Capitulo 4

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Llego a la ciudad, la cual creo que es San Gil pues no me di cuenta que tren tome, solo quería salir de hay y dejar que el tiempo me lleve, me fijo en el nombre de bienvenida y si, estamos en San Gil, una ciudad muy bonita por cierto, recuerdo que venia aquí con mi madre, paseábamos por la plaza y siempre me regalaba un helado de vainilla, mi favorito.

Salí de la estación y me fije en la ciudad que tenia frente a mi, seguía igual de linda de como la recordaba, camine hasta la plaza que tantos recuerdos me trae y me senté en una banca, en una en especifico, la banca donde siempre me sentaba a comer helado con mi madre, de pensar eso me dio tanta nostalgia, bueno ahora con lo del embarazo me he puesto mas sensible ademas también me da hambre y ahora tengo mucha.

Ya llevaba mucho tiempo sentada así que decidí pararme y cuando lo hice empece a caminar pensativa y distraída hacia ala salida de la plaza , pero de pronto me tropiezo con alguien y caigo al suelo sentada, me aturdo un momento pero después vuelvo ala realidad  para ver unas manos extendidas hacia mi, subo la mirada y me encuentro con un hombre de no mas  de 23 años, muy simpático debo decir, me ofrece sus manos para ayudarme a levantarme. Y lo que se me hace extraño es que me ayude pues por mis fachas quien querría ayudarme pero bueno me doy cuenta que no todos son superficiales o este no lo parece. Tomo sus mano y me ayuda a levantarme, cuando ya estoy arriba y lo veo, tengo que subir mi cabeza ya que es un poco alto.

-¿Estas bien?-Habla con voz grave pero suave a la vez.

-Ehh si estoy bien, gracias-Digo sonriendo y no se por que lo hago.

-Bueno no importa, solo ten cuidado la próxima-Dice devolviendo me la sonrisa y se va.

Me quedo viendo su espalda perderse entra las otras de las demás personas. Sigo mi camino, ¿hacia donde?, ni yo lo se pero aquí estoy, este es el momento de vivir pase lo que pase y con mi bebe iremos contra el mundo venga lo que venga.

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La noche cae  y yo camino por las calles iluminadas de la ciudad pasando por los restaurantes llenos de gente que comen a montones y yo solo queriendo un pedazo de pan si fuera posible, me siento en una banca que hay en el anden de la calle, y me siento a esperar que la noche pase y el día llegue para ver si puedo hacer algo no se, trabajar, lo que sea tengo que hacer para poder salir adelante.Mis pensamientos son interrumpidos por algo, o mas bien alguien, una chica, talves de 20 años se sienta a mi lado y me mira, lo se por que también la miro y me pregunta:

-¿Quieres?-Por mirarla no me di cuenta que venia comiendo pan.(Di que si, di que si)- dice mi mente-

-Mmm, no gracias-Le digo.

-Anda toma, come, ya no quiero-Me ofrece una sonrisa humilde.

-Si tanto insistes-Tomo el pan y, literalmente, me lo trago, que esperaban tengo hambre

-Gracias-.

-No importa-Se queda mirándome para después agregar: -¿Tienes donde dormir?

-Emm no, la verdad es que no soy de aquí pero eh venido para quedarme a vivir -

-Yo te puedo ayudar-Me dice sonriendo.

-¿Como?-.

-Pues, se que te parecerá raro pero pues pareces ser buena persona y bueno, yo vivo sola, en un apartamento super grande y necesito compañía y para serte sincera puedes ser la compañía que necesito, ¿que te parece?-Dijo emocionada.

-Bueno no quiero entrometerme en tu vida diaria, tienes muchas cosas que hacer y yo voy a estar estorb...

-No, claro que no, mas bien me va a ser de mucha ayuda a no aburrirme-.

-Ok, pero conste que tu fuiste la que me insistió-.

-Por cierto, soy Angela Rodriguez, ¿y tu?-.

-Cristina Gonzales-.

-Si ok mucho gusto Cristina, pero vamos que se nos hace tarde-Dice mas que feliz.

Me toma de la mano, me levanta y nos vamos casi corriendo a su casa.



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Foto de Cristina.





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