Hoy toca ser feliz

Capítulo 3: Nico

"Nico, espera." Me dice Will sujetando mi brazo. Dioses, odio cuando pone esa cara de perrito abandonado, me dan ganas de acceder a todo lo que me pida cuando me mira así.

No. Nico, concéntrate. Recuerda que estás enojado ahora.

Niego con la cabeza y libero mi brazo. "No, se nota que esta chica está desesperada por pasar un momento contigo, mejor los dejo." Digo en un tono algo bulón que hubiera hecho que mi mamá me castigara por una semana.

Generalmente soy muy educado con todos, fue así como me criaron, pero esta chica es desesperante. Desde que llegó no ha hecho más que molestarnos en nuestras citas. Bueno, yo les llamo citas, pero en realidad son solo salidas de amigos. Si, solo dos chicos normales pasando el rato, sin segundas intenciones...

¡Ja! ¿A quién quiero engañar? Cada vez que estoy con Will siento como si mi corazón fuera a salirse de mi pecho.

Desde la guerra nos hemos acercado bastante y en algún punto sin darme cuenta comencé a pensar en él como algo más que un amigo. Es estúpido, lo sé. Como podría alguien tan perfecto como él fijarse en un don nadie como yo. Pero a veces de verdad pienso que hay alguna esperanza para mí. Como hoy, por ejemplo, Will preparó un lindo picnic solo para los dos ¿Qué amigo hace eso? Ciertamente no me imagino a Jason haciendo eso por Percy.

Una pequeña risa de parte de Will me trae de vuelta a la realidad.

¿Se está burlando de mí? Tsk, no tengo que soportar esto.

"Veo que tú también estás ansioso por estar con ella. Idiota." Le digo, esperando que no note mis celos. Soy su amigo, no tengo derecho a estar celoso, pero no puedo evitarlo.

Luego de esto hago lo que Will más odia, viajo por las sombras. Ahora que recuperé mi fuerza puedo hacerlo con más facilidad y precisión sin terminar completamente agotado. Podría ir a cualquier parte del mundo, pero ahora solo puedo pensar en lo enojado que estoy y lo mucho que necesito desquitarme.

Es así como termino en la arena, decidido a descargar mi furia en algún muñeco de práctica. Apuñalar cosas puede hacer sentir bien a cualquiera.

Cuando llego ahí me alegro al ver que no hay nadie. Bueno, era de esperarse, es bastante tarde y todos deben estar descansando después de un largo día de juegos y entrenamiento.

Saco un muñeco del armario de utilería y tomo prestada una espada, preferiría usar la mía pero no tengo tiempo para ir a buscarla. Sin pensarlo más comienzo a atacar.

Estúpido Will. Con su estúpida sonrisa perfecta y su estúpida calidez. ¿Cómo se atreve a hacerme sentir cosas?

Estúpido, tonto, insensible rubio idiota.

"¡Will idiota, idiota, idiota!"

"Wow ese Will está en problemas" Dice alguien de repente haciendo que falle la última estocada y caiga al piso.

"¿Quién eres?" Le digo frunciendo el ceño. Maldición esto es vergonzoso, no solo me escuchó hablar de Will, sino que también me vio caer de frente.

"Eso duele Nico. Solo han pasado unos meses desde que nos vimos y ya me olvidaste." Dice el aparentemente no tan desconocido chico tendiéndome una mano para ayudarme.

Ahora que lo miro mejor, me parece bastante familiar. Se ve un poco mayor que yo, es alto, cabello negro corto y brillantes ojos grises. Es bastante atractivo, y tiene un cuerpo muy bien formado, se nota que ejercita seguido.

"Lo siento, no soy bueno con las caras." Le digo a modo de disculpa mientras acepto su ayuda para levantarme. Cuando ya estoy de pie e intento soltar su mano, el aprieta la mía y me jala hacia él. Su cara queda solo a unos centímetros de la mía.