Se encogió entre las sabanas frías y de un movimiento brusco se sentó en la cama, un quejido salió de sus labios ante el dolor de algunas heridas. Observó la habitación oscura, eran casi las 4 de la madrugada.
Pensó que todo lo que había acontecido en el día anterior era un sueño, se reclamó a si mismo por ser un tonto y confesarle sus sentimientos al mayor ¿Qué otra respuesta podía esperar?, era la persona más fría y cruel de toda la academia, era la persona que había roto algo más que sus huesos, rompió su frágil corazón, ese que por primera vez se había atrevido a enamorarse.
Sintió amor por la persona equivocada.
Aunque quiso evitarlo, aunque sabía que probablemente sería un error, no pudo controlarse a sí mismo. Se odio en ese momento, el momento en el que dejo de verlo como una mala persona, el momento en el que escucho las palabras de terceros indicándole que su presencia para Jong Woon era diferente a la de los otros juguetes anteriores, odio cada uno de esos instantes cuando ansiaba la boca del pelinegro sobre la suya y cuando en las noches quería dormir entre sus brazos.
- mie**a-la puerta estaba con seguro, quería huir de ese lugar, si no lo hacía se volvería loco.
Busco con rabia las llaves y no las encontró, sollozo desanimado, en menos de 24 horas su vida se había vuelto un infierno, fue despreciado por la persona que amaba y ahora lo encerraban como si fuera un maniático.
Se agacho contra la pared y se abrazó a sus piernas.
- Supongo que serás feliz ahora, probablemente te estés acostando con otro chico en este momento.
El solo pensamiento le aturdió, cerró los ojos y negó con fuerza, no debía hacerse más daño, no tenía que pensar en él. Para olvidarlo la mejor manera era reemplazar un sentimiento por otro, debía convertir su amor en rencor, en odio y tal vez solo así podía salir de su patética miseria. Tenía que esperar un tiempo, tal vez al no volver a saber nada de su existencia lograra olvidarlo y de esa manera dejaría de sufrir.
Sonaba como un plan fácil, pero no lo era.
La cantidad de recuerdos a su lado invadían su mente, aquella extraña relación que se convirtió de algo físico a algo emocional.
Recordó el momento mágico, la primera vez que sintió un encuentro sexual diferente, aquella noche Jong Woon trataba de decirle a través de sus caricias que era alguien valioso y que no lo dejaría ir. Wook se sintió esclavo de aquel hombre, supo que era hacer el amor con tan solo el roce de aquellas manos morenas que se deslizaban por su blanca piel.
Para el, estaban hechos el uno para el otro, para Jong Woon simplemente fue una pérdida de tiempo.
Probablemente aquel joven con el que lo vio el día de la fiesta de bienvenida haya regresado ¿tendrá una pareja estable?, ¿jugara con chicos jóvenes mientras aquel individuo regresa para meterse entre sus sabanas?
Una indescriptible ola de celos le embriago y una vez más se hirió a sí mismo.
Tomo su teléfono y busco el nombre del rubio
- Sácame de aquí, dame mis llaves
- Wook, deberías estar durmiendo
- Lamento dañarte el momento con Kyuhyun pero quiero que me dejes de tratar como un niño de cinco años, ábreme
- No lo hare ¿no te has visto?-Sungmin sonaba enojado-estas hecho mie**a... literalmente
- Tarde o temprano iba a suceder ¿no?
