Presente; Yo sí te entiendo.

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*Pov Lucy*

Pasaron unas... ¿cinco semanas, tal vez? Desde que pude hablar un poco con Natsu. Es más frío de lo que pensé.

¿Qué cómo es eso de "más frío de lo que pensé"? Fácil, conozco la historia de Natsu.

Natsu Dragneel;

17 años.

A los 5, su primera amiga Lisanna lo cagó.

A los 9 Gajeel.

A los 12 Levy.

Y, finalmente, a los 15, el que llegó a ser su mejor amigo, Gray.

-suspiré- Creo que me voy a tener que esforzar más.

- ¿Con quién hablas, rubia? -me preguntó Natsu, asustándome claro.

- C-Conmigo m-misma.

- Ah. -dijo y se fue.

- Sí sigo así va a hacer complicado ser su amiga. Pero igual, sé que lo voy a lograr.

Seguí dándome ánimos hasta que vi la hora.

-¡Voy a llegar tarde! - dije y empecé a correr. Cuando llegué el profesor me retó, me dijo que sea la última vez y blablablá. Empecé a ver los lugares y el único disponible era al lado de Natsu.

- Hola, Dragneel-kun. -lo saludé.

Volteó a mirarme y puso su vista de nuevo al pizarrón. ¡¿Acaso me ignoró?! ¡Me ignoró! Pf... Cálmate, Lucy y presta atención a clases.

Pasó la clase y vi que Natsu se iba, así que corrí para ponerme a su lado.

-¿Qué quieres ahora, Luigi? -me preguntó.

- ¿Sabes que no voy a dejar de seguirte hasta que sea su amiga, no?

- Entonces me seguirás toda la vida. -me sonrió. Espero que eso sea una sonrisa.- Si me dejas tengo que ir a mear.

- Puedes ser más sutil, Dragneel-kun.

- Pero no quiero, rubia. -dicho eso entró al baño.

Ahora si es oficial, va a hacer muy difícil ser su amiga. Ojala se mueran sus ex amigos.

Al minuto me di cuenta que no había ido al baño, el muy puto se escapó. Cuando lo visualicé, fui corriendo a donde él estaba.

-¡Natsu-kun! -lo llamé y éste solamente aceleraba el paso.- ¡Oye!

-suspiró- ¿Ahora qué quieres, rubia?

- ¡No te vayas sin mí!

- ¿Quién eres, mi pareja?-se acercó mucho a mi cuando hizo esa pregunta, y no pude evitar sonrojarme.- Y te aviso, rubia. El color tomate te queda bien. - y se va nuevamente.-

Hay algunas veces que pienso qué él sería la mejor diva. Deje de pensar en eso y volví a correr hacia Natsu.

-Te enamoraste de mí, ¿no, rubia?

- ¿P-Por qué lo dices?

- Siempre me sigues a todos lados.

- Qué quiera ser tu amiga y qué supuestamente me gustes es muy diferente. -me defendí.

- Pero no lo negaste.

- No voy a negar algo que no es cierto.

- Como quieras. -dijo con intención de irse, pero lo detuve.- ¿Ves? Te gusto. Lo siento, pero prefiero estar soltero.

-Tsk... Que tenga la intención de ser tu amiga es muy diferente, eh.

- ¿Amiga, eh? -dijo en un tono muy, pero muy frío.- No sé qué pensaste, pero no quiero ser tu esclavo. Claro, si a eso se le llama amigo.

- Oh, vamos, Natsu. Te conozco mejor de lo que crees. -empecé a decir.- Sé la razón por la cual no quieres tener amigos.

- ¿Entonces qué hago? ¿Te aplaudo, rubia?

- No, sólo quiero que veas lo estúpido que estás siendo al pensar que todas las personas son iguales.

- Escúchame bien, rubia. -se comenzó a acercarse a mí.- Tú no me entiendes.

- ¿Qué no te entiendo? Dime lo que no entiendo, Dragneel.

- El sentimiento de no poder confiar en ninguna puta persona por miedo a que me caguen. -me explica.- Creas o no, todos te terminan cagando. Siendo buenos o malos.

- ¡¿Qué no lo entiendo?! ¡¿Qué no lo entiendo?! -empecé a gritarle.- ¡Claro que lo entiendo, idiota! ¡Yo pasé por lo mismo!

- ¿E-En serio? - preguntó asombrado. ¡Finalmente veo una expresión en su cara!

- Por algo te lo estoy diciendo, duh.

- ¿Cómo hiciste para estar bien, pero bien?

- ¿Quién dijo que estoy bien? -comencé a decir.- ¿Quién dice que no me cuesta confiar todavía en la gente, eh? Sólo por el hecho de que tenga amigos, no significa que confié en todo el mundo y menos que esté de maravilla.

- ¿Entonces para qué quieres ser mi amiga? ¿Cómo sabes qué no te defraudaré, eh?

- ¡Porque quiero ayudarte, idiota! ¡También porque sé que puedo confiar en ti!

- Y-Yo no sé qué decir. -me respondió al borde del llanto.

- Sólo acepta ser mi amigo, Natsu.

- E-Está b-bien. -dice ya llorando.

- Ven aquí, idiota. -lo acercó a mí y lo abrazó.

¿Quién diría que al final no es frío? Sino, que necesitaba a una persona que lo ayudase. Y, me alegra que esa persona sea yo.


Muñeco. ± a.u ±  ✓Sin Editar✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora