Siento tu piel en mí.
Es el roce del aire que respira en mi.
Es la vida vacía que llena tu ser.
Es tu figura que se pierde al atardecer.
Y sueño cuando tú te vas.
Y llora la noche que me aleja de ti.
Y llora el alma cuando tú no estás.
Y amanece pensando en ti.
Y ese adiós, qué de lejos,
se pierde entre brumas que ciegan.
Y se cierran las puertas que abren el pensamiento.
Y recorro las calles que maldicen el tiempo.
Es la vida vacía que deja tu aliento.
Es el alma que rompe en silencio.
Es el runruneo de un lamento.
Es el adiós que se hace eterno.
