Capítulo 4.

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Daryl's POV:

Hay un hombre agarrando a Beth por el cabello con una mano y con la otra apuntándole con un arma. A su lado hay dos hombres más, ambos me apuntan.

-Suelta tus armas o le disparo- Ordenó el hombre que sostenía a Beth, ella estaba muy asustada.

-Déjala ir- Digo con fuerza, acercándome a él.

-Acércate un paso más, y los sesos de tu novia caerán al piso- Espetó riendo.

'' ¿Acaba de llamar a Beth, mi novia?''

-¡Daryl, cuidado!- Beth gritó, antes de que pudiera voltearme, alguien me golpeó fuertemente en la parte trasera de mi cabeza, empiezo a sentirme mareado, veo a Beth tratando de correr hacia mí, pero el hombre jala la cola de caballo de la rubia haciéndola chillar de dolor, finalmente todo se puso negro.

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Abro los ojos y consigo que estoy en un lugar extraño, hacía frio y parecía una oficina.

'' ¿Dónde demonios estoy?'' Me pregunto a mí mismo.

Tengo un horrible dolor en mi cabeza.

Escucho gritos, y empiezo a recordar lo que sucedió, y es ahí cuando me doy cuenta de que la persona que grita es Beth.

Me levanto y quiero correr pero mis manos están amarradas a una tubería. Me hace recordar a Merle, de vuelta en Atlanta. También recuerdo que tengo un cuchillo en una de las botas.

Me siento en el suelo nuevamente y trato de poner mi pie cerca de mi mano pero entre el dolor que recorre mi cuerpo y el sentimiento de impotencia que tengo ante los desgarradores gritos de Beth, no logro hacerlo.

Escucho que la puerta en frente de mí se está abriendo, entra uno de los hombres que me apuntaban y se sienta en una silla frente a mí.

-¿Qué tal, Daryl, disfrutas tu estadía?- Pregunta mientras ría.

-¿Qué le están haciendo a Beth?- Gruñí, lo que hace que él se ría más.

-Créeme, ella lo está disfrutando, amigo- Responde, haciendo que yo intente correr hacia él, pero gracias a mis manos atadas, es algo imposible, y hace que un dolor se transmita por mis brazos.

-Déjala ir, o juro que te mataré- En este momento, estoy a punto de arrancarle la cara a este bastardo.

-Bueno, amigo, creo que eso no será posible porque, primero que nada, tienes tus manos atadas, y además, según lo que escucho, mis compañeros allá atrás, se están divirtiendo mucho con tu noviecita- Se vuelve a reír, y luego escupe en el piso.

- ¿Qué quieren de nosotros?- Pregunto furioso- Sea lo que sea, se los daré, pero dejen a Beth ir.

El maldito se levanta de la silla, y sale de la habitación, dejándome hablando solo.

Maldita sea.

Un poco más calmado, intento sacar nuevamente el cuchillo de mi bota.

Después de varios intentos finalmente lo logro y me dispongo a cortar la soga que mantiene mis manos a ese frío pedazo de metal. Por fin corto la soga.

Se vuelve a abrir la puerta así que escondo el cuchillo entre mis manos.

Un hombre entra, lo reconozco como el secuestrador de Beth, y nuevamente trae a Beth agarrada por el cabello, la empuja hacia mí y vuelve a salir del cuarto, cerrando con llave. Ella está de rodillas en el piso frente a mí, y no tiene puesto nada más que su ropa interior. Puedo escuchar sus quejidos. Sube su mirada hacia la mía, se ve humillada, y la entiendo, empiezo a recordar lo que le hizo el Gobernador a Maggie y sé que Beth piensa en lo mismo.

Falling For HerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora