Mini-historias de futbolistas.

¿Probablemente? [Pierre Aubameyang]

(No lo digo de mala, en serio, pero este hombre parece un simio. Lo amo, ahora pueden leer<3)

-¿Estás seguro de esto, hijo?-asentí. Claro que lo estoy, ella es el amor de mi vida.

-Sí, totalmente. Creo que nunca he estado más seguro de algo en mi vida-mi padre sonrió orgulloso. 

-Está bien. Me alegro mucho, de verdad. Ella es una buena chica-sonreí al pensar en ella.

-Lo es, la mejor.

Los nervios me tenían como loco, siempre supe que algún día haría esto pero nunca creí que sería así. Desde que conocí a Dina supe que ella sería la indicada, mas no me imaginé el momento ni nada por el estilo, aunque Navidad me parece la fecha indicada, sobre todo con lo mucho que ella ama estas fechas.

Toqué la puerta de su departamento, sé que se encuentra en casa porque se lo pregunté hace no más de una hora, sólo espero que no este durmiendo o no hay manera de que la despierte de buen humor. 

Pasaron unos minutos sin escuchar una respuesta, oh, cielos, creo que sí está durmiendo. Qué mala suerte. Le mandé unos mensaje y, aunque le llegó, no recibí respuesta. Cuando intento llamar me suena ocupado. ¿Habrá salido? 

Vale, esto es muy preocupante. Ella siempre responde los mensajes con rapidez, pero ahora nada. Siempre contesta mis llamadas aunque suele despacharme pronto en caso de que alguno de sus niños la llame, pero contesta. Y tiene muy buen oído cuando está despierta, por lo que no hay manera de que no haya oído el timbre en media hora. Intenté llamar una vez más y finalmente contestó.

-¿Amor?-dije preocupado.

-Hola, cariño. No puedo hablar ahora, ¿te llamo en un rato?

-Sí, claro, pero dime dónde estás. Llevo fuera de tu apartamento media hora y tampoco me respondes los mensajes. Estoy preocupado.

-Cielo, lo siento, estoy muy ocupada con uno de los niños. Tuve que tomar un tren a Munster, no tuve tiempo para avisarte, fue realmente de último minuto-¿está en Munster?

-¿Qué? Dina, íbamos a juntarnos hoy, mañana es nochebuena, ¿qué pasó?-no puede estar en Munster. Digo, el viaje no es muy largo ni nada, puede ir, hacer lo que deba hacer y volver en tres horas sin problemas, pero si salió con tan poco aviso no creo que vuelva pronto.

-Lo sé, lo sé, perdón, pero esto es una emergencia, no podía dejar a Pieter solo. Probablemente estaré para nochebuena, pero no creo que llegue hoy-sonaba apurada. 

-¿Probablemente?-Dina suspiró.

-Sí, probablemente. Pieter es un adolescente, escapó y sus padres están desesperados, debo ayudarles, es mi trabajo y lo que tengo que hacer. Tu sabes como funciona esto, y si no te gusta lo siento muchísimo-es cierto, lo sé. 

-Bien. Nos vemos-colgué sin esperar una respuesta. Fue malo, lo sé, pero hoy le pediría matrimonio, mañana lo anunciaríamos a mi familia y para navidad a la suya, ahora ni siquiera sé si la veré de aquí a dos días más. 

-Fuiste un idiota de pies a cabeza-miré a Marco fijamente. 

-Lo fuiste. Es su trabajo, siempre dices que es de las cosas que más te gustan de ella; que siempre está dispuesta a ayudar a los demás y que da todo por sus niños, como ella los llama. Ha pasado gran parte de su vida ayudando a otros en lo que puede, no puedes esperar que deje todo de lado por ti sólo porque eres su novio y porque te quieres casar con ella-dijo Mario.