"Flota en el aire, se dispersa y se vuelve sutil como el vapor, alerta los sentidos y recorre el pecho con una sensación cálida al igual que aquel líquido marrón que acaricia los labios en un amanecer un día de invierno"
-Un café descafeinado y una rebanada de tarta de manzana para la mesa cinco; un especial para la mesa siete- atendió el llamado y tomó las cosas para entregarlas a sus respectivos comensales un momento después, viendo que sus otros compañeros estaban haciendo lo mismo con otros pedidos.
El día estaba fresco y agradable, parecía que el verano había empezado con el pie derecho y empezaba a creer que les iría muy bien en el restaurante durante las vacaciones a pesar de que muchos abandonaran la ciudad para irse de vacaciones o pasar algunos días en el mar o con familiares que no vivían en Seúl. Tenía planes similares, pero no podía dejar el trabajo y se dijo que ya se las arreglaría para acomodar su horario y poder sacarle provecho a su día libre y pasar al menos un poco más de un día con su familia en Cheonan a la que no había visto desde hace dos meses debido a que no contaba con el tiempo necesario.
Nunca había contemplado que trabajaría de mesero en un restaurante, pero necesitaba el dinero ahora que estaba estudiando su segundo año en la universidad y parecía que la mayoría de los empleos que estaban libres eran los que no habían tomado otros estudiantes antes, al parecer todos tenían necesidades similares en ese aspecto. No se quejaba, trabajo era trabajo y además no era tan malo, le iba bien y a veces se divertía un poco conversando con sus compañeros.
-¿Puedes moverte? Obstruyes el camino- escuchó y resopló suavemente al ver al menor pasar por su lado, en esos días ese joven era lo que más odiaba y amaba al ir a trabajar, lo sabía, eran sentimientos muy contradictorios.
Kyuhyun trabajaba en el lugar desde hace cuatro meses antes que el, por lo que cuando consiguió el empleo, este ya se movía por el lugar como si lo conociera como la palma de su mano mientras que a el le había costado acostumbrarse al ajetreo y a las personas. Había sabido por Donghae –otro chico que trabajaba en el lugar- que iba a la misma universidad que la suya, aunque nunca le había visto antes, pero supuso que era porque había miles de estudiantes en la universidad y si agregaba a eso que sus facultades o especialidades estaban alejadas una de la otra, era más que normal que nunca se hubieran topado antes.
No sabía si alegrarse o sentirse mal por eso.
Admitía que al inicio le había desagradado el menor, no solo por su forma de decir las cosas sino también porque le hablaba como le placía cuando era mayor que el por un año y que debía tenerle algo más de respeto por ello, pero el castaño siempre le decía "Jongwoon" a secas si no era que le llamaba por algún apodo que le hubiera inventado como "tortuga", "cabeza de manzana", "manos pequeñas"... era un idiota grosero, pero el era más idiota por haber comenzado a notar ciertas cosas que hubiera querido no hacer.
Luego de un mes de trabajar en el lugar y preguntarse si debía buscarse otro empleo para no estar soportando al castaño, comenzó su más grande problema... había descubierto que Kyuhyun empezaba a gustarle.
¿Cómo había pasado de odiarlo a tener otros sentimientos por él? Tampoco estaba seguro de ello y se negaba a aceptarlo, pero los días pasaron y se dio cuenta de que era más sencillo pensarlo que hacerlo y al final se descubrió a si mismo pensando en él. Le gustaba como sus cabellos marrones parecían siempre estar dispersos por todos lados de una manera rebelde al igual que su personalidad, su piel le parecía tan delicada y linda, y aunque no era el hombre más atractivo que hubiera conocido, admitía que tenía muchos puntos a su favor en ese aspecto que le habían atraído al igual que parecían hacer con varios clientes.
Era su martirio y su más grande placer.
-Muévete Jongwoon, estorbas- y ahí iba el idiota del que se había enamorado luego de seis meses y que no podía sacar de su cabeza por más que lo intentara.
Se sentía patético.
Jungsoo, el dueño del lugar ya le había comentado que Kyuhyun podía resultar ser una persona un tanto "difícil", pero que era algo de su personalidad, le dijo que no se lo tomara a pecho y es que el castaño a pesar de que fuera algo huraño en ocasiones con los demás, era bueno con los clientes y nunca había tenido quejas sobre su trabajo ya que era bueno en ello, por lo que no le había despedido.
"Velo de esta manera, Kyuhyun es como un can abandonado" sabía que no era la mejor comparación, pero su jefe había mencionado que al menor le costaba confiar en las personas y relacionarse con ellas, pero que cuando le tomaba confianza a alguien cambiaba totalmente e incluso podía ser considerado... al parecer no confiaba en él porque seguía tratándolo de la misma manera que al inicio, como un estorbo en el camino.
Luego de un par de horas más, el turno terminó, limpiaron el lugar y cada quien tomó sus pertenencias para retirarse. Subió a su auto compacto –un vejestorio de la década pasada que recorría como 100 kilómetros con tres litros de gasolina- y Donghae tomó asiento en la parte trasera junto con su novio Hyukjae que trabajaba también en el lugar.
A veces se preguntaba si no era difícil para ellos el hecho de trabajar juntos, pero estos decían que era lo opuesto ya que normalmente en la universidad no tenían tiempo para verse y que mientras trabajaban a veces tenían tiempo para conversar un poco y se ayudaban entre sí si alguno tenía problemas con algo y también podían organizarse para pedir cambio de su día libre para poder salir juntos.
Los envidiaba.
Pretendientes no le faltaban, pero odiaba haber elegido al sujeto grosero que ni siquiera le miraba y que en ocasiones le hacía sentir mal.
Los menores sentados en la parte trasera iban a otra universidad que había en la ciudad y aunque no acostumbraba ser la persona más animada, parlanchina y sociable del mundo, no fue complicado llevarse bien con ellos y poco a poco se tomaron confianza y empezaron a estrechar más su relación hasta volverse buenos amigos. Donghae era alguien más afectivo y de personalidad más juguetona, mientras que Hyukjae era algo más serio, pero en ocasiones sacaba a relucir su faceta bromista mientras la clientela se calmaba y tenían tiempo para conversar un poco; ambos se complementaban bien.
Encendió el motor y mientras salía del estacionamiento vio que Kyuhyun iba caminando por la acera con su mochila en la espalda, ¿no le preocupaba irse solo a esas horas? Eran alrededor de las once de la noche y no creía que fuera muy conveniente que vagara solo por ahí para regresar a su casa, pero en ocasiones anteriores le había preguntado si necesitaba un aventón y este se negó diciendo que no necesitaba de su caridad.
Era un idiota.
No le molestaba llevar a los menores porque quedaba de paso en la dirección en que quedaba su departamento y así el camino no le resultaba tan aburrido; escuchó una risita proveniente de Donghae luego de varios minutos y se dijo que era mejor evitar utilizar el espejo retrovisor, ya le había pasado en una ocasión anterior y se dijo que no lo volvería a hacer y es que ver a Hyukjae metiéndole mano a su novio mientras se besaban no era agradable de ver a menos que fueras él o Donghae que estaban en ese juego.
No recordaba cuándo fue la última vez que salió con alguien y se dijo que debía ser porque la universidad y el trabajo absorbían su tiempo.
Donghae se despidió de aquella manera sonriente que tanto le conocía y sonrió cuando escuchó al rubio de su novio decirle que "no exagerara", que ya se volverían a ver y que no era la última vez que lo hacían; se despidió de ambos y siguió con su camino.
Cerró la puerta de su departamento y dejó sus cosas en un pequeño sillón para dos personas que tenía en una sala y el cual se encargaba de hacer una pequeña separación con la cocina-comedor, lo sabía, no era muy grande el lugar, pero solo vivía el ahí así que no le veía problema, además de que la renta no era muy alta y podía costeársela mejor aunque en ocasiones sus padres le mandaban dinero para ayudarle un poco en ese aspecto. Podría decirse que donde más gastaba era la comida que en otras cuentas porque no pasaba mucho tiempo en el lugar debido a sus clases y el trabajo, pero al menos podía alimentarse como se debía.
-¿Cómo pasaron el día?- preguntó luego de acercarse a un pequeño terrario donde tenía a dos tortugas pequeñas que estaba en su habitación, las había comprado hace poco y le preocupaba dejarlas solas tanto tiempo, pero parecía que ellas ni siquiera lo notaban a diferencia de como haría un perro o quizás un gato, ellas parecían estar felices y vivir despreocupadamente mientras tuvieran agua y unas cuantas hojas de lechuga para comer a diferencia de las personas –yo tuve un buen día, bueno, excepto por él... ¿pueden creer que una persona sea tan molesta?- y suspiró con cansancio -¿por qué tiene que gustarme a pesar de que sé cómo es?- se quejó, probablemente sus mascotas pensaban que tenían un dueño con malos gustos y que tomaba malas decisiones a pesar de conocer las consecuencias.
Dejó a las pequeñas descansar de sus conversaciones y tomó su pijama junto con su toalla para tomar una ducha rápida antes de irse a dormir porque estaba cansado y sabía que apenas y tocara la cama el sueño llegaría.
El agua empezó a deslizarse por su piel y una pequeña sonrisa adornó sus labios, se sentía bien, su cuerpo parecía estarse relajando y cuando iba a tallar su piel con aquella esponja llena de jabón, no pudo evitar recordar las palabras de aquel dongsaeng "¿por qué tu piel tiene ese color tan raro?" y se sintió algo deprimido al respecto, en realidad no le veía nada de malo y le gustaba ese color a pesar de que no fuera tan común siendo que la mayoría tendía a tener una piel un poco más clara, pero la forma en que soltó aquellas palabras el castaño le hizo sentir mal, ¿por qué siempre parecía tener una facilidad abrumadora para hacer que su ánimo decayera? Se dijo que no pensara en eso y terminara de ducharse, no tenía caso que pensara en algo que ya había sucedido.
¿Por qué me enamoré de alguien como él? Se preguntó cuando estaba en la cama, no tenía sentido, era una de las peores personas de las que podía haberse enamorado y parecía que le gustaba sufrir porque había terminado enganchado de él como un torpe sin remedio, como un pequeño pez atraído por un anzuelo brillante.
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One cup of love {KyuSung}
Fiksi PenggemarEnamorarse no parecía tan malo, excepto si se trataba de esa persona... *Notas: •Este oneshot fue escrito para una de mis lectoras en el foro de HaTo. Publicado el: 09/01/2016