, menos del 1% que son capaces de contagiar los ex alumnos de otras instituciones y que gracias a ese menos del 1% el porcentaje puede crecer.
¿Te unes?.
