El vestido Negro

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Me quedé casi toda la tarde hablando con Karum sobre nuestros países. Yo le hablaba del famosísimo pan con tumaca y los Calsots, mientras que el me hablaba de los rituales y ceremonias que hacían en su palacio, incluso me invitó a que fuera con el unos días para visitar su tierra, a lo que yo acepté encantada.

Entre tanto parloteo se nos había hechado la noche encima, por lo que decidí irme a la cama, no tenía ganas de cenar, se me había quitado en hambre hablando tanto.

Me despedí de Agni y de Karum, le dije a Sebastian que me acompaña y subimos a la habitación.

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-Marina...-era la primera vez que me llamaba por mi nombre, se me erizo todo bello cuando lo escuché decirlo de una manera tan dulce.

-Si?...-me gire y lo mire directo a los ojos, otra vez.

-Dentro de dos días es la ceremonia de entrega de cargos y ....-hizo una pausa mientras miraba mi ropa, la cual estaba ya fuera de la maleta.- Por lo que veo tendremos que salir de compras.- Volvió a mirarme, y me dedico una sonrisa de las típicas que le dedicas a alguien cuando quieres hacer algo que te encanta pero a la otra no.

-Es extrictamente necesario?.-No me gustaba ir de compras, y menos si era para comprar un vestido.

-Bueno...-Su expresión cambio a pensativa mientras se ponía la mano en la barbilla como intentando recordar algo.-También tenemos la opción de una modista.

-Pero las modistas son caras, y no creo que le de tiempo para hacer un vestido en dos días.-Dije encogiendome de hombros mientras me dirijia a la cama.

-O puede que si.- Me di la vuelta, y allí estaba, con gafas, el pelo peinado para atrás y una cinta métrica en sus manos.

-Venga ya, en serio?.-Mi expresion no podía ser de mas sorpresa, no solo iva a tener un vestido hecho a medida, si no que estaría echo por el mismo Sebastian.

-Y tan enserio. Si quieres tener el vestido listo para mañana, será mejor que te tome las medidas ya.-Se acerco a mi y me tendió la mano. Lo siguÍ hasta un escalon para que estuviera en alto y me pudiera coger mejor las medidas.

Me tomo las medidas de la cintura, piernas, cadera y del pecho.....*Joder, que vergüenza*.

-ya esta...-se puso delante de mi, mirándome de arriba a abajo, como si me quisiera comer.-Ya tengo las medidas, lo que me falta por saber es...¿de que color lo quieres?.

Me quedé pensando, no me gustan los colores alegres, y mucho menos me lo iva a poner blanco sólo me quedaba....

-Negro.

-Estas segura? el negro es un color muy elegante y bonito pero algo atrevido para una ceremonia tan importante.-decía mientras se quitaba las gafas.

-Bueno, siempre es bueno destacar un poco.- me baje del escaló y me diriji a la mesita donde Sebastian había dejado tida mi ropa perfectamente colocada para coger el pijama.

- Y tu?.. Que te vas a poner?.- Le mire, se quedó pensativo y me miró.

- que quiere usted que me ponga?.- Se acercó a mí mientras me sonreia, cuando ya lo tenía de lante, me hizo un gesto para que le diera el pijama, pero se lo negué.

-Me gustaría que lo eligieras por ti mismo, recuerda lo que te dije antes.
Y, puedo vestirme sola. Recuerda, yo no soy como Ciel.

Se sorprendió, pero no dijo nada, sólo me dedico una sonrisa y dejó la habitación para que pudiera cambiarme.

Aquí no existen las alucinaciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora