El taxi se detuvo justo enfrente de la casa enorme que rentaba sus habitaciones a estudiantes como yo llamado Jujō no ie (casa de árbol) que sería mi nuevo hogar en Tokio. Le di el dinero al chofer sin mirarle dos veces y baje del auto, solo cargaba 3 maletas negras y una maleta grande de color gris oscuro y decoraciones rojas. Rin me la había regalado de cumpleaños hace tiempo aunque sigo sin poder combinarla bien con mis cosas. Hoy comienza mi vida en la ciudad que nunca duerme.. Exhausto por el viaje decidí entrar por la puerta pesada de madera. Por lo visto era de ocre blanco.
"¿Y eso debería importarme?" Un chico de cabellos negros y finta de emo cruzo los brazos.
"¡Si! ¡Monstruo insensible!" Otro chico de cabellos lila y sudadera verde fosforescente reprocho lanzando un cojín beige.
"¡Chicos! Discutan en otra habitación.-" Él único que noto mi presencia con suéter de punto blanco y lentes de margen negro debajo de sus cabellos almendra levantó el cojín del suelo y comenzó a llevarse a los escandalosos de lo que parecía ser la 'recepción'. "No les des importancia," él pobre se los llevo por una puerta y me dejó solo en esa estrecha habitación. Me tome mi tiempo para observar lo que sería mi (por cierto ruidoso) hogar.
Las paredes eran claras y decoradas con pinturas en marcos de madera. Había un escritorio de caoba grande a mi izquierda con una libreta verde, post-it de colores con letra escandalosa, un par de plumas en una esquina, una silla usada azul y detrás de todo un extraño mueble parecido a una gaveta de archivo pero de madera y una pintura de un barco chino antiguo de velas rojas. Parecía acogedor, hasta tenían un pequeño bamboo sobre la gaveta. No creo aguantar vecinos tan ruidosos.
Mire a la puerta enfrente del escritorio por donde habían desaparecido los ruidosos, no había nadie que me atendiera aun. Había un pasillo corto que daba a unas escaleras gruesas (también de madera) y otra puerta al lado de la puerta por la que desaparecieron. Parecía lo suficientemente grande, tengo entendido que hay 6 inquilinos (incluyéndome) y el dueño del lugar que vive en la residencia de enfrente. Solo espero y no todos sean como esos tarados.
"Te debo una disculpa, en verdad ellos no son así. Que pena que hayas visto esa.. escena. Soy Fujimoto Hikaru, dueño y encargado de Jujō no ie.-" Se acomodó los lentes y se inclinó una ligera reverencia.
"Yamazaki Sousuke.-" Me incline y lo mire a los ojos, "Gracias por aceptarme aquí."
"Oh no, gracias por escoger este lugar. A ser verdad, no muchos vienen ya que solo estamos cerca de las universidades de educación y arte.. a muy pocos les interesan esas universidades. Entonces," dio un pequeño aplauso, "sígueme Yamazaki-kun, te mostrare tu habitación. ¿Eso es todo tu equipaje?" Mire las maletas que colgaban de mis hombros y brazos, "Solo un par de cajas llegaran mañana por la tarde." Fujimoto-san sonrió y camino hacia la escalera.
"Te preguntaría si necesitas ayuda pero un chico tan grande y fuerte como tu no debe tener problemas." Fujimoto-san era mucho mas pequeño que yo, tal vez del tamaño de Momotaru la última vez que le vi. "¿Es tu último año?"
"Si."
"Vaya, eso es excelente. ¿Estudias cerca de aquí?"
"En la universidad de Artes."
Fujimoto-san se detuvo y me miró asombrado, "¡Vaya! No me lo imaginaría de alguien tan grande y rudo como tu. ¡Oh! Discúlpame, mi comentario estuvo fuera de lugar."
"No te preocupes, yo también me hubiese sorprendido."
"Eres muy amable, yo pensé que estudiabas algo más agresivo o nadador profesional en la piscina cerca de aquí. Por tu físico tan grande asumo que eres nadador." Me sonrió y siguió subiendo las escaleras. No era de su incumbencia si yo nadaba aun o no así que guarde silencio.

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Hilo Rojo
FanfictionEn Japón.. hay una leyenda, una leyenda tan vieja como el Monte Fuji. Todos estamos unidos a un hilo rojo por el dedo meñique, el cual, se conecta a su vez con el dedo meñique de nuestra alma gemela. El problema es que este hilo es invisible y puede...