El sueño de la vida. [Lucas Vázquez]

6.2K 161 2
                                    

Cuando fichó por el Real Madrid fue el día más feliz de mi vida. Fue hermoso, simplemente.

Lucas es mi mejor amigo desde siempre, nos conocimos cuando éramos muy pequeños, nuestros padres nos llevaron a un partido del Real, a El Clásico, el gran Derbi español. Teníamos asientos ligeramente preferenciales porque sólo teníamos seis años (vale, yo tenía cinco). Por casualidad del destino nuestros asientos eran justo al lado del otro y bueno, ambos lucíamos nuestra camiseta de Zidane (en la que volábamos por lo grande que era) y fue un flechazo.

No nos pusimos atención en medio del partido, hombre, era nuestro primer Clásico en el Bernabeu, no miraríamos nada más que la cancha. En el entretiempo nuestros padres hablaron y también nosotros. Preguntamos lo básico que preguntan los niños.

-¿Cómo te llamas?-pregunté tímidamente. Los niños dan miedo.

-Soy Lucas Vázquez. Futuro jugador del Real Madrid-el orgullo y seguridad con la que hablaba llenó mi corazón de amor. Era lindo- ¿Tú cómo te llamas?

-María. Futura entrenadora del Real Madrid-asentí, con la misma seguridad que él.

-Creí que eso era algo de hombres-arrugó su frente.

-Mi papi dice que puedo hacer lo que quiera-me encogí de hombros y él asintió.

Ese día mi padre intercambió número de teléfono con su padre, no volvimos a vernos en una semana hasta que recibimos una llamada a casa y era para mí. Era Lucas, me invitaba a su casa a jugar fútbol. Acepté y mamá me dejó.

Desde entonces no nos separamos, cuando vez que uno se iba de vacaciones llorábamos en la partida y nos dábamos un gran abrazo cuando nos volvíamos a ver, cuando crecimos un poco nos celábamos más. Detestaba a sus amigos que no me dejaban jugar fútbol con ellos y él siempre alejaba a mis vecinas que querían que se fuera para poder jugar a las muñecas conmigo. Era lindo, nos queríamos mucho y era algo honesto y tierno, de niños.

En la adolescencia todo cambió. Ya no eran los mismos celos, pues no eran celos justificables en una relación de amistad y no tenía ni idea si él también sentía esos celos. Pero yo sí que los sentía, pues las chicas comenzaron a llover sobre él en cuanto supieron que jugaba al fútbol en un equipo mejor que el de la escuela (porque nos tocó en el mismo instituto de la ESO).

Y esos celos no se fueron nunca. Pero volviendo al tema de su fichaje.
Él deseaba eso más que nada en este mundo, el Real Madrid es el equipo de su corazón y siempre me decía: "Algún día jugaré en el Real Madrid, te lo juro, y te llevaré a todos mis partidos, tendrás mi camiseta y conocerás a todos los jugadores porque serán mis compañeros".

Estaba tan feliz cuando me contó de la oferta, era todo lo que él esperaba. El día de su presentación me llevó a mí, yo tenía un exámen muy importante de la universidad en dos días pero no me importó; era su presentación en el Real Madrid, no me perdería ese momento por nada.

Lucas subió, tomó su camiseta y unas lágrimas cayeron por mis ojos, nunca me sentí tan feliz u orgullosa antes.

Pero después, en la pequeña after-party que se organiza, ahí fui la mujer más feliz del mundo.

-Mar, nos conocemos desde niños y nunca nos separamos, contigo fue un flechazo a primera vista, te vi con la camiseta que te quedaba gigante pero aún así portabas con tanto orgullo. Las chicas me repugnaban pero tú eras perfectamente compatible y con muy pocos gérmenes-reí-. A medida que crecíamos juntos me di cuenta de cuánto te amo. Es algo tan real que apenas puedo respirar tranquilo cuando te acercas mucho y no puedo besarte. Te amo como nunca he amado a nadie y quiero que seas mi novia, que vivamos juntos, que vengas a los partidos, que tengas mi camiseta, que tengamos muchos perros e hijos y que aunque no me convoquen al partido sigamos viniendo juntos por el simple placer de ver al Real ganar. Princesa, quiero que me veas jugar en la cancha y digas "miren, ese es mi novio". Sé mi novia, dime que me amas y quieres ser mi novia.

-Te amo y quiero ser tu novia-lo abracé con fuerza y lo besé. Lucas apenas reacciona pero cuando despertó de su momento ensoñador me abrazó por la cintura y me besó hasta dejarme sin aire-. Y me duele que dudaras de mi asistencia a todos y cada uno de los partidos con tu camiseta.

-Debía asegurarme-volvió a besarme y reímos. Tanto tiempo y valía la pena.

Ese día fue el más feliz de mi vida, porque el amor de mi vida cumplió el sueño de ambos de la vida.

Mini-historias de futbolistas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora