El precio de lastimar.

-Capítulo 3. Acción.

 Estaba sentada en el suelo, en sus auriculares sonaba Una triste melodía de No te va gustar, su banda favorita. Se concentraba en la letra, ni siquiera se dio cuenta cuando la puerta de la oficina se abrió.

 -¿Katia? - Dijo una voz grave, al mismo tiempo que quien la emitía quitaba un auricular a quien creía su nueva "amiga".

 -Oh, disculpa, es sólo que hasta que llegues quería distraerme y matar el tiempo.- ¿Matar el tiempo? ¿o más bien debería decir esperar el tiempo para matarle?.

 -Está bien, ¿qué escuchas? - Dijo el chico tomando un auricular y al momento de acercarlo a su oreja lo tiró al suelo mientras hacía cara de asco. -Es sólo que yo detesto esa música vieja, escucho música más moderna, ya sabes, cumbia, reggaeton, esas cosas. - Dijo excusándose.

 Katia lo miró con desprecio. ¿"Música vieja"? ¿"Música moderna"? ¿"Cumbia"? ¿"Reggaetón"?; sintió ganas de cortarle cada nervio de su cuerpo, uno por uno, es que había algo que enojaba y mucho a Katia, era que se metan con su música.

 -Bueno ya, ¿qué te parece si jugamos un juego? - Dijo parándose rápidamente.

 ¿Qué juego? - Preguntó Lucas, parándose, haciéndo parecer mucho más pequeña a Katia, que apenas llegaba al metro y medio.

 - Mira, te pones éste pañuelo en los ojos, -dijo soltando el nudo que lo sostenía a su cabeza.- cuentes hasta diez, mientras tanto yo me escondo y tu das vuelta en tu lugar, cuando termines tienes que tratar de encontrarme sin mirar, puedes pedirme tres veces un aplauso. Para hacerlo más interesante, el que pierda debe hacer fondo blanco.- Dijo al tiempo que sacaba una botella de un vodka muy fuerte de una bolsa que anteriormente había dejado en el escritorio.

 -Me parece bien, pequeña.- Dijo burlándose de su altura, cosa que no le cayó muy bien a Katia, pero trató de que no se notara su odio.

 Lucas comenzó a girar, con el pañuelo  en los ojos. Katia fue a "esconderse" al lado de las escaleras. El tampoco se subió el pañuelo, quería ganar, ver a su "amiga" alcoholizada  y tratar de aprovecharse. Mientras tanto, Katia metía las manos en los bolsillos y se puso los guantes de látex. Cuando le pidieron el primer aplauso, lo hizo, pero Lucas fue en otra dirección, por lo que Katia soltó a propósito una risita, sabiendo que él se volvería en la dirección correcta. Le pidió el segundo, ella respondió. Caminó con un paso firme, miró por debajo de la venda, lo único que logró ver fue que la chica lo empujó, cayó por la escalera y se desmayó.

 Katia aprovechó, sacó la mochila y la dejó al lado de la escalera. A la botella de vodka, la tiró, cayó igual que la "víctima", algunos vidrios se incrustaban en su piel. Ella sacó una cuchilla, con la que comenzó a hacer cortes en el brazo del chico, como los que ella tenía en su pierna. La "víctima" comenzó a reaccionar, pero se había fracturado varios huesos, por lo que no se resistió, tenía la esperanza de que ella se compadeciera, le pidió que por favor parara. Ella comenzó a contarle de quien era, le recordó lo de Amy; al finalizar, apoyó la cuchilla en el pecho del chico, el cual latía con mucha fuerza.

 -Así que tienes miedo eh.- Dijo, burlándose, mientras una enorme sonrisa se pintaba en su cara.

 Asustado, Lucas comenzó a llorar, no quería morir.

 -No te puedes quejar, a vos sólo te mataré en un minuto y terminará, a Amy la mataste por dentro, y  paró luego de mucho tiempo; la pobre sufrió mucho más de lo que vos lo harás.- Una gran sonrisa se le salió.- Después de todo, el dolor físico no se compara con el emocional.

 Apretó con mucha fuerza la cuchilla, formó una "A" en su pecho. Los guantes se teñían de rojo; Katia disfrutaba al oler la sangre, al ver cómo salía a chorros del pecho de Lucas, por fin se había vengado. Mientras, sacó un papel, en el que escribió usando una letra muy diferente a la suya, algunas palabras.

 Cuando terminó, dejó la nota al lado del cuerpo, desterró la cuchilla de éste y la puso en la mano del chico, finalmente, tomó sus cosas y se fue sin dejar rastro.