Capítulo 1

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Eran las 9:30 de la mañana cuando Lydia entró por la puerta de su despacho compartido con Stiles, o como le dice en horas de trabajo, Stilinski. Llegaba claramente atrasada, ya que la noche anterior se había desvelado analizando el caso en el que están trabajando en este momento. Al entrar lo primero que hace es regalarle una mirada reprobatoria a Stiles, quien se defiende al instante, antes de ser atacado.

-Traté de despertarte pero eres tan floja que no pude hacerlo- ella se acercó y él activo su mecanismo de defensa verbal, de nuevo-no te atrevas a regañarme, has sido tú la que se quedó dormida.

-No soy floja, Stilinski- él hizo una mueca. Seguía sin gustarle que ella lo llamara por su apellido, lo hacía sentir raro- Y llegué atrasada porque tu no quisiste investigar ayer conmigo, te quedaste dormido encima mio mientras yo sola investigaba todo, holgazán.

- ¡Hey! Pero si a cambio te dejé un delicioso desayuno.

-Una tostada quemada y un vaso medio lleno de leche, al cual por cierto no creas que no noté que le tomaste, eh.

Stiles río un poco. Efectivamente había tomado un sorbo del vaso de leche pero ¿que era eso? un insignificante sorbo y nada más

-¿Como lo notaste? No es como que haya dejado mi marca de labial o algo así

Lydia río esta vez, recordando como una vez ella tomó un rápido sorbo del café de Stiles a escondidas del mismo, pues habían discutido y cuando él le ofreció café ella se negó rotundamente. Por orgullo, claro, pues ella si que quería. Él la descubrió por la mancha de labial que ella había dejado en la taza.

-No, pero igualmente pude notar las marcas de tus labios. Estoy especializada en detective ¿recuerdas?

-Lo que pasa es que estás tan obsesionada con mis labios que los imaginas en donde sea- Lydia le dio un golpe amistoso en el brazo- Ya, lo siento. Por ahora me tomaré un café bien cargado porque sino me dormiré sobre el escritorio- se río mientras se miraban divertidos.

- ¿Sobre que investigaste anoche?- preguntó Stiles mientras pasaba un poco del café que tenía en su termo, a una taza

-Resulta que nuestra madre asesina, Jamie, padece de esquizofrenia. Lamentablemente ese día se había quedado sola en casa con sus hijos y no había tomado sus medicinas, por lo que en un ataque le dio cinco puñaladas a la nena de 8 años y tres al nene de 2 años. Ambos fallecieron ayer en el hospital- Stiles no pudo evitar hacer una mueca, de entre horror y lástima- Y después de eso se dio a la fuga, pero ayer la encontraron y la tienen examinándola para poder llevarla ante el jurado

-Esperemos que no se demoren tanto en cerrar el caso. Mandemos a Dunbar para que se asegure de que le den el trato debido a Jamie, respecto a su enfermedad

Liam Dunbar era uno de sus trabajadores mas jóvenes, pero sin duda era de los mas eficaces. Era perfecto tanto contestando el teléfono y atendiendo a los llamados, como ayudando en todos los procesos legales, aprendía rápido. Lydia asintió y salió a avisarle lo que tenía que hacer, el chico fue enseguida.

Seguían leyendo toda la información que tenían de Jamie y las personas que vivían con ella. Mandaron agentes a hacer las entrevistas.

Después de lo que les parecieron dos horas, se encontraban sin nada que hacer. Dunbar había vuelto hace una hora y por el momento no les había avisado de ningún incidente en la ciudad, que era lo que él usualmente hacía.

-Lyds- susurró Stiles alargando la "y"

-¿Qué pasa?- dijo ella despegando la mirada del libro que tenía en manos. Ella leía en sus tiempos libres, cosa que a Stiles le parecía aburrido. Si le gustaba leer, pero de vez en cuando, no tan seguido como a Lydia. En ese caso prefería que ella le leyera en voz alta lo que leía

-Estoy aburrido, léeme un poco de tu libro

Lydia se sonrojó un poco y bajó el libro, evitando que Stiles lo pudiera ver

-No este, Stiles

-¿Por qué?- dijo él en un puchero

-Te vas a reír- afirmó ella

-Vamos Lyds, somos adultos. Te he visto leer la sirenita, no me reiría de algo que- Lydia levantó el libro mientras Stiles hablaba, para que él pudiera notar cual era- estés leyendo y ¡Oh Dios mio! Estas leyendo cincuenta sombras de Grey

Stiles lanzó una sonora carcajada. Si, Lydia no le había creído ni por un segundo que no se iba a reír. Con todo el dolor del mundo, Lydia tomó a su precioso libro y se lo lanzó a la cara a Stiles

-Vale, merecía eso- Stiles levantó el libro de donde había caído y se acercó a Lydia para dárselo- quien lo diría, la señorita Martin es una sucia

Stiles puso una de sus grandes manos en la cara de la chica, cubriéndola por completo. Lydia sonrió y sacó la lengua de su boca, para lamer la mano de Stiles y hacer que este la retirara, cosa que no pasó

-Soy inmune a tus babas, Martin. No me da asco tener un poco de saliva en mi mano- Lydia suspiró y seguía dando lenguetazos - asco deberías tener tú, por que, ahora que recuerdo, no me lavé después de ir al baño

Lydia puso su mejor cara de asco y corrió a tomar un pañuelo, el cual pasó repetidamente por su lengua mientras Stiles reía

-Oh rayos, eres un cerdo.

-Solo bromeaba, cariño. Ahora abrázame que me congelo.

Era comprensible que el chico tuviera frío, las alturas estaban muy bajas estos últimos días. Lydia se acercó a Stiles, haciendo alusión a que lo iba a abrazar y justo cuando él extendía los brazos, ella se dio vuelta y se dirigió al panel de control de la calefacción, aumentando un poco la temperatura

-No me importa que no quieras- Stiles se acerco y la abrazo de todas maneras.

- Stiles, ¡Caballito!

Era casi que una tradición para ellos, cada que Lydia gritaba "¡Caballito!" el chico tenía que cargarla en su espalda por al menos un minuto

- No podemos, esta el jefe rondando, creerá que somos inmaduros.

- Pero si nosotros...- Stiles le puso un dedo en los labios callándola.

- Déjalo así, hay que creérnosla

Lydia golpeó amistosa mente el brazo del chico, mientras Liam Dunbar entraba por la puerta

-Lamento entrar sin avisar, pero tenemos una llamada de emergencia

-¿Qué pasa?- dijeron ambos al mismo tiempo. Hacia varios meses que les había dejado de asustar éste tipo de conexión que tenían para hablar al mismo tiempo

-Ha habido un accidente en la carretera que lleva hacia el centro de California. La hija del presidente iba manejando, en estado de ebriedad de nuevo

Ellos no tienen nada que ver con la policía, su agencia era privada, por lo que cuando alguien perteneciente al gobierno se metía en un problema ellos eran los indicados para resolverlo, eran lo más discretos posible

-Diablos- volvieron a decir al unísono

-Manos a la obra- dijo Lydia esta vez, mientras se colocaba el saco que había dejado en el perchero

-Al fin algo de acción- dijo Stiles saliendo detrás de Lydia


Dangerous LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora