Louis se colocó el esmoquin perfectamente confeccionado para él. La tela era suave, negra y de calidad. Era su día, era el momento de demostrarles a los demás que no era un impulsivo y que su matrimonio con Laura podía funcionar tan bien como lo estaba haciendo el de sus amigos.
Todavía estaba sentido con ellos, había pasado un mes y no se habían hablado. Sabía gracias a los chicos que Jenna al fin había aprendido a cocinar y a hacer una cama, y que Harry preparaba todos los papeles para su admisión a la universidad, pero no les había dirigido si quiera una mirada hasta que se disculparan por desconfiar de él.
Subió al Mercedes negro que lo esperaba fuera del apartamento en el que se encontraba. Se mudaría a Canterbury una vez casado, sus padres vivían en Londres y también se habían opuesto a esa boda. Incluso más que “Los Styles”.
Todo el trayecto se hizo insoportable. No era una fiesta tan grande como la de Harry, ni siquiera le habían hecho despedida de soltero. Ni siquiera tenía más invitados que sus amigos, los cuales harían de testigos. En realidad, era una boda triste, una boda que nadie quería. Y eso le dolía a Louis, porque más que para demostrarle a los demás que podía ser responsable y dejar de ser el bufón del grupo, quería que ellos tuvieran en claro que se había enamorado de Laura.
Estaba molesto porque había pensado que Harry lo entendería. Él le había contado que cuando tenía ocho años, la primera vez que vio a Jenna con su cabello rubio y un vestido lila, se enamoró de ella y supo que su destino era estar con ella. No entendía por qué Harry no quería aceptar que a él le había ocurrido lo mismo con Laura.
Se bajó del coche con las manos sudorosas, con la voz en un hilo y con la cabeza en otro sitio. Los nervios lo comían vivo, pero era valiente y el cariño que sentía por la chica castaña lo impulsaba a entrar al registro civil.
Habían acordado no casarse por la Iglesia, necesitaban invitados y eso era lo que menos tenían.
Entró al edificio y se encontró con Liam, Abi, Zayn, Sol, Niall y Fati esperándolo. Laura aún no llegaba y Louis sonrió que al menos mantenía la tradición.
La chica llegó luego de diez minutos, iba con un vestido blanco floreado hasta las rodillas, perfecto para un día de verano. Louis le tendió la mano y ella la sostuvo, estaban listos, se casarían aunque el mundo entero se viniera abajo.
Procedieron a leer los documentos y presentar a los novios y a los testigos. Era una ceremonia bastante más vulgar y corriente que en una Iglesia o en algún sitio arreglado para una boda, pero a pesar de que Louis tenía la condición social para haber optado a más, no lo hizo porque Laura se lo pidió.
El juez los casó después del papeleo, los hizo firmar y legalmente Laura había pasado a ser una Tomlinson. Los chicos se acercaron a felicitarlos con abrazos, algo incómodos por la ausencia de sus otros dos amigos y por la precipitada decisión de su amigo.
Zayn pensaba que sólo era un capricho más de Louis, a veces hacía cosas estúpidas sin pensar en las consecuencias, así que no se asustó demasiado con su compromiso. Niall no lo conocía tan bien como Zayn, así que se decía que Louis sabía lo que hacia. Pero Liam estaba horrorizado, temblando del miedo de que Louis se divorciara al día siguiente y se decepcionara y frustrara.
Sin embargo, Louis parecía estar en una nube de cristal, volaba con una sonrisa sujeto de la delicada mano de Laura, pero parecía que en cualquier momento el encanto se podía quebrar.
Cuando salieron del registro civil en silencio, se detuvieron de golpe. Frente a la acera, una pareja los esperaba e iban vestidos para la ocasión.
—Creí que no aceptabais todo esto —les gruñó Louis, con cierto dolor en la voz.
—Es verdad, pero eres mi mejor amigo y amante, ¿en serio creíste que faltaría a tu gran día? —Louis sonrió de inmediato al escuchar las palabras de Harry y Laura lo dejó correr a abrazar a Harry.
Cuando se separaron, Louis le dio un efusivo abrazo a Jenna también, ella se disculpó por lo que le había dicho cuando le anunció que se casaría y le dijo que ella lo apoyaría en todo, por más alocado y absurdo que fuera.
Después, Jenna fue a felicitar a Laura y le advirtió que a la que hiciera sufrir a su amigo, la tiraría por la escalera.
Cada pareja se fue en un coche a un restaurant donde habían hecho una reserva para la celebración. Tuvieron que agregar tres puestos más, ya que a la media hora llegó Mike con una guitarra y se puso a cantar una serenata para la feliz pareja.
Mientras comían, Harry no pudo evitar preguntar:
—Louis, en serio ¿Por qué esta boda tan precipitada?
—Tú te casaste en tres meses, y yo en uno, no veo la diferencia, ambas bodas fueron precipitadas.
—Ya, pero yo tuve que esperar diez años para declararme —Louis guardó silencio, era un buen argumento que no podía discutir.
—La verdadera razón… —los interrumpió Laura—… es que Louis será padre.
Harry escupió su zumo, Zayn se atragantó con la comida, Jenna abrió la boca, Liam gritó un gran ¡¿Qué?!, Fati los miró sorprendida, Sol no podía creerlo, Abi casi muere ahogada con un trozo de carne y Mike exclamó con felicidad:
—¡Lo sabía!
Todos pasaron de Laura, a su estómago y luego al rostro de Louis, quien había empalidecido como una cala.
—Espera… ¡¿QUÉ, YO PADRE?!
Parecía que en cualquier momento se iba a desmayar, hasta que Jenna estalló en carcajadas y luego Laura.
—Te acabas de casar Louis, ¿en serio un hijo te parece “imposible”?
—¡No estoy listo! ¡Pido el divorcio! —comenzó a chillar. Pero Laura seguía riendo y todos fijaron su atención en ella.
—No me puedo creer que hayais caido… —decía entre una carcajada y otra—. Louis no serás padre, deja de hacer escándalo, y vosotros… —les dijo al resto, apuntándolos con el dedo—… No seais tan ingenuos, ¿sí?
—Bueno… —le dijo Harry a Jenna mientras los demás comprendían la broma y Louis salía del susto bajo la risa de Laura, que no podía soportar las carcajadas—. Al menos sabemos que son tal para cual, un par de niños sin niñera.
Y Jenna no pudo estar más de acuerdo.