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Al bajar del autobús, me encuentro con el mayor edificio que haya visto nunca. Es el gran instituto R.I.A. Sus grandes puertas impresionan, nunca he logrado comprender el porqué de éstas magnitudes. Ainhoa y yo nos miramos sorprendidas.

-Wow, ¿no te parece increíble? -Me dice mientras señala asombrada el instituto.

Le asiento con la cabeza y avanzamos boquiabiertas. Llegamos a la puerta principal, lo que logra destacar entre anuncios de eventos es el nombre del instituto: Royal Institute of Arts.

Dispuestas a entrar, una mano roza levemente mi hombro. Alarmada me giro y veo a un chico alto, de pelo rubio y ojos claros. Su mirada es intensa y no la desvia de mis ojos.

-¡Hola chicas! ¿Sois nuevas, verdad?
-Dice sin corromper la mirada hacía mi.
-Sí, es la primera vez que venimos aquí y estamos un poco perdidas. -Dice Ahinoa, asombrada al verle.

-¿Quereis que os enseñe el instituto? Puedo llevaros a clase.

-Gracias, nos harías un favor. -Le digo tímidamente.

-Ah, por cierto soy Alex. -Dice sin apartar la mirada de mi.

-Mucho gusto Alex, ella es Mia y yo soy Ainhoa.

-El gusto es mío. -Dice con una sonrisa pícara a la par que me mira.

Entramos, lo primero que vemos es un largo camino con palmeras.
Por fuera, esta el bar, las pistas y el patio cubierto. Hay muchas palmeras, de hecho es lo único que hay, aparte de 3 arboles altos y unos cuantos arbustos. Al entrar está el recibidor, con conserjeria y la sala de actos en el fondo. En el pasillo de la izquierda están las clases y al fondo del pasillo, la escalera que lleva a la segunda planta. En el pasillo de la derecha, hay más clases pero básicamente estan los despachos de consergeria y secretaria. Al fondo, la puerta de salida al patio. Después de ver todo eso, subimos al segundo piso. Todo está lleno de habitaciones, son para los estudiantes de fuera de la ciudad, pero si quieres, puedes solicitar una.

-Wow, esto es alucinante. -Digo espontáneamente con la boca abierta.

-La verdad es que sí. -Dice Alex dedicándome una sonrisa.

-Me encantaría poder tener una habitación aquí. -Dice Ainhoa mirando a Alex.

-Puedes, solo tienes que solicitar una. Aprovecha ahora, no hay mucha gente, pero empezará ha llenarse. -Responde Alex con un tono serio y firme.

-¡Ahora mismo voy! -Grita Ainhoa de repente.

-Muy bien, te acompaño. -Responde Alex sin dudar. -Pero debemos darnos prisa, tendremos que acabar antes de que empiecen las clases.

Sin darle más vueltas, nos ponemos en marcha. Durante el camino, no dejo de pensar en Ainhoa. La tengo a mi lado y no soy capaz de mirarla, no se que sentimientos son estos pero lo que tengo claro es que nunca los había tenido antes. Ojalá pudiera compartir habitación con ella, despertar con ella debe de ser... No puedo ni imaginarmelo, no debo imaginarmelo. De repente, la voz de Alex me saca de mis pensamientos.

-Hemos llegado.

-Bien -Dice Ainhoa sin dejar de sonreír. -Mia, ¿entras conmigo?

-¿Que? -Digo confusa, causando una leve risa a Ainhoa.

-Que si entras conmigo para solicitar una habitación para las dos. -Me repite, esta vez alargando más la frase.

-¿Para las dos? -Digo un poco insegura.

-¡Si! ¿No te hace ilusión? -Me responde entusiasmada.

-Mmm... si claro claro.

¡¿Pero que estoy diciendo?! Una habitación, ¿para las dos? ¿Solas?
De acuerdo, antes he dicho que ojalá, pero lo he dicho sin pensar, al igual que al aceptar esto. No le he dicho nada a mi padre, ni a la puta de mi madrastra. Pero... ¿y si esto hace que nos juntemos más? Pensar esto hace que en mi estomago se produzca una fiesta de sentimientos, no me gustan las fiestas.

-Venga, entremos. -Dice Ainhoa muy convencida.

-Si... -Respondo no tan segura como Ainhoa.

Ainhoa llama a la puerta y una voz ronca masculina nos invita a pasar. Ainhoa y yo cruzamos miradas y hacemos un gesto moviendo la cabeza para confirmar que estamos listas, nos disponemos a entrar.

-Hola chicas, vosotras debéis de ser nuevas por aquí. -Dice un hombre en un tono amable mientras ordena los papeles esparcidos por todo su escritorio.

-Si, somos Mia y Ainhoa -Contesta despreocupadamente Ainhoa mientras acomoda su cabello delicadamente.

-Decirme señoritas, ¿que os hace venir por aquí?

-Queremos solicitar una habitación para las dos. -Respondo al momento. -Si puede ser, señor director.

-¡Por supuesto! -Dice encantado. -Solo tendréis que rellenar este formulario.

Ainhoa y yo nos miramos entusiasmadas con una sonrisa de oreja a oreja, expresando toda la emoción que sentimos en ese momento al escuchar esas palabras.

-Muchísimas gracias señor Director, se lo agradecemos mucho. -Responde Ainhoa sonriendo cada vez mas al pronunciar cada una de esas palabras.

-A vosotras por formar parte de este instituto, R.I.A. os lo agradece chicas.

Salimos del despacho más contentas que nunca, supongo que es porqué nos acaban de dar la opción de compartir habitación. No conocemos a nadie y de momento nos tenemos la una a la otra. Estoy nerviosa por lo que pueda suceder de ahora en adelante, pero a la vez ansiosa de que empiece esta nueva aventura.

Amor, ¿Prueba O Verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora