La Mala

La fiesta

Llegamos a la puerta y saqué las llaves de la mochila, tras encontrar la correspondiente a la puerta principal entré soltando la mochila en cualquier sitio y las llaves en la mesita de la entrada, Marc me siguió y se acomodó en el sofá como hacía de costumbre.

El piso no es que sea una gran mansión pero me es más que suficiente, un gran salón conectado a una cocina moderna de tonalidades grises en el lado izquierdo, en el derecho se encontraba un pasillo que llevaba al cuarto de baño y a dos habitaciones.
Mis tentaciones al llegar al piso estaban entre sentarme con Marc en el sofa o darme un relajante baño de espuma.

- Marc -le llame desde el pasillo mientras me encaminaba a mi habitación- ¿Qué plan tenemos hoy?
- Pues la verdad me invitaron a una fiesta -dijo estirándose en el sofa, tras un bostezo continuó hablando- pero la mayoría de los que van son de tu universidad ¿Estás segura de querer ir?
- Um -lo pensé durante unos segundos y finalmente pregunté- Indícame el nivel de alcohol que habrá en esa fiesta.
- Nivel "Fiesta de flores"...

Marc y yo teníamos costumbre de catalogar, pero no cualquier cosa, cosas como: nivel de puterio, nivel de alcohol, nivel de estupidez y muchos más.
En el caso del puterio y la estupidez nuestros niveles tenían nombres de personas que conociamos.
En cambio el nivel de alcohol era la cantidad de bebidas de alto grado que conseguiríamos tomar en una fiesta, el nivel se guiaba según experiencias que ya habíamos tenido juntos.

" Hace dos años"

Marc entró en mi casa con total normalidad (en ese momento aún no vivíamos juntos)
- Narissa levanta tu precioso culo porque nos vamos de fiesta.

Antes de poder contestar Marc me había levantado del sofá y me llevaba en brazos a mi cuarto.
- Marc tienes serios problemas mentales ¿lo sabías?
De no ser por experiencias pasadas, habría forcejeado para soltarme, pero entre su fuerza y su torpeza o no conseguía mi objetivo o acababa en el suelo.
- Puede que sea así pero ahora mismo vas a entrar ahí -me dejo en el suelo justo delante de mi cuarto- y te vas a poner un vestido impresionante para la fiesta que tenemos hoy.
- Marc no tengo ganas de fiesta -comencé a decirle exhausta volviendo al sofa con ganas de fumarme un cigarrillo.
Pero por supuesto Marc no iba a permitirmelo.
- Narissa.
Obtuvo una mala cara de mi parte por seguir llamandome por mi nombre completo.
- Nar -se corrigió a si mismo al ver mi expresión- imagina lo buena que va a ser si te insisto tanto.

Por primera vez en el día desde que entró Marc dijo algo con sentido así que finalmente me rendí.

- De acuerdo pero nada de vestidos.
Esa escena de Marc en mi casa, mi atuendo ese día y el camino en coche es lo último que recordé ese día.

A la mañana siguiente nuestros amigos me contaron que mi mejor amigo y yo, tan responsables como siempre nótese el sarcasmo, nos bebimos dos botellas entre los dos de bastantes grados, nos recorrimos en vecindario bailando y en la casa donde se celebró la fiesta montamos un Karaoke colectivo, nos dijeron que sobre las 6 de la mañana dejamos de molestar y desaparecimos
Marc amaneció en el cesped de esa casa.
Yo en la de al la vecina que por suerte estaba de vacaciones y no vio como una morena se despertaba con resaca dentro de su pequeño jardín de numerosas flores de demasiados colores.
Estuve oliendo tres días a flor.
Las fotos que nos tomaron a mi y a Marc son de comedia.
Encontré tres numeros de telefono metidos en mi sujetador.
Y un billete de cinco en mi botín de tacón alto.
La conclusión es que fue una grandiosa fiesta.

"Actualidad"

Esa fue la "Fiesta de flores"