Busque infinitamente camine sin viento,
en contra de miradas dependientes,
de sonrisas acumuladas por la suciedad
En bares y cantinas perdiendo en una botella
el sentido de cualquier vida.
Evitando que cayera al suelo el brillo más
Preciado de mi mirada, ante otros ojos,
ni siquiera a la muerte que llamaba,
Navegaba, sustituía, nadaba, caminaba
En falsos corazones, desesperanzas
que no se convertían
Sumida en una tristeza taciturna,
nunca vida
Esperando despertar, me enterré viva,
Persegui día a día a la muerte blanca.
Y el diablo me perseguía para arrancarme el dia
en cualquier lado o descuido,
esta al acecho esperando sigiloso, siguiendo
mis pasos, siento cada noche su aliento
Huelo su hedor y su agonía,
Siento que me mira que se arrastra y me tira
Que consume cada dolor y cada herida.
Y aunque anduve loca, por las calles
Desahuciada y consumida,
Su luz arrastró mis pasos a alguna salida.