Párrafo 4 (Procesión)

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Que noche tan iluminada como para ser la conmemoración de un día tan triste, luna llena, las luces de los locales aún abiertos, y no se sabe que daba más calor, las innumerables velas, o la gran cantidad de gente presente, caminando en la misma dirección, todos detrás de una cruz, un cristo envuelto en sangre y una virgen, todos rezando, todos recitando una misma oración de memoria y así desde hace tanto tiempo. Hay que aceptarlo, muchos de los que caminan allí solo lo hacen por tradición o por decencia, se concentran más en no quemarse con la vela y ni siquiera se fijan en lo que realmente importa, la verdadera razón de todo esto, es la muerte de Jesús, aquel que dio la vida por nosotros, que se sacrificó por salvarnos del pecado, pagó con sufrimiento nuestra deuda y ¿como le pagamos? Caminando sin sentido y recitando una y otra vez las mismas oraciones, sin siquiera verle el significado. Soy consciente, del pasado y del presente que hemos creado con esas huellas, esas marcas, esas heridas, pero al final, termino como todos, las palabras del padre se ahogan en el indecente hablar de la gente, y el caminar sin quemar a nadie acaba por robar toda mi atención, y así todos los años, sin cambios, la misma ruta.

Alguna Vez Me InspiréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora